Qué es lo imprescindible que hay que llevar en la mochila para afrontar con solvencia nuestras salidas fotográficas es un tema clásico que además de literatura ha dado para crear grupos de Flickr e incluso páginas web donde fotógrafos de todo tipo y condición, tanto aficionados como profesionales, se dedican a mostrar el contenido de sus bolsas.
Por eso, tanto si eres principiante en esto de la fotografía como si ya llevas algún tiempo pero consideras que todos los días se puede aprender algo nuevo, te hemos preparado unos consejos básicos sobre cuáles son los accesorios imprescindibles que no pueden faltar en tu mochila o bolsa de fotografía.
Por razones obvias no incluimos en la lista la propia mochila, la cámara ni los objetivos, porque entendemos que ya los has elegido
Por supuesto, no incluimos en la lista la propia mochila aunque su elección no es algo que se pueda tomar a la ligera . En el caso de la cámara partimos de la base de que ya tienes una, seguramente escogida con mucho mimo y después de informarte mucho sobre cuál elegir. Lo mismo en el caso del objetivo, que en principio será el que acompañe a tu cámara en el kit del fabricante. Y aunque a medida que avances lo normal es que tengas más de uno, esto es algo que se sale del propósito de este artículo, por lo que nos limitamos a recomendarte leer esto sobre cómo elegir un objetivo para tu cámara.
La batería de repuesto
Comenzamos con un accesorio que puede parecer menor pero que es absolutamente imprescindible. Y si no piensa en cómo te sentirías si en medio de una jornada fotográfica en exteriores (por ejemplo el día que subes al Empire State Building en tu anhelada visita a Nueva York) se te acaba la batería de la cámara y no tienes repuesto... Mal ¿verdad?
Una batería de repuesto sería, junto al siguiente de la lista, el primer accesorio a comprar nada más hacerte con tu cámara. Especialmente importante en el caso de que tu cámara sea una sin espejo, modelos que son grandes consumidores de energía.
Resulta absolutamente imprescindible contar con dos baterías para evitar que, si se agota una, nos quedemos sin poder hacer fotos
Así que ya sabes, es casi imprescindible contar con dos baterías (o con pilas extra si tu cámara es de las que llevan pilas convencionales) aunque a la hora de comprar una adicional debes tener en cuenta ciertas recomendaciones.
Por ejemplo tener cuidado con las baterías clónicas, ya sabes esas de marcas desconocidas que se encuentran por precios muchos más bajos que las del fabricante en Internet. No decimos que no las compres online, sólo que es mejor informarse antes sobre las marcas buscando en foros y preguntando a gente que las haya utilizado. Y es que hay baterías, generalmente del mercado asiático, que dan problemas como bien saben algunos usuarios de móviles.
Por otro lado, también te recordamos algunos consejos para un uso correcto: Evita los ambientes húmedos y/o muy fríos, alterna el uso de tus baterías (si siempre usas la misma la de repuesto se descargará y el uso habitual es bueno para mantenerlas en buen estado) y ajusta tu cámara para no derrochar recursos.
Las tarjetas de memoria
El siguiente elemento imprescindible es éste puesto que sin tarjeta no hay fotografías. Recurriendo al ejemplo anterior, reformulamos la pregunta ¿cómo te sentaría quedarte sin espacio en tu tarjeta en plena visita al Empire State neoyorquino?
Así, al igual que con las baterías, también es importante contar con al menos dos tarjetas, mejor que con una sola por mucha capacidad que tenga. Y es que, tal y como contamos hace poco hablando de la forma de recuperar los datos de una tarjeta, es recomendable tener al menos dos de capacidad media antes que una sola más grande.
Igualmente imprescindible tener al menos dos tarjetas. Por lo que pueda pasar, mejor dos de 32 Gbytes que una sola de 64
Las tarjetas de memoria no suelen dar muchos problemas pero nadie está a salvo de un posible problema así que si sólo tenemos una corremos el riesgo de quedarnos sin la información contenida, y sin otra tarjeta para continuar haciendo fotos.
Por eso, ante la opción de comprar una memoria de 64 Gbytes para tener espacio de sobra, nosotros optaríamos por adquirir dos de 32. Hoy día las tarjetas de memoria son muy sencillas de encontrar (mucho más que las baterías de repuesto, por cierto) y muy baratas. Mira por ejemplo ésta de 32 Gigas que sale por poco más de 10 euros.
Los filtros
Entramos ya en el terreno de accesorios un poco menos importantes y por tanto ya no tan imprescindibles, aunque todo depende de cada uno. Aparte del típico filtro protector (normalmente un UV) que podemos llevar permanentemente puesto en nuestro objetivo y cuyo uso es discutible, nosotros sí que te recomendaríamos llevar algún que otro filtro en la mochila fotográfica como el polarizador y el de densidad neutra.
Salvo el UV, su uso está más vinculado a ciertas situaciones pero aún así es recomendable inlcuir en la bolsa al menos un filtro polarizador
El primero sirve básicamente para eliminar reflejos de superficies metálicas, agua y cristales y para potenciar el azul del cielo y el contraste con las nubes. Además, puede ser un buen recurso para ajustar la luz si necesitamos realizar una larga exposición en condiciones de alta luminosidad. Es decir, en caso de necesidad (y hasta cierto punto) puede sustituir a un filtro de densidad neutra que es el que realmente se usa para esos casos en los que, por ejemplo, queramos obtener el conocido efecto seda en una cascada de agua.
De hecho, como ya contamos hace poco, estos filtros serían casi imprescindibles en el caso de que te vayas a centrar en paisajes y naturaleza, pero incluso para un uso general estos dos filtros son recomendables aunque, repetimos, en principio no imprescindibles.
El trípode
Otro accesorio que consideramos recomendable pero no imprescindible es el trípode. Generalmente asociado a la fotografía nocturna o la de larga exposición, su uso es recomendable en todos los casos para lograr la máxima nitidez en la toma. Además, es un elemento que ayuda en el aprendizaje, ya que te predispone a componer, enfocar y exponer con calma, además de abrirte la puerta a ese tipo de fotos que no se podrían lograr sin él.
Por tanto tener un trípode es imprescindible, aunque sea para casa, y quizá no tanto lo es llevarlo siempre en nuestra bolsa fotográfica. La cuestión principal, claro está, es el tamaño y el peso, aunque existen modelos muy ligeros y compactos, como estos trípodes de carbono, y otros de reducidas dimensiones como este minitrípode, incluidas soluciones más originales como los conocidos GorillaPod o este trípode modular.
Cargar con un trípode puede ser pesado pero hay muchas opciones para elegir alternativas a un elemento también muy recomendable
Pero más que el peso del trípode en sí lo fundamental es que el accesorio sea capaz de soportar sin problema el peso de tu equipo (osea el de tu cámara y tu objetivo más pesado). Por eso, si utilizas una réflex de gama media-alta con objetivos relativamente grandes será difícil que puedas tener suficiente con un minitrípode.
Aún así, ésta es una solución que puede venir bien si no lo vas a usar mucho y no quieres cargar con un trípode “de los grandes”. Tener un pequeño trípode guardado en la mochila puede ser un recurso del que tirar cuando sea necesario sin que ocupe ni pese mucho. Por el contrario, si lo vas a llevar frecuentemente en tus salidas estúdiate bien los diferentes tipos de rótulas para elegir la más adecuada a tus propósitos y decántate por lo mejor que puedas pagar para evitar castigar tu espalda y/o hombros con peso inútil.
Flash
El último de los accesorios que te recomendamos llevar en la bolsa, pero que tampoco es imprescindible, es el clásico flash independiente. Salvo que nos vayamos a dedicar a ciertos trabajos concretos, como la fotografía de bodas, el que lleva la cámara (si es que la nuestra lo tiene, claro) nos servirá como recurso para usarlo de relleno y para momentos puntuales.
Aún así, y teniendo en cuenta que los flashes no suelen ser excesivamente pesados ni voluminosos, es otro accesorio que conviene tener aunque sea para usarlo sólo en ciertas ocasiones y no llevarlo siempre en la mochila en todas las salidas.
Salvo para ciertos usos, el flash de la cámara suele ser suficiente para salir del paso pero es otro accesorio que deberíamos plantearnos comprar
Si estás de acuerdo con ello, nuestras recomendaciones para adquirir un flash como complemento comienzan con hacerse con uno que disponga de medición TTL. Esto es, la que hace que el flash dispare de forma automática graduando la luz de acuerdo a los datos de medición de la cámara.
Dando un paso más allá interesaría saber si el flash en cuestión puede funcionar como esclavo y/o maestro, para utilizar más de una fuente de luz, y si ofrece el modo HSS, de sincronización a alta velocidad y permite disparar a velocidades superiores a 1/200. Pero para eso ya entramos en un terreno semiprofesional que se nos escapa un poco así que es mejor quedarse con opciones más modestas. Eso sí, como ya hemos apuntado, si nos decidimos a comprarlo mejor buscar un equipo que ofrezca fiabilidad y un buen acabado aunque resulte más caro.
Otros accesorios recomendados
No queríamos terminar sin incluir algunos otros objetos que podemos incluir en nuestra bolsa fotográfica aunque no los consideremos tan importantes. Por ejemplo algunos elementos muy básicos como una libreta y bolígrafo (donde tomar notas de las fotos realizadas o apuntar ideas para próximas imágenes) o una gamuza y/o accesorios de limpieza para mantener el equipo impoluto.
No hemos hablado del parasol porque lo normal es que ya lo tengamos pues suele venir con los objetivos, pero si no, es un accesorio casi imprescindible porque evita que lleguen al objetivo luces parasitarias o incluso gotas de lluvia y además puede absorber parte del golpe producido por una caída.
Libreta y bolígrafo, una gamuza y/o accesorios de limpieza, el parasol, el libro de instrucciones de la cámara, un disparador a distancia, alguna bolsita antihumedad y un disco duro portátil son otros accesorios que pueden ayudarnos
Para los principiantes también puede ser interesante incluir el libro de instrucciones de la cámara por si surge alguna duda (y suponiendo que se lo hayan dado impreso, que si no…) y para todos también sería recomendable contar con un disparador a distancia, aunque es cierto que este elemento es relativamente fácil de sustituir (usando el autodisparador o con el móvil si la cámara se puede conectar a él).
Por último, también podemos llevar otros elementos menos comunes como una bolsita antihumedad para mantener bien secar las baterías o un disco duro portátil para realizar backups de las tarjetas de memoria. Elementos todos ellos que dejamos a elección de cada uno. Y eso es todo ¿echas en falta alguna cosa? Pues cuéntanoslo en los comentarios.
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