La tercera en discordia, tras los anuncios de las Q7 y K-50 la nueva Pentax K-500 se presenta hoy como la réflex más modesta de la firma, un sector cuya existencia nunca he acabado de entender, pero ya sabéis... cosas del marketing.
A diferencia de las otras dos presentaciones previas, la Pentax K-500 no viene a sustituir a ninguna cámara, más bien viene a sumar, a llenar huecos entre el catálogo de la firma y quizá por eso sea en la práctica una K-50 recortada.
Pentax K-500: Una K-50 recortada
Quizá la palabra recortada, por lo sensibilizados que estamos todos con la situación económica y polítca no sea la más adecuada pero define a la perfección lo que es esta Pentax K-500. Puestas una al lado de la otra costaría diferenciarlas.
Si a la K-50 le quitamos el sellado, la robusta construcción, la resistencia al agua, al polvo y a las bajas temperaturas nos queda esta K-500, una cámara pequeña, liviana y con un diseño tradicional, por todos conocidos, lejos de las estridencias que podríamos esperar si, por ejemplo, vestimos de colores a la K-50.
Pues tampoco, esta cámara no podrá personalizarse como las anteriores con los 20 tonos para el cuerpo y los 6 para el grip. Lo que no he decidido es si esto resulta decepcionante o tranquilizador, porque las combinaciones que podrían verse por las calles...
Modesta pero potente
Salvo por el apartado estético, esta K-500 conserva todo el potencial fotográfico de la K-50 y como al final esto consiste en hacer fotografías y no en meterla en el congelador hasta que baje de los cero grados uno no alcanza a comprender que la diferencia entre una cámara de iniciación y otra avanzada sean los puntos de sellado y no sus cualidades fotográficas. Cosas del marketing, insisto.
Así pues, aquí volvemos a encontrarnos con el sensor CMOS de 16,3 megapixels de resolución, el mismo procesador de imagen PRIME M y, por consiguiente, las mismas bondades: un ISO que puede forzarse hasta 51200, una ráfaga de 6fps o la grabación de vídeo FullHD a 30, 25 y 24 fps.
El estabilizador óptico es el mismo, también lo es el sistema de autoenfoque de 11 puntos con 9 en cruz, la pantalla de 921.000 puntos de resolución... hasta el visor con 100% de cobertura han incluido y esto no es nada habitual en una cámara réflex de iniciación.
Por supuesto, como toda réflex, esta K-500 cuenta con disparo RAW y completos modos manuales además de multitud de modos de escena y filtros para que pueda usarla cualquiera independientemente de sus conocimientos. Se me antoja como una de las mejores opciones dentro de su categoría.
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