Les voy a ahorrar la triste historia personal que siempre se desenvuelve con este tipo de artículos. Sin embargo, hay algo que es cierto: nuestros seres queridos pueden morir en cualquier momento, aún si son más jóvenes o mayores que nosotros. Por ese único motivo es importante capturar buenos retratos de ellos.
Una imagen por uno
Yo sé que hay mucho cliché al estilo ‘peli de lágrimas’ en querer tener un retrato para recordar a nuestros seres queridos. Algunos piensan que es una pérdida de tiempo, que nuestros familiares no son los mejores sujetos fotográficos o que basta con las fotos del álbum familiar (práctica que se ha perdido debido a la era digital). Pero, ¿no se preguntan constantemente si la última vez que vieron a esas personas fue la última oportunidad de hacerles un retrato de aquellos que se imprimen en pared tamaño 100 x 60 cm?
Otros de vosotros sí os diréis que es una labor en la lista de proyectos. Pero lo dejáis para luego porque aún hay tiempo, no es como si se fuera a acabar el mundo mañana.
Algunos fotógrafos como Sid Ceaser, de PetaPixel, logran prolongar la idea y animarse un día a hacerlo. Él menciona en su historia que también se inspiró en el trabajo de ‘Despedida desde la puerta’ de Angelo Merendino. Esta práctica la han recomendado muchos fotógrafos e incluso páginas como el Huffington Post, ya que el cambio a la era digital nos ha eliminado esa importancia de tener fotos especiales.
Algunos somos desafortunados. No nos sentimos capaces de capturar en su esplendor a la persona que queremos. Otras veces simplemente no lo pusimos en una lista de prioridades. Y de repente ya no podemos capturar aquella fotografía. Esa persona, quien creemos merecía un retrato del mismísimo Avedon, ya no está para posar, para tener una charla en nuestro estudio (improvisado o profesional) o para robarle una foto perfecta a modo documental.
Luego, en la mente solo queda un “¿Por qué no lo hice?” que se activa cada aniversario, situación recurrente o arbitraria de una escena que nos recuerdan a esas personas. O simplemente se encuentran con un artículo como este.
Una imagen por ellos
Aún si no es específicamente por el recuerdo. Es agradable que esas personas que amamos sepan cómo los vemos. La relación con algunas puede ser difícil, pero en una imagen se puede ver reflejada la importancia de esa persona en nuestra vida.
Los retratos pueden ser tan simples como ir a la casa, poner una sábana de cama colgada en puerta y utilizar un flash de mano. Elegir un espacio representativo para ambos. Llevar a esa persona al estudio personal, involucrarla con lo que representa nuestra profesión. En cualquier caso, lo que veremos es que para lograr los retratos con esas personas especiales hay que interactuar con ellos más de lo que haríamos con cualquier otro extraño o cliente. Hay que recordar, reír, hablar de la vida como nunca antes se ha hecho.
Como os digo, esto es solo un recordatorio para que hagáis estas fotos mientras podáis. Antes de los arrepentimientos. Ojalá cada tanto tiempo para que esas fotos mejoren en calidad con cada nueva sesión que llega. Que se vuelva una tradición. Que se vuelva la razón para que esas fotografías sean el recuerdo de un momento más de alegría con ellos.
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