En 1982, un año antes del nacimiento de Internet, se estrenó una de las mejores películas de ciencia ficción de todos los tiempos, Blade Runner. Como hacía mucho tiempo que no la veía, ayer mismo me marqué una sesión de cine.
Cuando apenas llevaba 40 minutos de película llegó una escena que casi no recordaba pero que me hizo centrar toda la atención, hasta tal punto que vi la escena varias veces, paré la peli y me puse a pensar en su significado, con razón dicen que esta película hay que verla muchas veces y cada una será distinta de la anterior.
Rick Deckard (Harrison Ford) introduce una fotografía en papel en una especie de escáner y comienza a ver la foto en la pantalla. Mediante órdenes de voz va dando instrucciones al ordenador para que éste vaya moviéndose por la fotografía, pero lo más impresionante es que esos movimientos no obedecen sólo a dos dimensiones, sino que la máquina navega por la fotografía de un modo inverosímil para los habitantes de la Tierra de 1982, entre los que me incluyo.
Realmente no se si esta escena fue tomada de la novela en la que se inspiró o fue fabricada para la película, pero el que lo imaginó era un digno heredero de Julio Verne, esto lo digo desde mi sillón en 2009, en 1982 lo veía como pura ciencia ficción.
Lo más gracioso de todo es que en el disco duro tengo fotografías hechas por mi, al igual que puede hacerlas cualquiera con unos mínimos conocimientos, y que en este momento dejarían en pañales al mismísimo Rick Deckard y a su sofisticado e impresionante sistema de análisis de imágenes. Hay gigapanos capaces de descubrirnos los detalles más diminutos en un lugar abierto y con miles de personas, hay panorámicas de 360º que nos permiten hacer visitas virtuales a los lugares más sorprendentes y todo eso al alcance de cualquier aficionado a la fotografía.
¿Qué nos traerá el futuro de la fotografía y el vídeo? Quizás las paredes de nuestras casas se conviertan en salas de proyección o podamos ver el último vídeo de las vacaciones representado por hologramas encima de la mesa del comedor. Si los fabricantes de cámaras realmente quieren avanzar, más les valdría que se dejaran de sumar píxeles a los sensores y pusieran un cartel en la puerta: Se buscan visionarios.
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