No paran de llegar novedades de Sony y es que, además de la NEX-3N, la firma hace oficial la llegada de la nueva SLT-A58, otro miembro de la familia de cámaras con espejo translúcido que viene a pelearse por un hueco en el mercado por abajo, con las DSLR de iniciación de la competencia y con las propias mirrorless de Sony.
Con un eslogan que llama a no perderse ningún momento uno puede intuir por dónde irán los tiros: una cámara suficientemente pequeña como para que podamos llevarla encima habitualmente, con una ráfaga poderosa para determinadas situaciones y con automatismos variados. Eso es, sin duda, lo que ofrece la Sony SLT-A58.
Sony SLT-A58, una pequeña gran cámara
Dicen que los buenos perfumes vienen en frascos pequeños; por eso, quizá, no deberíamos dejarnos engañar por su medidas (128.6 x 95.5 x 77.7 mm) o su poco peso, que no alcanza ni los 500 gramos. 20,1 megapixels son los que rinden su sensor CMOS Exmor APS HD y que, junto al procesador de imagen BIONZ, se atreven a ofrecer, por ejemplo, un rango ISO 100-16.000 sin forzar (25.600 forzado). A las promesas de altas dosis de calidad de imagen, detalle y gestión de ruido le ponemos un asterisco que quitaremos cuando podamos comprobarlo realmente.
Las cámaras con espejos translúcidos siempre han destacado por ofrecer unas ráfagas generosas y aunque aquí se queda en 5fps podemos recurrir a un modo especial en el que poder subir hasta la nada despreciable cifra de 8fps. El vídeo también está presente en esta cámara, ofreciendo grabación Full HD a 50i/25p.
Los 15 puntos de AF (detección de fase)con un mejorado bloqueo de enfoque continuo (seguimiento), la pantalla articulable de 2,7 pulgadas y 460.000 puntos y el visor electrónico OLED con una cobertura del 100% completan una interesante lista de especificaciones.
Perfeccionando los automatismos
Una de las coletillas más repetidas en el mundo de la fotografía es que al final todo depende del ojo del fotógrafo, de su visión y creatividad. Esto, desgraciadamente, puede tener fecha de caducidad. En esta, como en otras tantas cámaras, contamos con una ingente cantidad de modos automáticos y filtros creativos, 11 y 15 respectivamente.
La vuelta de tuerca a los automatismos es un tan interesante como siniestro modo en el que la cámara, no contenta con analizar la escena para ofrecer los valores óptimos de exposición, se permite el lujo de componerla haciendo un recorte. Si disparamos, como veréis en el vídeo, a un ciclista la cámara dejará espacio marcando la dirección, si es un retrato se centrará en los sujetos...
Esto da para un debate porque aunque sea otro logro de la tecnología no conduce a otra cosa que la estandarización de la creatividad (o a la aniquilación de la misma). Imaginad que sale un grupo de 50 personas a probar esta cámara y que todos se sirven de esta función; acabaría la sesión con 500 fotografías cortadas por el mismo patrón. Terrorífico.
Aunque no hay precio oficial, la Sony SLT-A58 estará disponible a lo largo del mes de abril.
Más información | Sony
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