Hay veces que la fotografía se te hace cuesta arriba. Parece que nada te sale bien y que todo el mundo está en tu contra. Puede ser que tus disparos no les gusten a nadie o que el trabajo de algún autor no te inspire en absoluto. En los tiempos digitales que corren tienes acceso a mucha más gente de la que llegarás a conocer. Y puede que la opinión de uno de ellos te haga daño o te ayude a mejorar. En estos años que nos corresponden podemos encontrar a referentes de todo tipo, pero tú decides a quién hacer caso.
Siempre se ha dicho que se alaba en público y se corrige en privado. A veces se nos olvida. Y es algo que no se respeta en absoluto en las redes sociales. En ocasiones he tenido que escribir algún que otro mensaje pidiendo un poco de educación y sobre todo, aclarando que es mejor aportar ideas nuevas a una opinión personal sobre una técnica, una fotografía o un autor.
No hagas nunca lo que no te gusta que te hagan es otra máxima interesante para vivir día a día. Si te pone nervioso que alguien se ponga a hacer fotografías a tu lado no lo hagas tú bajo el pretexto de que lo harás mejor. Si te sentó mal en su momento que alguien pusiera verde tu trabajo no lo hagas con el que está empezando.
También se está haciendo peligroso dar tu opinión en las redes. Todavía resuenan en mis oídos los insultos que recibí por no estar de acuerdo con el último premio nacional de fotografía. Porque para muchos no basta con exponer tus motivos, sino que solo hay dos bandos, conmigo o contra mí. No vale nada más.
Incluso me llega a preocupar que en el próximo jurado encontremos a una persona que no duda en calificar con un grave insulto a los que no piensen como él en las redes sociales. No es lo que me gusta para mi querido mundo de la fotografía. Y estoy convencido de que a muchos fotógrafos tampoco. Afortunadamente encontramos, justo en el otro lado, proyectos creados por y para los fotógrafos como el Archivo Covid
Dar una opinión en el mundo de la fotografía
Una de las cosas que no podemos olvidar es que nunca dejamos de aprender. Hay que desconfiar de los que dicen que ya lo saben todo o que no necesitan nada más. Llevo más de 30 años haciendo fotografías y muchas veces descubro cosas nuevas en libros, en páginas de internet o en las clases a las que asisto de alumno (incluso en las que soy el profesor).
Mis fotografías de hace 30, 20 o 10 años no tienen nada que ver con las que hago ahora mismo. Hay una evolución en ellas aunque no creo que llegue a ser un gran fotógrafo. Y el cambio ha sido por todo lo que he ido aprendiendo y lo que me ha aportado la gente que entiende.
No olvidaré las clases geniales de Vicente López Tofiño, los consejos salvajes de Miguel Oriola o la profundidad de Navia en todas y cada una de sus palabras. También recuerdo todo lo que me han hecho pensar Álvaro, Juanjo, Luis, Rafael, María Antonia, María Teresa, Irene, Claudia... y tantos y tantos alumnos que he tenido durante estos años.
Y lo mejor de todo es que me han dado su opinión en todo momento. Como yo se la he dado a ellos. ¿La clave? Hacerlo siempre desde el respeto y con el único objetivo de aprender y avanzar. Es apasionante cuando te sientas delante de las fotografías y empiezas a buscar lo mejor, a limpiar lo que sobra, a reencuadrar con otro papel o con las herramientas del programa de turno.
Y qué decir cuando te pones a hablar de un autor u otro. Cuentas tus filias y tus fobias, descubres autores nuevos de los que nunca habías oído hablar o redescubres a un autor a varios que te escuchan... Muchas veces no estás de acuerdo con lo que oyes, pero ahí está la riqueza. No todos pensamos igual. Y eso es bueno si nos respetamos.
El problema es cuando no quieres escuchar. Como decía un conocido meme 'no le puedes gustar a todo el mundo, no eres una croqueta'. Tus series no le gustan a todo el mundo y es algo que no te tiene que preocupar. La fotografía no es una competición de likes ni consiste en lanzar a tus huestes contra los que consideras tus enemigos porque no dicen lo que quieres oír. Y no votas a un autor por jorobar a otros, desde luego.
La fotografía no es ni más ni menos que un trabajo en el que tienes que ir mejorando día a día. Habrá buenos momentos y otros en los que tirarías la cámara al suelo, pero siempre he pensado que lo mejor es compartir todo lo aprendido y aprender a escuchar también a los que no piensan como tú. Es, desde luego, una de las cosas que nos permiten avanzar en este mundo que nos está quedando precioso.
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