Aunque ha pasado por el CES sin hacer apenas ruido, la nueva iZone de Polaroid es una propuesta interesante. De hecho, su filosofía no es muy diferente a la que defienden la QX1 de Sony y el proyecto OPC de Olympus: una cámara compacta a la que se le ha privado de la pantalla, el visor y también de la mayor parte de los controles, funciones que son asumidas por un teléfono móvil o un tablet, con el que se conecta vía NFC y WiFi.
No obstante, existen algunas diferencias bastante llamativas entre las cámaras iZone y QX1. La de Polaroid, como podéis ver en la imagen que abre el post, recurre a un diseño cuadrado (cada uno de sus lados mide 2 pulgadas) y ofrece una montura para trípodes. Pero lo más importante es que en su interior residen un sensor de 18 megapíxeles, cuyas dimensiones aún no se conocen, y 32 megabytes de memoria interna.
En lo que concierne a su óptica por el momento solo sabemos que iZone incorpora un objetivo con un zoom 8x y una distancia focal de 30-90 mm equivalentes en 35 mm. Curiosamente, Polaroid ha confirmado que puede tomar fotografías de forma autónoma, sin la cooperación de un smartphone. En este caso probablemente todos los parámetros de exposición se gestionan automáticamente, y, obviamente, para ver las fotografías será necesario transferirlas a posteriori a un móvil o un ordenador.
Durante el CES Polaroid confirmó que su iZone, que está siendo fabricada por Vivitar, una de las marcas del holding Sakar, estará disponible en primavera a un precio de 179,99 dólares (unos 152 euros). No tiene mala pinta, pero, honestamente, a mí en principio me atraen más las Lens-Style de Sony y el proyecto OPC de Olympus porque es fácil intuir una calidad constructiva y de imagen mayor. Aun así, lo justo es dar una oportunidad a esta iZone de Polaroid.
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