Si se lo preguntamos a los fabricantes evidentemente la respuesta sería positiva; sólo así se explica la presentación en menos de un mes de (por orden de aparición) las Nikon Z5, Panasonic Lumix S5 y Sony A7C, tres nuevas cámaras CSC de formato completo en un cuerpo compacto (y con carácter híbrido para seducir a ciertos usuarios). Pero ¿es eso lo que demandan los usuarios?
Hablamos de que, visto y no visto, nos encontramos con que hay un nuevo nicho de mercado: el de las sin espejo full frame de entrada. Aunque para ser justos, hay que decir que Canon se adelantó y ya a principios de 2019 presentó su propia alternativa: la Canon EOS RP. Aquel modelo claramente se posicionó como opción de entrada al segmento, es decir con la idea de ofrecer una mirrorless de formato completo más asequible, sin importar tanto la cuestión del tamaño.
Sin embargo, para abaratar costes los cuerpos de las nuevas cámaras se han modificado, reducido y simplificado en cuestión de controles y demás, lo que ha hecho que su tamaño sea menor respecto a las versiones más pro de sus respectivas casas. Eso pasó con la EOS RP respecto a su hermana EOS R (y a la postre las R5 y R6), y también es el caso de las Nikon Z5 y Panasonic Lumix S5, respectivamente una versión simplificada de las Nikon Z6 y Z7 y las Lumix S1, S1R y S1H.
No lo es tanto de la nueva Sony A7C, que ha apostado claramente por otra vía: la reducción de tamaño. Y es que, con un precio de salida de 2.100 euros (sólo cuerpo), difícilmente podemos hablar de modelo de entrada a la gama full frame de la casa. Claro que en este caso también hay que tener en cuenta que Sony tiene su propia estrategia (que muchos ya conoceréis): no retirar del mercado los modelos antiguos sino mantenerlos en venta a precios más bajos.
Así, en el catálogo de esa marca podemos encontrar un modelo como la Sony A7 que actualmente se puede conseguir por menos de 800 euros (incluso menos). Es un modelo que tiene unos años ya pero se sigue vendiendo y, qué duda cabe, con ese precio es una alternativa muy económica para entrar al ámbito de las CSC full frame.
¿Está el mercado preparado?
La cuestión es que parece que los fabricantes tienen puestas sus esperanzas en el formato completo, así que después de desarrollar los modelos más profesionales parece lógico que se vuelquen en otros más pequeños y/o asequibles. La jugada tiene su lógica, y casa perfectamente con las tendencias de producción en masa y reutilización de componentes que llevamos viendo desde hace ya unos años: "si metemos el mismo sensor y procesador que X modelo en una cámara nueva estamos dirigiéndonos a un público nuevo y, por tanto, consiguiendo más compradores potenciales..."
Pero ¿es eso lo que demandan los usuarios? ¿qué precio están dispuestos a pagar los aficionados y fotógrafos no profesionales por una sin espejo de formato completo más sencilla? Porque es evidente que la cuestión del precio es muy importante.
Hagamos números: la nueva Sony A7C cuesta de salida 2.100 euros, la Nikon Z5 va a tener un coste alrededor de los 1.600 euros (aún no está confirmado oficialmente) y la Panasonic Lumix S5 saldrá por 1.999 euros (en todos los casos sólo el cuerpo). Por su parte, el cuerpo de la Canon EOS RP salió con una tarifa de 1.599 euros y actualmente cuesta 1.379 euros (en la tienda oficial).
¿Es esto mucho o poco? Esa es una pregunta difícil de contestar que nos gustaría trasladaros pero, según nuestra opinión, el precio de estas cámaras es demasiado elevado. Esto ha quedado de manifiesto especialmente con el lanzamiento de la Sony A7C, que está dando bastante que hablar y ha llamado la atención por su alto coste (aunque ya decimos que no sería estrictamente un modelo de entrada, sino más bien uno para quien quiera tener toda la potencia de una full frame en el cuerpo más reducido posible).
Entendemos que estamos hablando de cámaras con una elevada tecnología pero ¿está la gente dispuesta a gastarse esa cantidad de dinero sin tener fines profesionales? ¿deben bajar de precio para tener éxito?
¿Un mercado saturado?
Probablemente estemos equivocados, pero creemos que al mercado fotográfico le iría bien que hubiera más modelos nuevos a menor precio. Porque ¿cómo se explica si no que las sin espejo más vendidas del primer semestre de 2020 en Japón sean todas de iniciación y bajo precio? Pues porque una cámara es algo que cuesta mucho dinero, y la gente tiende más a comprarse cámaras más baratas.
O, mejor dicho, hay muchas personas que en un momento dado pueden decidir querer comprarse una cámara, miran el mercado y ven que las sin espejo, en general, tienen precios prohibitivos. Sin embargo, encuentran que es posible comprar una réflex por unos 300-400 euros o modelos sin espejo menos recientes por unos 400-500 euros... ¿Qué hacen? Pues se compran una réflex de iniciación o una sin espejo "antigua", pero ni se les ocurre pensar en gastarse ¿mil o dos mil euros en una cámara? ¡ni locos!
Ya decimos que probablemente estemos equivocados, pero creemos que no hay tanta gente que pueda comprarse un modelo avanzado (incluyendo estos nuevos de formato completo supuestamente más asequibles) como posibles compradores que puedan querer una cámara simplemente más barata, que no pase de los mil euros... si puede ser menos de 600 ¿Nos equivocamos? De verdad que nos encantaría que nos deis vuestra opinión...
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