[Opinión] ¿Qué tipo de fotógrafo debería ser? cómo encontrar nuestras fortalezas

Desde el mundo exterior, ser fotógrafo implica que podéis hacer cualquier tipo de fotografía sin problemas. Aunque es cierto que un buen fotógrafo es capaz de capturar una fotografía técnicamente de manera correcta, no somos hábiles en todos los campos. Y es común sentirse mal cuando algo no nos sale bien. Pero considero que, por ser fotógrafos, no todos debemos ser expertos en todo el mundo fotográfico; es algo que hace parte de nuestra mirada y de nosotros como personas.

¿Quién soy? ¿Para qué existo?

Como fotógrafos debemos entender cómo somos como personas. Para saber qué estilo fotográfico va mejor con nosotros es importante reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿Soy introvertido o extrovertido? ¿Me llevo bien con las personas? ¿Me gusta moverme y esperar el azar o estar quieto en un lugar y controlar todos los elementos? ¿Qué me causa curiosidad?

Esta última es la más fácil de responder. Todos los que somos creadores de imágenes tenemos fetiches fotográficos, nos gusta apuntar a algo que nos llama la atención. Tenemos inquietudes sobre lo que queremos explorar y es ahí donde encontramos un camino de entrada a lo que nos especializamos. En una entrada anterior os mencioné cómo comencé a fotografiar el mar gracias al trabajo de Hiroshi Sugimoto. Recientemente he adquirido un gusto por la fotografía macro y me encuentro en proceso de explorarla, aprendiendo sobre cómo ser más paciente, como ver en pequeño y que el terminar cubierto de tierra y hojas del suelo puede ser divertido.

Sobre la introversión o extroversión, el condicionante principal será la comunicación. En fotografía la comunicación con el sujeto es muy importante en ciertos campos, como la fotografía de bodas, de moda y de retrato. Alguien introvertido encontrará mucha más dificultad de realizar este tipo de fotografías. No es imposible realizarlas, pero la falta de conexión con las personas dificulta el obtener fotografías con expresiones naturales.

Esto se complementa con la siguiente pregunta. Si no me llevo bien con las personas, sería muy raro el querer ser fotógrafo de retratos. He conocido fotógrafos que no les gusta tratar con la gente, uno de ellos se dedica a la arquitectura, otros dos se enfocan en retoque y fotocomposición y uno de ellos hace retrato de animales. Es común en ellos que con sus clientes crean una presentación, se reúnen poco y el trabajo que resulta es impecable para no tener que tener más de una reunión extra, pasar cuenta de cobro y seguir en sus hogares. En especial me parece gracioso el retratista, porque saluda a los dueños de la mascota y el resto de la sesión solo se enfoca en jugar con los animales y hablarles a ellos, sin dirigir más palabra. Es la asistente de él quien usualmente se comunica con los humanos.

Ser un fotógrafo controlador o uno que se fía del azar crea grandes distancias. Para alguien controlador que va a una sesión en localización y le llueve es muy frustrante. Para alguien que le gusta el azar, la lluvia puede ser una oportunidad más de explorar. En mi caso, este factor es lo que me ha guiado hacia el paisaje y la arquitectura. Cuando era estudiante pasé mucho tiempo encerrado en un estudio, por lo que le agarré fastidio a este. El tener que caminar o esperar a que llegue la luz al punto que es para encontrar una toma interesante se volvió más emocionante.

¿A qué me dedico?

Creo que como fotógrafos estamos en capacidad de hacer buenas fotografías en cualquier campo. Pero no por ello debemos dejar de enfocarnos en lo que nos gusta hacer. Estoy seguro que los que se interesan mucho en el paisaje y la arquitectura habrán pasado por una situación en la que vuestros amigos quieren una foto grupal y vosotros os demoráis componiendo la toma, para esa relación de los sujetos y el fondo. Vuestros amigos se aburren y la fotografía termina en un paisaje bonito con personas que sonríen a medias o están ya distraídas.

Los fotógrafos controladores habrán pasado por la típica foto de móvil que miráis y es todo horrible. Y cuando la otra persona mira el móvil, por vuestras cabezas pasa una pequeña voz que dice “si tuviera estas luces, si el sol estuviera en, si el ruido, si la óptica”. Y es nuestra naturaleza cuestionarnos sobre cada imagen que hacemos, por muy banal que sean.

Pero lo más importante es que sois vosotros quienes controláis esa mirada. No os preocupéis si amáis el retrato y un producto os sale regular, porque quiere decir que os interesa la gente, no las cosas. No os preocupéis si en estudio os salen imágenes impresionantes y en el exterior hay demasiados elementos que distraen y os quitan la motivación, quiere decir que sois personas de estudio y control.

Utilizad los campos fotográficos que menos os gusten para salir de la zona de confort y aprender técnicas y elementos nuevos. Pero no dejéis de potenciar vuestra especialidad, porque es ahí donde encontraréis motivación para seguir adelante en este mundo extraño de capturar imágenes.

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Imágenes | Sergio Fabara