Es lamentable que cada poco tiempo tengamos que hablar de fotoperiodistas para los que todo vale con tal de conseguir visibilizar su trabajo, para ellos lejos quedó el oficio del fotógrafo que cuenta, investiga y documenta, es más fácil copiar, mentir y recoger beneficios.
Empieza a ser una bochornosa costumbre que cada año el concurso más importante y prestigioso de fotoperiodismo, el World Press Photo, venga con bicho. Ocultos como los gusanos en las manzanas, algunos fotógrafos sin ética buscan fama, reconocimiento y dinero aunque para eso haya que trucar las imágenes.
Algunos fotógrafos son cazados rápidamente, bien porque eliminan parte de la foto y dejan pruebas de ello, como el caso de Javier Arcenillas en el fotoCAM 2008, infringir las normas del concurso como el caso de José Luís Rodríguez en Wildlife Photographer of the Year 2009 o quitar lo que no nos gusta como hizo Stepan Rudik. Otros son cazados años más tarde, como el caso que nos ocupa hoy, gracias al ojo de redactores como Michael Zhang que ha avisado que el fotógrafo Souvid Datta puede haber plagiado, nada más y nada menos, que a Mary Ellen Mark
Souvid Datta y Lens Culture, ya estuvieron el el punto de mira cuando para promover su concurso la plataforma utilizó una imagen del fotógrafo en la que una niña, víctima de la explotación sexual, estaba siendo violada por un cliente.
Bravo @MagnumPhotos @lensculture Using a photo of a likely trafficked child sex slave being raped to promote an award. 🤢@RightsExposure pic.twitter.com/6YqAtBC811
— duckrabbit (@duckrabbitblog) 29 de abril de 2017
Este hecho abrió el debate sobre la figura del fotógrafo, si debe solo documentar o debe intervenir, si esa foto debe ser publicada para sacar beneficio por parte de LensCulture o no. El de hoy es más sutil, no afecta a nuestra moral colectiva, solo a la de los fotoperiodistas que están hartos de la falta de ética, y de los amantes de esa profesión que ven como cada año hay más impostores entre sus filas.
En una serie de fotografías que Datta hizo en India, una ha hecho saltar las alarmas, en ella el fotógrafo quiere visibilizar la "tradición familiar" de violencia sexual hacia las mujeres que alimenta el turismo sexual en la zona y la explotación infantil. Pero por desgracia “En las sombras de Kolkata”, ha llamado más la atención por otro asunto, por la incorporación de estilo corta y pega, de una imagen de Mary Ellen Mark en una de las fotos de la serie.
Si este fotógrafo no hubiera estado inmerso en otra polémica podría llegar a pensar que esta imagen es un homenaje a la fotografía humanista de la fotógrafa estadounidense, pero realmente nada me hace pensar eso. Pero tampoco creo que el fotógrafo pensara que esto iba a pasar desapercibido, tres años después el asunto ha saltado a la luz, y aunque sea de manera transversal hace que hablemos de la explotación sexual infantil en países como India.
Creo que si nos centramos solo en el hecho de la manipulación, sin más, los árboles nos impedirán ver el bosque, la fotografía documental debe servir para denunciar casos y, en esta ocasión, para mí, el fin justifica los medios.
Foto de inicio extraída del vídeo Souvid Datta de Lens Culture en Youtube.
Fuente: Peta Pixel
En Xataka Foto | "La ética, en fotoperiodismo, es el timón que dirige la cámara": Maysun, fotoperiodista.
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