Si hace poco os contábamos esas cosas que un novato no suele saber (porque no se suelen contar) y que hacen que la fotografía sea una disciplina apasionante pero también compleja, esta vez vamos a ir más allá y mostraros una serie de prácticas básicas que todo principiante debería realizar en sus comienzos. Ejercicios con los que empezaréis a dominar muchos de los conceptos más importantes en fotografía.
Con estos ejercicios queremos ofrecerte una especie de guía con la que poder empezar a poner en práctica los conocimientos que has adquirido (o estás adquiriendo) sobre fotografía, ya sea por tu cuenta o gracias a nuestro curso. La mayoría de ellos versan sobre cosas que ya hemos tratado en Xataka Foto, pero nos ha parecido que sería útil tenerlos recopilados, aprovechando además para actualizar conceptos y complementarlos en la medida de lo posible.
Pon a prueba las reglas de composición
Como sabrás, hay una serie de reglas sobre la forma de disponer los elementos en la escena fotografiada que están hechas como una guía de referencia para conseguir una composición “técnicamente perfecta”. La regla de los tercios, la proporción áurea, los principios básicos de composición... Practicar todas estas reglas y asimilarlas es una buena manera de aprender a mirar y a componer y, con el tiempo, también el primer paso para romperlas y dar libertad total a nuestra creatividad.
Utiliza las líneas y otros elementos
Líneas horizontales y verticales, triángulos, simetría, asimetría, patrones, como contábamos en este artículo nuestro cerebro busca instintivamente las formas geométricas a la hora de ver imágenes de modo que usar estos elementos es una excelente práctica para aprender a componer. Por eso, una buena práctica es buscar este tipo de elementos en la escena para aprender a identificarlos y ser capaces de usarlos en nuestras fotografías y aprovechar sus posibilidades.
Mira cómo cambia la perspectiva según la distancia focal
Controlar el fondo de nuestras imágenes es importante cuando fotografiamos y éste puede ser muy diferente dependiendo (además de la profundidad de campo) de la distancia focal que estemos usando y la distancia real a los objetos. Por eso, un ejercicio muy interesante es hacer una serie de tomas del mismo objeto procurando que éste tenga el mismo tamaño (aproximado) en la foto final pero variando la distancia focal. Para lograrlo, tendremos que acercarnos o alejarnos del objeto, y esto hará que el fondo cambie considerablemente debido a la diferente perspectiva de la toma.
Juega con la profundidad de campo
Probar cómo se puede controlar la profundidad de campo a través de los tres parámetros que la determinan (a saber, diafragma, distancia al sujeto y distancia focal) es uno de los primeros ejercicios a realizar por todo principiante, algo que puede llegar a resultarle casi mágico. Incluso aunque tu equipo sea básico, no te será difícil practicarlo siguiendo estos consejos. Así, aunque se pueden realizar muchos ejercicios en este sentido los más interesantes que se pueden hacer serían dos, el primero lograr desenfocar completamente un fondo.
Practica la distancia hiperfocal
Justo al contrario, conseguir tener enfocados todos los elementos de una escena, aunque estén en planos muy distintos, es otra práctica que nos ayudará a aprender a controlar la profundidad de campo de nuestras fotografías. Para conseguir la máxima profundidad, que abarcaría aproximadamente desde la mitad de la propia distancia de enfoque hasta el infinito, hay que recurrir a la distancia hiperfocal que, por supuesto, también hemos tratado ampliamente.
Prueba a congelar el movimiento
Jugar con el movimiento es una de las técnicas más básicas pero también de las más importantes (y una práctica inicial que todo principiante tiene que realizar) que tenemos en nuestra mano para obtener diferentes resultados en nuestras imágenes. Lo habitual es que las fotografías congelen un instante, y por tanto el movimiento que pueda haber, aunque desde luego ésta no es la única posibilidad. Si queremos congelar el movimiento tendremos que disparar a velocidades superiores a 1/125, pero como siempre dependerá de la situación, sobre todo de lo rápido que se mueva el sujeto principal.
Intenta reflejar el movimiento
Por el contrario, si lo que queremos es dar sensación de movimiento tenemos que usar una velocidad baja, teniendo cuidado eso sí de que no sea tan baja como para hacer que la trepidación se produzca por culpa nuestra al sujetar la cámara en vez de por el movimiento de los sujetos retratados. Así, a partir de 1/60 podemos empezar a conseguir movimiento reflejado en nuestras fotografías siguiendo estos consejos... Las posibilidades son infinitas.
Prueba a hacer un barrido
Se trata de una forma bastante especial de captar el movimiento ya que, al mismo tiempo, congela al sujeto principal y hace que el fondo aparezca movido ofreciendo un resultado espectacular. Para lograr este efecto básicamente tienes que seguir un objeto en movimiento que vaya en perpendicular a tu cámara mientras realizas una exposición relativamente baja, sobre 1/60 y menos. Como siempre, es cuestión de práctica pero siguiendo estos consejos serás capaz de hacerlo en poco tiempo.
Juega con el efecto seda
Ya sea en un río o en la playa lograr reproducir el efecto seda produce un efecto muy atractivo y que es una excelente práctica también relacionada con la velocidad de obturación. La técnica consiste en realizar una larga exposición, a partir de 1/15 o así, que permita que el agua aparezca movida en la fotografía para lograr el efecto. La técnica es básicamente la misma que la que usaríamos en fotografías de larga exposición diurna, y por supuesto necesitaremos trípode y puede que también un filtro de densidad neutra.
Haz exposiciones aún más largas
Y ya para finalizar con las posibilidades que se pueden conseguir jugando con la velocidad, la última sería realizar largas exposiciones, por ejemplo de varios segundos o incluso de horas. Esto nos abriría la puerta a muchas otras opciones como la fotografía nocturna o la de fuegos artificiales, disciplinas que pueden ser algo más complicadas pero que sin duda son una buena práctica para seguir aprendiendo.
Haz pruebas de ISO alto
A pesar del problema de ruido que suele conllevar utilizar ISOs altos, en la actualidad las nuevas cámaras soportan bien hasta sensibilidades alrededor de 1600-3200 ISO. Sin embargo todo depende de la cámara que uséis, o más bien del sensor que tenga, con lo cual es necesario saber cómo se comporta la vuestra en concreto.
Haciendo pruebas a altas sensibilidades sabréis cómo va a responder vuestra cámara si necesitáis echar mano de ello, de tal manera que tendréis una guía para saber hasta qué nivel podéis subir el ISO sin que aparezca el ruido y si éste es más o menos solventable en el procesado a posteriori. Además, también sabréis de qué tipo es el ruido que produce vuestra cámara (si es mayor el de luminancia, el de crominancia o se reparten por igual) y si, por un casual, pueder serviros para aportar algo que estéticamente os parezca interesante.
Haz una misma foto en horas diferentes
Como sabéis, la luz del sol, que es la que principalmente utilizamos en fotografía, tiene la particularidad de ser cambiante a lo largo del día debido al movimiento de la Tierra. Por eso, puede ser muy interesante hacer una fotografía de un mismo lugar en diferentes horarios para comprobar cómo evoluciona la luz y ver cómo varían los resultados dependiendo de la luz del momento. Está claro que las diferencias pueden ser muchas si hacemos la foto al amanecer, al mediodía o al atardecer. Prueba y verás lo diferente que puede ser un mismo lugar dependiendo de la luz reinante.
Intenta lograr una buena silueta
Conseguir captar una silueta a contraluz es otro buen ejercicio que permite conseguir fotos muy resultonas y nos ayuda a controlar aspectos como dónde debemos medir la luz. La técnica básica requiere medirla de tal forma que la silueta en sí quede subexpuesta en contraste con un fondo perfectamente iluminado.
Atrévete con un retrato
Iniciarse fotografiando a amigos o familiares es una buena práctica al alcance de la mano de cualquiera. Claro que conseguir un buen retrato no es simplemente decirle al modelo ponte allí y sonríe. Hay un montón de cosas a tener en cuenta y muchos errores que podemos cometer, pero con paciencia y siguiendo unos sencillos consejos (como lo que os ofrecemos en este post) se pueden conseguir buenos resultados.
Prueba a hacer fotos macro
Una disciplina algo más avanzada y muy atrayente para el principiante es la fotografía macro, aunque para practicarla en principio necesitamos algún accesorio adicional como un objetivo macro, filtros especiales o un tubo de extensión. Sin embargo, siempre podemos probar con la distancia mínima de enfoque del objetivo que tengamos para hacer tomas lo más cerca posible y seguro que obtendremos resultados interesantes. Además, en este artículo te damos tres opciones low cost para poder practicar la fotografía macro sin gastar mucho dinero.
Prueba a hacer fotos de clave alta y baja
Por último, hacer fotos en clava alta y/o baja, es decir aquellas en las que hay una evidente predominancia de las altas o bajas luces (respectivamente), es una práctica muy interesante cuando ya hayas realizado los ejercicios anteriores. Y es que este tipo de técnicas permiten afianzar tus conocimientos sobre la exposición y te exigen mucho cuidado en la composición y la disposición de elementos de la toma, empezando por las luces. Como decimos es una práctica que ya entra dentro de un nivel más avanzado pero, cómo no, puedes recurrir a nuestros consejos para hacer fotos en clave alta o en clave baja.
Esperamos que todos estos ejercicios os sean útiles, aunque como no somos perfectos seguro que nos hemos dejado muchas cosas en el tintero. Por eso, como siempre, os animamos a que lo complementéis, a través de los comentarios, con otros ejercicios que a vosotros os parezcan recomendables para iniciarse en la fotografía.
En Xataka Foto | Fotografiar con poca luz: Claves a tener en cuenta
Foto de portada | Kaique Rocha
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