La fotografía de moda es una de las puntas de lanza de nuestra actividad desarrollándose e innovando en nuevos lenguajes a través de los que captar la retina del espectador. Esto implica que, en general, cualquier tipo de fotografía que implique un movimiento de capital para su producción irá encontrando nuevas formas de llegar al consumidor aunque hablemos de reportaje, fotografía de producto o como es mi caso, la moda.
Base y vanguardia, causa y efecto
En primer lugar, me gustaría apuntar que la vanguardia es ni más ni menos que el efecto de la base porque todo debe responder a una evolución. Con esto me refiero a que muchos fotógrafos apelan al "es un poco loco pero es que a mí me gusta así" para evitar pensar en sus experimentos y que ni siquiera saben resolver una luz básica de base y contraste con la que la modelo salga guapa. Esto quiere decir que no deberíamos encontrar elementos disyuntivos en una misma fotografía y que si queremos hacer una clave baja luego queda muy mal que lavemos los negros porque es el procesado trendy de turno.
Para saber innovar y aplicar un estilo, debemos no sólo aprender, sino dominar lo básico. En lo personal, algo básico podrían ser un ojo domado a base de latigazos revisando el trabajo de grandes fotógrafos de la historia o saber realizar esquemas con dos o tres puntos de luz dándole la mayor versatilidad al equipo y sabiendo perfectamente el resultado que ofrecen según cómo los pongamos. Los grandes fotógrafos no lo han sido de forma espontánea, son producto de una semilla que germinó en autores anteriores en los que se enraizó el ojo para trasgredirlo después con una base fundada.
El claro ejemplo lo encontramos en Picasso, que aprendió a dibujar y pintar siguiendo la tradición antes de romperla en un movimiento arriesgado con el que la perspectiva se deformaba. No sucedió de forma espontánea, sino que la causa generó un efecto en el artista que lo empujó a investigar los horizontes de la pintura. Lo que muchos no saben es que para llegar a empujar los horizontes, antes hay que andar muchos años.
Fotografía de moda, la punta de lanza
Por ser el campo que más cercano y más profundamente conozco, creo que la fotografía de moda es uno de los campos más fértiles para que grandes y pequeños fotógrafos encuentren un estilo propio y empujen esta maravillosa disciplina hasta nuevos horizontes, trasgrediendo forma y contenido. Hace unos años, era imposible emplear angulares, mostrar modelos con una enfermedad como el vitíligo o colorear las fotografías con la agresividad que ha caracterizado el trabajo de Mert and Marcus durante los últimos años.
La editorial de moda diría que es el formato más interesante ya que en estos formatos se han comprimido como pequeñas páginas de historia fotográfica los trabajos de genios como Irving Penn, Guy Bourdin o Richard Avedon — fotógrafos que sentaron las bases para prácticamente todos los profesionales actuales y que hoy son considerados auténticas leyendas. La gran contra de las editoriales es que el resultado dependen de los directores de arte de las publicaciones, y hoy por hoy suelen tomar muy pocos riesgos en relación a las imágenes que incluyen en sus revistas.
Grandes fotógrafos de los que podemos aprender
Con todo lo mencionado, no dejan de haber grandes fotógrafos que no venden su estilo a la revista que les pague, sino que defienden su concepto de la belleza y su proceder fotográfico dejando su imprenta en todos los trabajos que realizan. Es de estos profesionales de los que podemos aprender enormemente: fotógrafos como Anne Leibovitz, Peter Lindbergh, Steven Klein o Mario Sorrenti son algunos de los grandes nombres del panorama de los que podemos aprender encuadre, color e incluso subtexto si somos lo suficientemente afilados con nuestro ojo.
Sin embargo, no todo basta con observar, también debemos saber analizar lo que vemos y saber por qué el autor ha decidido realizar esa imagen con todas sus implicaciones: el tipo de belleza que representa, el estilo en la iluminación y la gestión de color, así como el riesgo en la óptica y el encuadre.
Trabajemos la disciplina que trabajemos, la fotografía de moda es uno de los campos en el que los fotógrafos descubren nuevas formas de representar ideas y conceptos a través de los productos y las modelos que las llevan, y esta labor de constante investigación queda patente en los enormes presupuestos de las grandes marcas de moda.
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