Apenas dos días después de que se desvelara el nuevo Sony FE 400mm F2.8 GM OSS la firma nipona nos ofreció la oportunidad de probar este teleobjetivo de largo alcance y alta luminosidad en un circuito de pruebas de coches. Sin duda un escenario bien elegido para una toma de contacto con una óptica que pretende enamorar a los fotógrafos profesionales de deportes, acción, animales y/o naturaleza.
Fotógrafos que suelen cargar con enormes y pesados objetivos, como los que solemos ver alrededor de los campos de fútbol (ahora que estamos en pleno Mundial), y que sin duda son un sector en el que Sony tenía que entrar, teniendo en cuenta que están haciendo una fuerte apuesta por lograr que los profesionales de la fotografía se cambien de marca.
Y uno de sus mejores argumentos, sin dejar de lado calidad, tecnología y rapidez, es la ligereza que aportan las cámaras sin espejo. Y esa misma baza es la que quieren jugar con este Sony FE 400mm F2.8 GM OSS, un objetivo que aunque pueda parecer igualmente enorme y pesado, es significativamente más ligero que las alternativas de la competencia.
Esto lo recalcaron en la rueda de prensa previa a la toma de contacto, en la que incluso se podían comparar las dimensiones del nuevo objetivo con uno de la competencia. Claro que los números hablan por sí solos: Casi un kilo menos pesa el Sony que las dos ópticas similares de la competencia, y hasta 1,8 kilos se pueden ahorrar los fotógrafos si incluimos los cuerpos de cámara. Teniendo en cuenta que el peso del Sony es de 2,897 gramos, un kilo y pico de ahorro es un porcentaje significativo que sin duda los profesionales apreciarán.
Sea como fuere, el principal responsable de esta reducción de peso está en la utilización de lentes de fluorita, un mineral que tal y como os contamos tiene excelentes cualidades ópticas y posibilita objetivos más ligeros (a un alto precio eso sí). Un mineral que, por cierto, se integra por primera vez en un objetivo de esta familia, compuesta ya por 28 objetivos nativos para las Sony sin espejo full frame.
Además, en el Sony FE 400mm F2.8 GM OSS también destaca un diseño (22 elementos en 17 grupos) en el que no hay grandes lentes situadas en la parte frontal. Esto evita que haya un alto peso en la parte delantera del objetivo, como suele ser habitual, con lo que se mitiga la típica inercia que hace que estas ópticas tengan tendencia a caerse hacia adelante.
Por supuesto, teniendo en cuenta que se trata de un objetivo profesional que cuesta doce mil euros, está sellado contra los elementos y construido para durar (tal y como quisieron recalcar desde Sony), y también es reseñable la inclusión de un montón de botones de función en el cuerpo del objetivo, incluido uno para elegir entre los tres modos diferentes de estabilización (para diferentes situaciones) o un anillo de funciones que se puede ajustar a gusto del usuario, siempre siguiendo la idea de Sony de que sus equipos sean altamente personalizables.
Como podéis imaginar, no tuvimos tiempo de probar casi ninguna de estas posibilidades pero seguro que os interesará saber que en el briefing previo asistimos a una pequeña charla de Bob Martin, un fotógrafo profesional que utilizó el objetivo en los últimos Juegos Olímpicos y Paralímpicos de invierno. Éste, aparte de hablar maravillas del producto y contar cómo ha logrado fotos antes imposibles para él, nos comentó que le había costado meses dominar el Sony FE 400mm F2.8 GM OSS y aprender todas sus posibilidades.
Cogiendo al “monstruo”
Evidentemente no estamos acostumbrados a tener la oportunidad de probar esta clase de objetivos tan profesionales así que no os vamos a negar que nuestra primera reacción al cogerlo fue de admiración. Sobre todo (lógicamente) por sus dimensiones. Puede que sea más pequeño y ligero que los objetivos similares de la competencia, pero al tenerlo en las manos es imposible no pensar en lo enorme que es.
Sin embargo, la primera impresión al cogerlo es que pesa menos de lo que su tamaño parece indicar. Ciertamente los casi tres kilos del Sony FE 400mm F2.8 GM OSS, más los casi 700 gramos de la Sony A9, cámara para la que se ha diseñado principalmente y con la que pudimos probarlo (en algunos casos con el grip), son considerables, pero realmente sí es factible disparar a pulso…
Al menos los primeros cinco-diez minutos, porque pasado este tiempo nuestros brazos empiezan a notar el peso y se hace necesario contar con un apoyo, ya sea un trípode o un monopié (conjunción esta última que nos pareció ideal por sus posibilidades de movilidad). Aún así, desde luego nos parece que el propósito de ofrecer una alternativa de súperteleobjetivo más ligero que lo que existía hasta el momento se ha cumplido con creces.
Igualmente la construcción es excelente y parece muy sólida, aunque desde luego su durabilidad es algo de lo que no podemos hablar, y que sólo el tiempo y los profesionales que lo utilicen podrán valorar.
Disparando
Nunca mejor utilizada la palabra, ya que con semejante cámara y objetivo entendemos perfectamente que la palabra “disparar” se utilice para accionar el obturador de una cámara lo mismo que para un arma de fuego. En este caso, como ya hemos dicho, utilizamos una cámara que es capaz de hacer ráfagas de 20 fps y de enfocar muy rápidamente. Además, tal y como nos contaron en la rueda de prensa previa, no sólo es que la A9 sea una cámara preparada para esto, es que además el objetivo maximiza su velocidad.
Y lo cierto es que podemos corroborar la rapidez, tanto al disparar como al enfocar, utilizando esta dupla de cámara y objetivo. El resultado fueron una buena cantidad de series de fotos retratando a los coches en su recorrido de las que hemos extraído las mejores tomas y hemos creado un breve GIF para que os hagáis a la idea de la rapidez.
Por supuesto, en las series de fotos no conseguimos que todas las tomas fueran perfectas (ni mucho menos), pero no es algo que podamos achacar sólo al objetivo, sino que hay que tener en cuenta muchas más circunstancias. En especial la escasísima profundidad de campo que brinda este tipo de lentes y el poco tiempo que tuvimos en cada uno de los tres puestos preparados para hacer fotos. Esto nos impidió poder bucear en la configuración de las cámaras disponibles en cada lugar o hacer pruebas de velocidad para adaptarnos a la situación y velocidad de los coches.
Aún así, nuestra impresión es que, no siendo perfecto el sistema de enfoque, en algunas ocasiones pecaba de exceso de rapidez. Es decir, parecía que estuviera constantemente buscando dónde enfocar y que se confundiera fruto de su propio “nerviosismo”. Así podrían demostrarlo las dos fotos de ejemplo que veis arriba en las que se aprecia cómo la cámara tenía perfectamente enfocado el coche (izquierda) y, en una milésima de segundo, varió hacia ese pequeño trozo de goma de la calzada (derecha).
Por cierto que durante la toma de contacto fue posible utilizar los dos teleconvertidores que Sony tiene en su catálogo (1,4x y 2x) y que, puestos en el equipo, mantienen todas las posibilidades de AF del conjunto de cámara y objetivo. Así lo comprobamos, aunque también pudimos corroborar lo difícil que es mantener el encuadre deseado con distancias focales del orden de 560 y 800 mm (además de que conlleven una pérdida de calidad), casi imposible disparando a pulso.
En cuanto a la calidad de imagen no podíamos esperar otra cosa que excelentes resultados tratándose de una óptica de la familia G Master, tal y como podéis ver en las fotos de aquí al lado más las que tenéis en la galería (todas ellas subidas en alta resolución en la habitual galería de Flickr).
Conclusiones
Así las cosas, si quedaba alguna duda (que no creemos) de que Sony apuntaba directamente al sector profesional de fotógrafos, con este lanzamiento se disipa por completo. Porque el Sony FE 400mm F2.8 GM OSS no sólo es un objetivo de calidad diseñado para profesionales especializados en unas disciplinas muy concretas que necesitan de una óptica de semejantes características.
Es que además viene a ofrecerles el “arma” que necesitan pero con un argumento de peso. O mejor dicho con un argumento de menos peso, algo que sin duda es un gran problema para los fotógrafos que utilizan habitualmente este tipo de objetivos y que Sony viene a aliviar en parte con una óptica que, por lo demás, estamos seguros que estará a la altura de sus expectativas.
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