El cine es uno de los mayores placeres culturales que tenemos. Nos metemos en una sala oscura, sin ruidos molestos. Y durante una hora y media vemos a través de los ojos de otra persona. Será nuestra función interpretar, o simplemente sentir, lo que el director, con la ayuda imprescindible del director de fotografía, nos quiere contar a través de las imágenes. Y es ahí donde los fotógrafos podemos aprender del cine.
El cine es la visión del director de una historia concreta con la ayuda de todo un equipo técnico. La fotografía, la buena fotografía, es la que nos va a permitir acordarnos mejor de lo que nos ha contado. Seguro que a los amantes de la música les llega más profundamente la banda sonora. Pero a nosotros, los fotógrafos, la imagen es lo que nos enamora.
Por eso propongo ir al cine con otros ojos. Olvidarse de las palomitas y el refresco y centrarse en la visión del director de fotografía. Muchos directores confían en ellos para sus historias hasta el punto de perder un poco su propia identidad. Pero ese aire distinto permite dar otro punto de vista a la película perfecto.
Hay varios ejemplos en la historia del cine, como le pasó a Coppola con Storaro en 'Apocalypse now' o a Mallick con Lubezki en 'El árbol de la vida' o Almendros en 'Días del cielo'. Sin embargo esas películas están consideradas como algunas de las mejores que se han rodado nunca. Siempre digo que el premio a la fotografía debería estar entre los galardones más importantes, a la altura de los cinco magníficos.
¿Por qué alguien recuerda una buena película sin que la fotografía le deje sin respiración? Recordamos siempre planos memorables de las películas que nos gustaron. 'El padrino' y la aparición de Marlon Brando en la penumbra. Lo mismo pasa en 'Apocalypse now'. O los planos expresionistas de 'Ciudadano Kane' o 'El tercer hombre'... Y podría seguir con 'Lo que el viento se llevó', 'El golpe', 'Drive', 'El caballero oscuro', 'Remando al viento',...
Ver las películas con ojos de fotógrafo
Porque el cine es cultura. Es otra forma de aprender sobre la vida. Hace poco vi, de repente, el final de 'Sacrificio' de Tarkovski. Tengo que reconocer que no he visto nada de él. Solo conozco escenas y sus fotografías. La música de Bach es un añadido del vídeo, pero siempre impone.
Ahí hay más fotografía que la que podemos contemplar hoy en una aburrida sesión de 1x. Y es donde podemos aprender a mirar. Seguro que la película nos resulta lenta, incluso aburrida. Pero tiene un inmenso poder visual. Esa casa ardiendo en la niebla es difícil de olvidar. O los campos quemados de 'Días del cielo'...
El cine es una fuente de inspiración continua para los fotógrafos. Ahí vemos el trabajo de profesionales curtidos en mil batallas. Y no hace falta que tengan grandes equipos o presupuestos. Nosotros no vamos a tener que utilizarlos. Pero nos podemos fijar en lo más importante. En el dominio de la luz y sobre todo en el encuadre. Nos enseñan a distinguir lo importante, lo esencial... Nos dejar ver cómo dirigir la mirada del espectador.
Porque cuando miramos de verdad la fotografía de una película lo que disfrutamos es un trabajo de meses hasta conseguir ese estilo característico. Una película es trabajar un estilo para dar una estética adecuada. Exactamente lo mismo que tendríamos que hacer si queremos hacer una buena serie de fotografía. No vale con hacer mil fotos distintas sin pensar, sino dar coherencia al conjunto para tener un discurso completo. Y si nos fijamos en todos los planos de una buena película, descubriremos cómo se hace.
Y no solo hay que ir a ver películas actuales. Si queremos aprender de verdad, tan válida es 'Metropolis' como la última de James Bond. No es el momento de jugar a la intelectualidad. Hay que ver las cosas que nos inspiren y sirvan para nuestros proyectos futuros. Yo siempre tengo en la retina la película de Néstor Almendros. Y siempre como referencia 'El tercer hombre'.
Ver 3 comentarios