Si te has decidido por fin a comprarte una cámara “de las buenas”, si no haces más que recibir alabanzas a las fotos que haces con el móvil y cuelgas en Instagram, si siempre te atrajo eso de la fotografía pero nunca te atreviste a meterte en serio con ello... Si estás en alguno de estos casos quizá deberías saber una serie de cuestiones importantes que nadie suele contar a quien se apresta a adentrarse en el apasionante, pero también complejo, mundo de la fotografía.
Cosas que un novato no suele conocer y que, quizá, pueden echarte para atrás cuando ya te has comprado una carísima réflex último modelo. Cosas que quizá te hagan pensar que esto no era lo tuyo y que te bastaba con tomar instantáneas sin más ambiciones y pasar de complicarte la vida aprendiendo qué es el diafragma, la velocidad de obturación, el ISO, la profundidad de campo, la distancia hiperfocal…
Cosas en definitiva, que uno no suele saber hasta que no se mete de lleno a aprender fotografía y que seguro agradecerás que te contemos para que sea más sencillo para ti decidir si avanzar o dar un paso atrás. Estas son las cosas que alguien que quiera iniciarse en la fotografía debería saber antes de nada y que probablemente nadie te haya contado.
La fotografía no es fácil de aprender
Darle al botón de la cámara es un acto muy sencillo pero lo que hay detrás, si quieres aprender fotografía de verdad, es muchísimo más complicado. Si te adentras en este mundo vas a tener que aprender un montón de conceptos que puede que al principio te suenen a chino. ¿Sabes que usando un diafragma ƒ1.4 entra mucha más luz al objetivo que si se usa un ƒ22 a pesar de que el número en sí es más alto? Lioso ¿no?
La mayoría de cámaras ofrecen modos de disparo automáticos que suelen dar buenos resultados pero al aprender fotografía no es que esté prohibido usarlos es que debemos utilizar los modos manuales. Ten en cuenta que de lo que se trata es de conocer la técnica del arte de captar la luz para ser capaces de que nosotros, y no la cámara, tengamos el control total sobre las imágenes, sabiendo exactamente qué es lo que queremos conseguir y cómo hacerlo. Y esto requiere un largo proceso de aprendizaje.
Dominar la técnica no es suficiente
Claro que además de conocer la técnica, en fotografía hay una parte artística que es seguramente más importante y que se tarda aún más en dominar. Hablamos de aprender a componer (osea saber distribuir eficazmente los elementos en el encuadre), de saber interpretar las cambiantes condiciones de luz que te puedes encontrar en una escena, o de educar nuestro ojo para ser capaz de de contar una historia y transmitir emociones con nuestras fotografías. Esto es algo que no se consigue fácilmente. ¿Que cómo se hace? Estudiando y practicando.
Se necesita tiempo para lograr buenos resultados
La cámara es una herramienta en la que hay que invertir muchas horas de aprendizaje y práctica para ser capaces de exprimirla. Una buena comparación sería eso de que cualquiera puede conducir un coche tras sacarse el carné, pero sólo con mucha práctica y a base de experiencia se está preparado para conducir un coche de carreras.
En definitiva, se necesita un cierto grado de experiencia para conseguir fotos a la altura de esas que vimos en aquella exposición. Primero hay que aprender a dominar la técnica, después practicar mucho y acostumbrar a nuestro ojo a mirar de forma distinta. Además, por si fuera poco, también hace falta tiempo para dominar nuestra cámara.
El equipo no lo es todo
Seguro que más de uno habéis oído decir (o incluso vosotros mismos le habéis dicho a alguien) aquello de “claro con esa cámara ya podrás”. Pues no se puede estar más equivocado. Piensa que la cámara no corta cabezas, las corta el fotógrafo. Osea que por muy buena cámara que tengas, si no tienes buen pulso o eres un negado a la hora de componer una imagen el resultado seguramente será malo por muy buena que sea la cámara.
Eso sin contar que cuanto mejor sea más difícil será de dominar (un punto del que hablamos más adelante), porque que te quede claro que la parte creativa siempre será más importante que la técnica y que el equipo. Esto explica que con un “simple” móvil se puedan conseguir excelentes imágenes o que sea más importante estar en el lugar exacto en el momento adecuado que el equipo que tengas.
No necesariamente necesitas una réflex
Al hilo del punto anterior, es habitual ver que la gente se compra una cámara DSLR sin tener mucha idea de fotografía, sobre todo desde que este tipo de cámaras empezaron a tener precios muy asequibles. Pues bien, ya te imaginarás que nuestro siguiente consejo es que no, no necesitas comprarte una réflex.
La tentación de comprarse una cámara “como la de los profesionales” puede ser grande pero no es lo mismo querer algo que necesitarlo. Así, hacerse con una cámara de este tipo puede ser tirar el dinero dependiendo de tus aspiraciones, y seguramente una cámara más pequeña, como una sin espejo, no sólo te ofrecerá todo lo que necesites sino que te será más cómoda y práctica sin que pierdas prestaciones ni tengas que machacar tu cuello y espalda llevando una pesada réflex.
Así, nuestro consejo es que estudies bien lo que necesitas y te hagas con un modelo de acuerdo a tus conocimientos, el destino que vayas a dar a las fotos, la importancia que le des al tamaño y peso de la cámara y, cómo no, el presupuesto que tengas.
La fotografía es un hobby caro
Puede que pienses que iniciarse en fotografía consiste en comprarse una buena cámara y poco más, que sí, es una cosa cara pero la pagas y ya está. Pero no, si quieres adentrarte de verdad en esta disciplina vete preparando el martillo para romper la hucha con forma de cerdito. Un equipo básico es suficiente en principio pero muy pronto verás que necesitas más cosas, sobre todo si quieres dedicarte a algún tipo de fotografía más especializada como puede ser la fotografía de naturaleza, la fotografía macro o la astrofotografía.
Objetivos, un trípode, un flash, filtros… Siempre hay algo nuevo y útil que añadir a nuestro equipo y, en general, los equipos y accesorios fotográficos no son precisamente baratos. Y si no te ocurre nada seguro que el fabricante de turno sacará, mucho antes de lo que esperabas, un nuevo modelo de cámara que sustituye a la tuya y te pondrá los dientes largos. Eso por no hablar de lo caro que es viajar, si es que quieres fotografiar países lejanos, o de lo costoso que es reparar una cámara digital o un objetivo si se estropea.
Un buen equipo fotográfico abulta… y pesa
Ya lo avanzábamos antes al decir que es posible que no necesites una réflex, entre otras cosas porque una cámara más pequeña es más cómoda de llevar. Un equipo fotográfico completo está compuesto por un montón de elementos, incluidos cámara (o cámaras), objetivos, trípode, flash, filtros y muchas otras cosas que pueden hacer que tengas que transportar, por ejemplo, cinco kilos de material.
Esta es una de las razones por las que algunos profesionales se están pasando al formato sin espejo, que con equipos de menor tamaño y peso resulta mucho más cómodos de llevar sobre todo cuando se tiene que cargar con el equipo todo el día por cuestiones de trabajo o porque se está de viaje.
Tienes que aprender a procesar las fotos
Fotografiar es un proceso que va más allá de la toma de imágenes. No basta con hacer las fotos, luego hay que hacer un trabajo posterior con ellas para llegar al resultado final, una labor que se hace más importante cuando más avancemos en el conocimiento de la fotografía. Y es que un simple aficionado normalmente disparará en automático y formato JPEG con lo que obtendrá unas imágenes ya finalizadas que no necesitan más (lo cual no quiere decir que sean buenas).
Pero si te adentras en el mundo de la fotografía tendrás que hacer las fotos en RAW y con ello seguramente obtendrás unas imágenes que necesitan obligatoriamente un procesado para llegar a ser realmente buenas a través de algún programa de edición de fotografía. Por supuesto disparar en RAW no es algo obligatorio pero sí muy recomendable, tanto para obtener la máxima calidad como, importante, para aprender.
No te fíes de las alabanzas en redes sociales
Como decíamos en la introducción, hoy día no es raro que alguien se crea un buen fotógrafo por lo que le dice la gente en redes sociales. Y puede que lo sea, el problema es que uno no puede fiarse de estos comentarios porque quienes los hacen normalmente no son fotógrafos y por tanto su opinión no es lo suficientemente crítica. Además, las alabanzas no ayudan a mejorar, cosa que sí hacen las críticas.
Por eso, no debes fiarte de lo que digan de tus fotos en redes sociales. Que a tu familia o a tus amigos de Instagram les gusten tus fotos no significa que puedas ganarte la vida con ello. Si quieres conocer la opinión de otra gente sobre tus fotos búscalos en otros sitios como grupos o foros de fotografía a los que acuden personas con conocimientos avanzados y que no tendrán problemas en alabarte o criticarte si te lo mereces.
Siempre habrá alguien mejor que tú
Esto puede que te duela pero tienes que tener presente que hay muchísima gente que hace fotografías y las hace muy bien. Puede que te pienses que tus fotos son muy buenas o que esa idea que tuviste para hacer aquella toma no se le ha ocurrido nunca antes a nadie. Pues siento decirte que seguramente tus fotos no son tan buenas y que sí, que alguien probablemente ya hizo eso que tú pensabas era tan original.
¿Moraleja? Mira muchas fotos, navega por páginas y foros de fotografía, lee todos los libros del tema que puedas y acude a las exposiciones de tu ciudad o las de alrededor, aprende de todos ellos y crea tu propio estilo.
Foto digital y foto química son mundos diferentes
Seguramente si empiezas en esto de la fotografía lo harás directamente en formato digital, pero tal vez te decantes por apuntarte al revival de la fotografía química, quizá porque te atraiga lo vintage quizá porque quieras aprovechar esa vieja cámara analógica de tu padre. Pues bien, en ese caso debes saber que fotografía digital y química son dos mundos bastante distintos.
La técnica fotográfica no cambia mucho, y las bases son las mismas, pero por ejemplo los objetivos de una cámara de carrete no suelen servir para una digital, y si tienes suerte y lo hacen es muy posible que sea modificando su distancia focal. Y por supuesto en el tema del revelado nada que ver lo que se necesita para obtener las fotos químicas, comparado con el procesado digital a través de herramientas de software.
En definitiva, como ya te hemos adelantado, la fotografía es un campo apasionante en el que siempre se está aprendiendo. Hay miles de aspectos que desarrollar y es imposible decir que uno ya lo ha aprendido todo sobre fotografía. Además, siempre hay algún estilo o tendencia que se pone de moda o algún tipo de truco diferente para obtener no se qué resultado. Eso sin hablar de nuestra propia capacidad creativa como fotógrafos que no tiene límites y, por ello, tiene una gran atracción al permitirnos estar siempre en evolución y aprender y practicar nuevas cosas.
Te aseguramos que si empiezas y eres constante los frutos llegarán casi sin que te des cuenta, pero es mejor que estés avisado de lo que te espera. Sobre todo recuerda que la fotografía es un proceso de aprendizaje continuo que requiere de esfuerzo y práctica pero que, eso sí, te aseguramos que merece la pena.
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Foto de portada | Michael Lin
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