Tal y como os hemos contado, hemos tenido la oportunidad de probar los últimos objetivos presentados por Sony para su gama de cámaras FF y montura E. Y para hacerlo, el modelo utilizado fue (básicamente) la también novedosa Sony A9, última cámara de formato completo de la firma que destaca por prestaciones y velocidad.
Como tuvimos la oportunidad de pasar unas horas con ella y tomar una buena cantidad de muestras nos ha parecido interesante ofrecer una nueva toma de contacto con un modelo que ha suscitado bastantes comentarios entre los usuarios. No en vano, la A9 ha llegado al mercado para plantar cara a Canon y Nikon en el ámbito de la foto profesional de deportes y acción.
Eso sí, dado que la prueba era realmente de los objetivos y no de la cámara en sí, y que tanto el lugar de pruebas como el tipo de ópticas utilizadas (grandes angulares) estaban orientadas a fotografía de paisaje y arquitectura, no hemos podido testear su comportamiento en escenas con gran movimiento (algo que sí hicimos en esta toma de contacto anterior). Sin embargo sí que pudimos ponerla a prueba en distintos ambientes, utilizar diferentes sensibilidades ISO y sacar unas conclusiones sobre la ergonomía y el manejo.
Comparándola con una A7R II
Por otro lado, fue muy interesante el hecho de utilizar esta cámara y también probar una Sony A7R II, con lo que tuvimos oportunidad de comparar ambos modelos y apreciar sus diferencias en la práctica. De este modo pudimos comprobar como, a pesar de ser dos modelos exteriormente muy similares, sí que se notan claramente algunas diferencias.
La primera está en la empuñadura, que en la A9 ha crecido y permite un mejor agarre, importante a la hora de sujetar la cámara con un objetivo bastante grande como el FE 16-35 mm F2,8 G Master (que fue uno de los que pudimos utilizar junto al FE 12-24 mm ƒ4 G). La segunda en el pequeño joystick incorporado como novedad con la función de mover el punto de enfoque.
Esto es algo que también se puede hacer a través de la pantalla táctil, pero que resulta muy cómodo realizar con este pequeño puntero, posibilidades ambas que no tiene la A7R II, cuyo sistema para mover libremente el punto de enfoque es mucho más complejo y, por tanto, lento. Y ya que hablamos de enfocar, sin duda también se nota la diferencia de rapidez entre una cámara y otra, con la A9 como clara vencedora.
Asomados al visor seguimos notando la diferencia porque, aunque el tamaño parece el mismo (y si no lo es la diferencia es mínima) la respuesta es mucho mejor en la cámara más reciente al ofrecer un blackout prácticamente inexistente, con lo que la experiencia resulta mucho más cercana al visor de una réflex.
Otras diferencias son la doble ranura para tarjetas y los diales situados en la parte superior izquierda que la A7R II no tiene, aunque es algo que no afectó en nuestra experiencia de uso. La última, y ésta sí bastante relevante, es la de la autonomía. Una de las novedades de la A9 es una batería notablemente más grande (el doble aproximadamente), y desde luego dura mucho más que la de la A7R II como bien pudimos comprobar en la prueba.
Calidad de imagen y nivel de ruido
Sony A9 con objetivo FE 16-35 mm ƒ2,8 G Master a 35 mm, 1/2.000 seg, ƒ2,8 e ISO 100
Sobre lo primero ya hemos hablado bastante en la toma de contacto de los objetivos, aunque no podemos dejar de comentar que la calidad de imagen que arroja la A9 está a la altura de lo que se debe exigir a una cámara como ésta. Eso sí, como es lógico, el nivel de detalle es menor que en la A7R II ya que se nota la diferencia de megapíxeles (de 42,4 a 24 MP).
Recorte al 100% de la imagen anterior. Sony A9 con objetivo FE 16-35 mm ƒ2,8 G Master a 35 mm, 1/2.000 seg, ƒ2,8 e ISO 100
En cuanto al ruido, y siempre teniendo en cuenta que estamos hablando de un sensor full frame, podemos afirmar que la cámara se comporta de forma sobresaliente. Hasta 3200 podemos decir que el ruido es casi inexistente y sólo a partir de 6400 empezamos a apreciar algunos defectos en la imagen.
Recorte al 100% de una imagen a 8000 ISO. Sony A9 con objetivo FE 16-35 mm ƒ2,8 G Master a 16 mm, 1/250 seg, ƒ10 e ISO 8000
Lamentablemente, como suele suceder, no hemos podido abrir los archivos RAW para ver hasta qué punto el ruido es corregible, pero mirando por ejemplo la imagen de la lámpara de arriba (como siempre en JPEG directamente de la cámara sin retoque de ningún tipo) se puede ver que a 8000 ISO el ruido no es para nada exagerado con lo que la imagen podría ser perfectamente válida para su uso directamente. Como siempre, tenéis una amplia galería de muestras en alta resolución en nuestra cuenta de Flickr.
Sony A9 con objetivo FE 16-35 mm ƒ2,8 G Master a 17 mm, 1/13 seg, ƒ13 e ISO 6400
Conclusiones
Por tanto, aunque seguiremos esperando a una prueba definitiva, podemos decir que las promesas de la casa al lanzar la nueva cámara se van cumpliendo poco a poco y que sin duda la A9 puede ser una excelente alternativa para que los fotógrafos profesionales abandonen sus equipos réflex convencionales. Otro tema es si este salto no va a ser demasiado arriesgado (entre otras razones por el precio a pagar), pero no cabe duda de que Sony está trabajando para convencerles con buenos argumentos.
Sony A9 con objetivo FE 16-35 mm ƒ2,8 G Master a 35 mm, 1/160 seg, ƒ2,8 e ISO 3200
Más información | Sony
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