Publican los compañeros de Digital Camera World un artículo (que después han difundido otros medios) en donde cuentan que, a causa de la pandemia del coronavirus, el gobierno japonés ha aprobado un paquete de estímulo económico para su país que buscaría incentivar a las empresas japonesas a trasladar sus fábricas situadas en China a otros territorios.
A la vez, los compañeros se basan en otro artículo de Bloomberg donde dicen que Japón habría destinado una cantidad muy alta (unos 250 mil millones de yenes) para ayudar a los fabricantes a la producción de sus empresas que se realiza actualmente en China y cuyas cadenas de suministro se han visto gravemente alteradas por la crisis sanitaria. Esta medida incluiría una gran parte del dinero para aquellos que estén dispuestos a hacer volver la producción a tierras niponas.
Nuestros colegas afirman que esta medida podría suponer “un cambio significativo en la forma en que operan las marcas de productos fotográficos” que, como todos sabemos, son principalmente japoneses y, en los últimos años, mayoritariamente han movido su producción a territorio chino. Además, “sería otro golpe más para China, ya que muchos fabricantes de cámaras ya habían mudado fábricas fuera de este país por culpa de la guerra comercial entre China y EE.UU”.
El artículo termina afirmando que esta podría ser “la oportunidad perfecta” para que los fabricantes “vuelvan a casa” y las cámaras y objetivos vuelvan a tener mayoritariamente la leyenda ‘Made in Japan’ serigrafiada en su cuerpo. Pero ¿cómo afectaría esto a la industria de la fotografía? Es difícil saberlo, eso está claro.
Así en principio podemos pensar que esto podría hacer que recuperemos aquello de la calidad japonesa en la fabricación, algo que quizá no deja de ser una “leyenda urbana”. Sea como fuere, sí que esto podría suponer también un aumento de costes que, inevitablemente, llevaría a una subida de precio.
Sin embargo, por un lado creo que hemos demostrado que las cámaras no han bajado de precio en los últimos años (si acaso han subido o, al menos, se han mantenido) a pesar de que, teóricamente, el traslado de la producción a China tenía como causa una reducción de costes. Por otro lado, estos estímulos del gobierno chino están destinados precisamente a lograr que devolver la producción a terreno japones sea rentable.
Por todo ello creo que, si finalmente ocurre, no debería repercutir en exceso en los precios. Es más, con la profunda crisis que dicen se avecina, sería previsible que este tipo de productos, cuyo precio es más bien alto y no son de primera necesidad (salvo para profesionales, claro), sufrieran una importante caída de demanda, y eso, según las teorías económicas del capitalismo, debería llevar los precios a la baja.
¿Significaría eso que las cámaras serían más baratas? Es difícil saberlo, y desde luego no somos expertos en economía (ni tenemos una bola de cristal para leer el futuro). Y de todos modos que así fuera no tendría porqué ser una buena noticia si hay demasiada gente que ya no puede permitirse una cámara nueva...
En fin, creo que lo único que está claro es que nos enfrentamos a una situación inédita cuyas consecuencias, en todos los sentidos, son muy difícilmente imaginables. ¿Qué opináis vosotros?
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