Si las compactas todoterreno suelen tener una característica común es que demuestran su resistencia con un diseño, estilizado, pero robusto, no escondiendo sus principales virtudes. Ricoh se ha atrevido con esta gama, lanzando la cámara compacta Ricoh PX que, desde luego, no aparenta ser una cámara resistente.
Quizás buena parte de esta característica esté en su diseño, bien cuidado y que desde luego mantiene el tamaño reducido con líneas elegantes y sobrias (aunque también se le puede dar aire colorista, para los más desenfadados).
Entre sus prestaciones principales podemos destacar su sensor CCD de 16 megapíxeles (¿demasiados?) y un zoom óptico de 5 aumentos equivalente a 28-140 mm. Eso sí, no se puede decir que demasiado luminoso (f/3.9-5.6), pero al menos el objetivo es realmente pequeño y también el cuerpo posee estabilizador (anti-shake), lo cual se agradece. Graba vídeo en HD a 720p y tiene una pantalla de 2,7 pulgadas resistente arañazos. Aquí, en sus resistencia, es donde brilla especialmente, ya que puede sumergirse bajo el agua hasta 3 metros de profundidad y resiste golpes y caídas de hasta 1,5 metros, además de ser soportar bien el polvo.
Como decimos el diseño está bien cuidado y viene acompañada de carcasas intercambiables de silicona, para darle un aspecto más divertido, en colores muy veraniegos. Llegará al mercado este mismo mes y su precio podría rondar los 200 euros. Eso sí, cada carcasa nueva serían unos 20 euros. Por si nos cansamos del color.
Vía | Photoscala
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