Finalmente los rumores no se equivocaban y ya está aquí la Sony A7 IV, la nueva cámara de la familia Alpha de sin espejo full frame que inauguró este segmento del mercado allá por 2013. Un modelo que quiere redefinir el estándar marcado por su antecesora, la A7 III, añadiendo una buena cantidad de novedades para mejorar el producto y que afectan a casi todas las áreas: entre otras sensor, diseño, AF y, por supuesto, grabación de vídeo.
Lo cierto es que sin traer novedades revolucionarias, la nueva cámara llega mejorada en un montón de aspectos que la acercan a modelos más avanzados de su propia familia como la Sony A1 en el terreno de la foto fija, y la Sony A7S III en el del vídeo; de hecho, casi podemos decir que la nueva cámara es un híbrido de esos dos modelos a partir de los cuales han mejorado lo que ofrecía la Sony A7 III que, conviene recordar, se presentó hace ya unos tres años y medio.
Para esta redefinición del estándar sobre lo que debe ser una cámara sin espejo de formato completo, la marca se ha basado en cinco pilares: calidad de imagen, capacidades en fotografía fija y en vídeo, operatibilidad y conectividad. Vamos a verlos con un poco más de detalle, aunque también la hemos probado y puedes ver aquí nuestras impresiones.
Las "tripas" de la nueva A7 IV
Comenzamos hablando del sistema de imagen que promete una renovada experiencia gracias a la incorporación de nuevos sensor y procesador. El primero es un CMOS Exmor R de 33 MP retroiluminado de nuevo diseño que se vincula a un chip Bionz XR, el mismo que llevan las A1 y A7S III (el más capaz de la casa ahora mismo) y que ofrece una potencia ocho veces superior al de la A7 III.
Otra novedad interesante que viene de la mano del procesador (y el apoyo de las tarjetas CFexpress) es que el buffer de disparo crece considerablemente: más de 800 fotos sin parar en formato JPEG+RAW (la A7 III no pasaba de las 89), aunque la velocidad de disparo se mantiene en las diez fotos por segundo.
La nueva dupla sensor-procesador promete también una mejora de las capacidades para disparar con poca luz, la reducción de ruido y la reproducción del color (incluyendo el color de la piel. Además, anuncia hasta 15 pasos de rango dinámico, tanto en foto como en vídeo, y un mayor nivel de detalle que su antecesora. Gracias a todo ello la cámara quiere convertirse en la herramienta que cubra las demandas de fotógrafos de paisaje (tanto diurno como nocturno) y retrato, así como los que hagan fotos en condiciones de baja luminosidad en general.
Otras mejoras las tenemos en un sistema de estabilización que permite compensar medio paso más que el modelo anterior (de 5 a 5,5 f-stops) y la inclusión de las funciones denominadas Creative Looks (que sustituye a los anteriores Creative Styles y debutaron en las A1 y A7S III) para dotar a las imágenes de un aspecto llamativo mediante la modificación de parámetros como el color, el brillo y la nitidez, tanto en foto como en vídeo.
Sin duda otra de las mejoras importantes de la nueva Sony A7 IV está en el autoenfoque, donde esta familia de cámaras siempre ha sobresalido. Pues bien, aquí la referencia ha sido la Sony A1 de la que adopta características como el Real-time Tracking y el Real-time Eye AF con tres modalidades: humanos, animales y aves (lo que era novedad en la A1).
Se trata de un sistema híbrido que ofrece un total de 759 puntos AF que cubren un 94% del encuadre, y promete un enfoque más rápido que en la Sony A7 III y en condiciones más complicadas (hasta EV-4 en modo AF-S) y seguimiento de sujetos incluso disparando a ƒ22.
Vídeo y conectividad
Siguiendo la tendencia actual de ofrecer cámaras híbridas que pueden ser usadas tanto por fotógrafos como videógrafos, Sony ha mejorado las capacidades del modelo anterior para los segundos fijandose en las necesidades reales de las producciones de cine y vídeo.
Así, la Sony A7 IV llega prometiendo grabar vídeo 4K a 60p a 10bit en formato Super 35mm, sin pérdida de píxeles y con una tasa de bits máxima de 600Mbps. Además, ofrece también la posibilidad de llegar a 7K (remuestreando desde 4K a 30p) y Full HD a 120p, para grabar videos en cámara lenta hasta 5X.
Lo cierto es que en el campo del vídeo la cámara prácticamente calca las especificaciones de la Sony A7S III, por tanto ofrece casi las mismas capacidades en el campo del vídeo que el modelo especializado de la casa (equiparables a los modelos profesionales de cine de Sony) con funcionalidades como S-Cinetone y S-Log3, además de los ya mencionados Creative Looks.
También hay que destacar algunos aspectos como una mejora en la disipación de calor (para evitar problemas), la estabilización de imagen para vídeo. el nuevo puerto Digital audio interface y las nuevas opciones de enfoque para este campo que incluyen los ya mencionados Real-time Eye AF (en sus tres modalidades) y Real-time Tracking que ahora funcionan también para el vídeo. Y cómo no, las mejoras que añade el nuevo botón de grabación (ahora mucho más visible) y la pantalla totalmente abatible (para posibilitar la autograbación).
Por último, se ha incorporado una serie de nuevas tecnologías que pretenden ayudar a los operadores de cine y vídeo a la hora de enfocar: Breathing compensation, AF Assist y Focus Map. Este último es un curioso mapa de enfoque que muestra de una manera muy plástica (a través de vivos colores) las zonas que están en foco y las que no, dando una idea muy visual de cúal es la profundidad de campo.
En cuanto a la conectividad, como era de esperar la cámara viene preparada para que los profesionales tengan una herramienta de trabajo muy capaz, por lo cual incluye un puerto USB 3.2 Gen3 10Gbps y, a través de la app Imaging Edge, conectividad vía WiFi 5 GHz.
También se ha mejorado las posibilidades de disparo desde el móvil (usando la mencionada aplicación) y se ha incorporado una opción para que todas las fotografías que hagamos se pasen automáticamente al smartphone vía Bluetooth.
Un cuerpo renovado
Hemos dejado para el final las novedades "físicas" que, aunque tampoco son revolucionarias pero sí interesantes. Externamente la cámara se diferencia muy poco de lo anterior (podéis ver una comparación en nuestra toma de contacto); quizá la mayor novedad la tenemos en la pantalla que, como se esperaba, es totalmente abatible, puede girarse de manera que podamos hacernos autofotos y viene además con una calidad mejorada para aprovechar el live view.
Pero hay otras novedades tambien interesantes: el grip se ha rediseñado haciéndolo más pronunciado para que la cámara se pueda sujetar mejor (sobre todo con objetivos grandes) y el dial principal de modos ahora está formado por dos ruedas superpuestas, dividiendo las distintas funciones de la cámara entre Foto, Video y S&Q (Slow and Quick) para potenciar su faceta híbrida.
En este sentido, (como ya hemos comentado) el botón de grabación de vídeo ha cobrado protagonismo situándose en la parte superior y esto ha conllevado algunos cambios en los botones de función y también en las ruedas superiores. Al hilo de una conectividad mejorada también han aumentado sus conectores (a destacar la inclusión de un terminal HDMI Type-A) y el compartimento para tarjetas ahora permite alojar una CFexpress Type A. Por último, el visor también ha mejorado ofreciendo ahora 3.69 millones de puntos (1,6 veces más resolución que el de la A7 III).
Precio y disponibilidad
La Sony A7 IV estará disponible de forma inmediata para su reserva (aunque la fecha de comercialización es el mes de diciembre) con un precio de 2.800 euros, sólo cuerpo, y 3.000 euros en el kit con el habitual objetivo 28-70 mm.
Más información | Sony
Ver 16 comentarios