Seguramente tendréis amigos que siempre os hablan de lo bien que se ve una imagen nítida; con esa textura que sientes así la toques sobre un papel o una pantalla, con esa claridad que puedes notar cada poro de la piel o incluso ver las montañas en el iris de los ojos. Esa "nitidez" de la imagen es una constante búsqueda de los fotógrafos. Y de ahí su búsqueda para que los equipos que compramos ayuden a obtener una imagen más nítida.
Sin embargo, la nitidez es un concepto subjetivo, ya que en su definición más cercana a nuestro mundo sería la capacidad de ver algo que se distingue bien, no confuso. En fotografía debemos acercarnos más a dos conceptos: Resolución y acutancia. Pues entre estos dos se encuentra la clave de cómo entender nuestro sistema fotográfico para obtener el mayor detalle posible o para saber manipularlo según las necesidades que tengamos. Así que arranquemos a definirlos.
Resolución en cubitos
Tal vez, lo que más asociamos como resolución es el tamaño de la imagen. Esto se debe a que nos venden la idea de que más megapíxeles permiten sacar fotos más grandes. Si bien una densidad de píxeles más amplia permite irse a formatos más grandes de visualización, el concepto de tamaño y resolución son independientes.
Más densidad de píxeles en un área permite notar mejor el detalle
La resolución es la capacidad de un sistema de registro para distinguir entre dos puntos con cercanía próxima. En el cuerpo, la resolución depende principalmente del sensor de la cámara. Teniendo un tamaño fijo de sensor (Full Frame, APS-C, Micro 4/3), entre mayor sea el número de píxeles en este espacio más resolución tendremos en la imagen. Y lo notaremos entre tomas similares tomadas con cámaras de distintos formatos.
Es cierto que la cámara no hace al fotógrafo. Pero es cierto también que si el fotógrafo quiere un nivel de detalle más limpio y definido deberá pensar en invertir en cámaras de mayor resolución de captura.
Observando la acutancia
Sin embargo, la cámara es solo una parte de la ecuación, la verdadera ‘nitidez’ viene de la óptica que elijamos. Si el objetivo es ‘suave’ dará una imagen suave de foco independientemente si la capturamos en una cámara de 400 megapíxeles como la Hasselblad H6D-400c o con una de 10 megapíxeles.
En la imagen de arriba podréis notar la diferencia entre distintas ópticas. La cámara con la que se tomó las fotografías es una Canon 7D. La prueba está hecha buscando cubrir la misma área en el sensor con la cabeza lego. La imagen a la izquierda es la de un lente 18-55mm EFS Canon (de 2008) de los baratos que venían con la cámara en su época. En el medio se encuentra un lente 28-75mm asférico Tamron. Y en la derecha se encuentra un objetivo 90mm macro asférico Tamron. Las fotos fueron tomadas a F8,0 para trabajar con el área de mejor rendimiento óptico. Pueden notar en el detalle la diferencia que hace un lente de mayor calidad e incluso la diferencia entre un objetivo fijo y un zoom.
La calidad de las ópticas define la acutancia en la imagen. Esta se refiere al grado de contraste que hay entre detalles que se diferencian en luminosidad o detalle. Un contraste más alto se interpreta de manera perceptible como ‘mayor nitidez’. Por ello, para encontrar el poder de resolución y contraste de la óptica, es importante leer los diagramas MTF que se encuentran en las páginas al comprar las ópticas. No os asustéis con tantas líneas, lo importante es saber leer el mapa en términos generales.
Lo primero es entender que el eje vertical determina el nivel de contraste y el eje horizontal una distancia que parte desde el centro del objetivo. Esta segunda es importante, porque como sabéis, los lentes tienen mejor desempeño en el centro del cristal (donde la luz llega de manera más directa al sensor). En nivel de contraste, se dice que sobre .8 en el eje vertical es un lente de buen desempeño, entre .8 y .6 es un rendimiento normal, y menos a eso son los lentes que solemos ver con imágenes lavadas y que parece que nunca pueden enfocar.
Las pruebas se hacen con unas cartillas que tienen una diagonal de líneas en paralelo que van de una diagonal a otra diagonal de un rectángulo en proporciones de un sensor. Las líneas en esta diagonal tienen dos densidades estándar 10 LP/mm y 30 LP/mm.
Las pruebas realizadas a 30 LP/mm, entre más altas estén, se interpreta que el poder de resolución de la óptica es alto y, por ende, la nitidez perceptual es mucho más alta. Las pruebas realizadas a 10 LP/mm, entre más altas estén, se interpreta que el poder de reproducción de contraste es mejor en el lente.
Aveces las compañías muestran el rendimiento utilizando diafragmas totalmente abiertos junto a un diafragma cerrado como F8,0. Como mencioné arriba, al cerrar el diafragma estamos trabajando con el centro del objetivo y deberíamos siempre ver mejor desempeño de la óptica. Algunas compañías solo ponen la MTF con los diafragmas abiertos y separarán las pruebas con color para diferenciar las LP/mm que utilizaron.
Todo comienza por donde llega la luz.
Así que ya sabéis, arrancar con una buena óptica puede ser más fructífero en la búsqueda de imágenes con una percepción de nitidez mucho más alta. Si el nivel de resolución del sensor con el que lo acompañéis es alto, ayudará a obtener imágenes con asombroso nivel de detalle y textura.
Si leer las tablas se te dificulta, también existen páginas como DXoMark donde podéis ver pruebas de acutancia, contraste y color de muchos lentes. Comparar cómo se comportan lentes similares. También podrán comparar cámaras y planear cuál es ese equipo para adquirir en el próximo cumpleaños o navidad.
Imágenes| Sergio Fabara, Nikon USA
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