A finales de septiembre, mi compañero Jesús León, estuvo en Colonia (Alemania) en el Photokina 2010, evento en el que Samsung presentó la nueva NX100 y gracias a él pudimos tener la primera toma de contacto con esta nueva cámara de la marca.
Gracias a Samsung, hemos podido probarla y vamos a desglosar todos y cada uno de los entresijos de esta cámara que la marca coreana presume de ser un referente en cámaras EVIL. Aunque os adelantamos que sin duda, Samsung ha dado un golpe en la mesa con este modelo, ofreciendo características y opciones muy suculentas.
Samsung NX100, características técnicas
Aunque esta Samsung NX100 es la sucesora de la Samsung NX10, podemos encontrar muchas diferencias. Algunas de las cosas que más destacan son las que vamos a comentar a continuación.
La pantalla AMOLED de 3 pulgadas que preside la parte trasera de la cámara es impresionante, la calidad y brillo de la misma no deja indiferente a nadie y que junto a la calidad gráfica de los menús de la cámara, la hacen muy atractiva y agradable de usar.
Cuenta con un sensor CMOS de 14,6 megapíxeles. que a diferencia del sensor de su hermana menor, que era APS-C aunque del mismo tamaño. Al ser un sensor más típico de este tipo de cámaras más pequeñas, permite que la relación calidad del objetivo y el control del ruido, sea bastante bueno a ISOs normales.
La cámara se suministra con el nuevo Samsung 20-50mm. Un objetivo que no está estabilizado pero que muestra las aperturas de diafragma típicas en los objetivos de kit de las cámaras réflex, de f3.5 a f5.6.
Un diseño propio de Samsung
En este nuevo modelo de la gama NX de Samsung, también podemos ver un cambio muy amplio en cuanto al diseño de la cámara.
Algunas de las cosas que más destacan, son la falta de flash integrado y visor electrónico, por lo que en algunas ocasiones nos encontraremos con problemas de iluminación, si no disponemos de uno de los flashes que tiene Samsung como accesorios y sin visor electrónico, la cámara da la sensación de ser una compacta más.
Pero sin duda, el cambio exterior de la carcasa, que posee un estilo mucho más propio de la casa coreana, le dan mucha personalidad y aunque el acabado es de plástico, no da la sensación de que sea una cámara frágil.
En España la tenemos disponible en dos colores, blanco y negro. Hay que hacer notar, que el color blanco hará que la cámara aparente más grande de lo que realmente es y que el negro será todo lo contrario además de ser mucho más discreto, a la hora de sacarla a la calle.
Al haber eliminado el flash y el visor, se ha visto reducida la altura de la cámara (aunque tampoco es algo muy notable), pero en cuanto a la profundidad o al ancho, son prácticamente idénticas. Eso si, la cámara se hace notar, porque su peso con batería y tarjeta de memoria incluidas es de 340 gramos.
i-Function, interesante manera de manejar los parámetros
En la toma de contacto, Jesús ya nos explicó cómo funcionaba y qué parámetros podíamos modificar con este tipo de lentes inteligentes que nos propone Samsung. Pero ahora toca describir su funcionamiento, así como aclarar la ventaja que proporciona a la hora de configurar los parámetros del disparo.
La idea de estas lentes con i-Function es básicamente la de facilitar el cambio de parámetros a los que normalmente tenemos el acceso un poco más complicado, ya que tenemos que entrar en un menú y después modificar el valor... etc.
Dependiendo del modo en el que tengamos configurada la cámara (manual, prioridad a la apertura, prioridad a la velocidad o automático), tendremos acceso a distintos parámetros, pudiendo ser modificados los siguientes: velocidad del obturador, diafragma, sensibilidad ISO, balance de blancos y la compensación de la exposición.
Samsung se ha sacado de la manga algo que hasta ahora nadie había implementado y lo han hecho de una manera excepcional. Podríamos llegar a pensar en que es una desventaja que estas funciones estén en el objetivo y no en el cuerpo de la cámara, pero hay que pensar en que gracias a esto, tienen aún mejor acceso. Si las tuviésemos en la parte izquierda de la pantalla, además de hacer más grande la cámara, tendríamos que mover la mano.
Lo que más me ha gustado
La pantalla AMOLED de 3", es impecable y casa a la perfección con el diseño de la cámara.
La distribución de los menús es impecable. Aunque personalmente, la interfaz puesta encima de la previsualización de la cámara no me acaba de convencer.
Las funciones de retoque fotográfico, con la fotografía ya guardada en la tarjeta de memoria es muy interesante. Nada más sacar las fotografías de la cámara, ya las tenemos retocadas.
Las lentes intercambiables nos permitirá, previo paso por caja, usar un telezoom o hasta un objetivo gran angular.
Lo que no me ha gustado tanto
La pantalla es de 614000 píxeles, que no esta nada mal, pero se echa de menos que no sea de alrededor del millón de píxeles, que haría que ganara mucho a la hora de revisar las fotografías tomadas.
El botón de encendido/apagado de la cámara, es un deslizador y su colocación es bastante sospechosa. Es el único botón de la cámara que me ha dado una mala sensación. Creo que es un pequeño detalle del diseño que falla. Un botón pulsador típico habría sido mejor solución, además de la colocación al lado del dial de selección de modo.
Una empuñadura un poco más notable. El peso de la cámara y su estructura la hace muy robusta, pero a la hora de cogerla en la mano, la sensación de seguridad deja que desear. La solución sería una zona rugosa en la parte de la sujeción de la cámara. Aquí Samsung ha puesto en la balanza el diseño frente al agarre y ha ganado el diseño.
Un formato RAW nuevo al que aún no se le ha dado compatibilidad en el Adobe Camera Raw, lo que hace que ni con Photoshop ni con Lightroom podamos procesar las fotos. Tampoco Apple lo ha incluído, de modo que para ver las fotografías, he tenido que usar una aplicación específica.
Que no lleve flash integrado, ya que en algunas situaciones lumínicas es necesario. Aunque la cámara esté orientada a un sector más profesional, que haya que comprar el flash aparte, encarece bastante el producto.
Conclusiones
Samsung ha realizado un gran trabajo y de eso no me cabe duda. Sobretodo sabiendo que es una marca bastante novata en este tipo de tecnología de sensores sin espejo. Pero la cámara me ha hecho pensar en que estoy muy contento con mi réflex y que este tipo de cámaras no son para mí.
Es una cámara que perfectamente opta al gran sector de la segunda cámara de un fotógrafo y que normalmente ya posee una réflex, pero la solución no es precisamente barata, porque encontraremos la cámara con el objetivo 20-50mm y el flash NG15 por unos 560 euros. A esto hace falta añadirle si queremos, el visor electrónico que sale por unos x euros y algún que otro objetivo más. Nos plantamos tranquilamente en los 800 euros.
Debido a su tamaño y precio, no es descabellado pensar en que por prácticamente el mismo coste (o poco más), tienes una cámara réflex de gama baja al alcance. Lo que me hace pensar, que para alguien que quiera probar en el mundo de la fotografía, aprender y ver si realmente le apasiona, no sería la cámara que yo recomendaría.
En definitiva, una cámara estupenda, pero que bajo mi punto de vista, contrasta características profesionales con las que son para usuarios más básicos. Lo que puede hacerla innecesaria para los fotógrafos más exigentes con su equipo.
En la galería de fotos, podréis encontrar las capturas a más resolución, otros puntos de vista de la cámara y también algunas fotos hechas con la Samsung NX100.
Más información | Create your world with Samsung NX100 Sitio oficial | Samsung
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