Esta mañana la filial española de Sony ha exhibido en un evento específico para la prensa especializada los nuevos productos que forman parte de su colección de primavera/verano de este año, y entre todos ellos hemos podido «catar» uno con un interés muy especial para los que adoramos la fotografía: el nuevo objetivo FE 90 mm F2.8 Macro G OSS.
De esta óptica os hablamos brevemente a principios de marzo porque forma parte de los nuevos objetivos FE de Sony, pero hoy, aunque no hemos podido probarlo a fondo porque no era el marco adecuado, sí hemos podido al menos examinarlo de cerca y descubrir con bastante detalle su arquitectura óptica. Antes de entrar en materia, un apunte a tener en cuenta: este objetivo forma parte de la familia G, lo que significa que ha sido diseñado íntegramente por Sony (no es fruto de su colaboración con Zeiss).
Bien construido y a la última
Esta óptica ha sido diseñada para convivir con cámaras con montura de tipo E y sensor de fotograma completo o APS-C. Su arquitectura es bastante compleja, de hecho, incorpora 15 lentes organizadas en 11 grupos, con un elemento asférico, otro de baja dispersión y un tercero de muy baja dispersión. Su distancia focal al instalarla en cámaras con sensor APS-C es de 135 mm, y su distancia de enfoque mínima es de 28 cm.
Más características interesantes. Incorpora un diafragma de 9 hojas, y su ángulo de visión es de 27 grados en cámaras con sensor de fotograma completo, y de 17 grados en cámaras con captador APS-C. En mano la verdad es que transmite una sensación de robustez muy evidente, y su construcción está a la altura de lo que cabe esperar de una óptica de este nivel. De hecho, resiste el polvo y la humedad.
En cualquier caso, desde un punto de vista técnico probablemente sus bazas más llamativas son su sistema de estabilización óptica SteadyShot OSS y el enfoque DDSSM, que utiliza dos motores de ondas supersónicas para mejorar la precisión del enfoque e incrementar su velocidad.
Para macrofotografía y retratos
La longitud focal y la abertura máxima de esta óptica (f/2.8) nos permiten intuir en qué escenarios de uso se siente especialmente cómoda: macrofotografía y retratos. De hecho, según Sony se han esmerado para conseguir que ofrezca un bokeh uniforme y bonito (espero tener la ocasión de probarla y comprobar su calidad de imagen porque sobre el papel pinta realmente bien). Quien quiera puede hacerse con ella ya, pero, eso sí, no es barata: cuesta 1.149 euros. Aun así, es una opción muy interesante para acompañar a cualquiera de las cámaras de la familia A7 de Sony.
Sitio oficial | Sony
En Xataka Foto | Sony «propulsa» su familia de ópticas con cuatro nuevos objetivos FE y dos conversores
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