Acabo de leer una entrada en un blog donde el autor hace una pequeña reflexión sobre uno de los cambios que ha producido en nosotros la fotografía digital. Y la verdad es que no puedo estar más en desacuerdo con las afirmaciones que se hacen en este texto.
En este post se afirma que los fotógrafos digitales nos hemos vuelto perezosos. Básicamente porqué lo económico que nos resulta disparar y por la expansión de las tarjetas digitales de alta capacidad de almacenamiento.
Estas variables hacen que acostumbremos a disparar repetidamente la misma escena esperando que haya suerte y alguna de ellas sea una buena foto.
Quizás yo no sea la persona más indicada para oponerme a semejante argumento, ya que mi afición a la fotografía nació con la tecnología digital y no he experimentado con la analógica. Pero sí que puedo hablar según mi método de trabajo y a partir de allí argumentar porqué tal afirmación es errónea.
En primer lugar, partiremos que los que estamos mínimamente interesados en fotografiar por el simple placer de hacerlo y lograr fotos que nos resulten estéticamente atractivas, y que además dispongamos del equipo necesario, disparamos en RAW (o estamos a expensas de aprender a manejar estos archivos y utilizarlos). Esto comporta unas necesidades de espacio considerables. Con lo que creo que no solemos tender a desperdiciar en exceso el espacio en nuestros discos duros.
Si realmente estamos mínimamente interesados en esto de la fotografía, en nuestros largos ratos delante de nuestros ordenadores clasificando, seleccionando y procesando fotografías, dudo que estemos dispuestos a pagar con tiempo nuestro exceso de disparo encontrando tres o cuatro fotos de cada elemento fotografiado.
Todavía hay más. Realmente, cuando estamos buscando una buena fotografía, ¿utilizamos como recurso el azar? Yo siempre tengo puesto como modo de disparo la ráfaga. Pero no porqué espere que por suerte divina una de las fotos sea buena, sinó para minimizar el riesgo de que el momento elegido sea el peor y maximizar la probabilidad de que éste sea el más apropiado. Y especialmente porqué suelo hacer retratos. Y esto no es lo mismo que disparar a discreción esperando que nos toque la lotería.
Los medios digitales nos han permitido explorar campos a los que quizás no nos hubiéramos atrevido antes, ya que tenían unos costes de dinero y tiempo mayores. Y eso se traduce en más fotos, más fotos intrascendentes, más fotos para tirar a la basura, pero no porqué los que intentamos darle sentido a las fotos que hacemos nos hayamos vuelto perezosos. Que disparemos con más facilidad y alegría no significa que pensemos menos en el resultado, ¿no?
La gente que dispara por disparar (lo que me parece muy respetable), persigue objetivos distintos. Y si no los persiguen, seguramente siguen métodos equivocados.
Resumiendo, la fotografía digital no nos ha vuelto perezosos, la fotografía digital ha conseguido que los perezosos se acerquen a ella.
Vía | Still alive Fotografía | Jennifer+
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2 comentarios
Nacho Frutos
Interesante post, incluso yo iría más lejos, asegurando que la fotografía digital nos está alejando de la pereza, ya que ahora no necesitamos que las circunstancias sean totalmente fevorables para lanzarnos a fotografiar. Antes, un día gris o lluvioso nos desanimaba a salir a la caza de buenas fotos, ahora en cambio, nos da igual el clima, en cualquier condición podemos hacerlas, y si no salen bien, al menos no nos hemos gastado una pasta en los revelados. Además a todos los fotógrafos nos gusta presumir de que nuestras fotografías eran buscadas intencionadamente (y no producto del azar), así que nos esforzamos en hacer las menos fotografías posibles para captar un momento. Las mejores paginas web…
Doctor Mento
Acaso el que hacía documentales antaño no hacía varias fotos a un mismo "algo" o "alguien" por si las moscas?.
Te piensas que gente que se iba al Amazonas, Antártida, países en guerra o lugares para hacer reportajes alucinantes ¿no iban a hacer más de una foto cada vez?. Ni de coña.
Además, tampoco hay que irse tan lejos, el tema de la fotografía analógica es que el que tenía pasta podía permitirse este lujo (lujo al que daban uso) y el que no, no (la mayoría).
Seguramente muchas menos pero… ¿no veíais antes a gente con más de una cámara encima por el mero hecho de tener varios carretes cargados?
Eso siempre exisitió, lo que pasa es que ahora podemos aprovecharnos todos de la posibilidad de hacer varias fotos de un mismo encuadre (por si acaso).