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El miedo de la originalidad y cómo ejercitar nuestra mirada para lograrla

El miedo de la originalidad y cómo ejercitar nuestra mirada para lograrla

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El miedo de la originalidad y cómo ejercitar nuestra mirada para lograrla

El miedo de muchos fotógrafos es caer en el lote que termina por rendirse ya que no encuentra originalidad en su mirada. Es probablemente lo más difícil de este arte, ¿cómo crear imágenes cuando prácticamente ya todo está creado? Cuando llegan puntos de estanque nos vemos compartiendo un espacio en Instagram, en una de esas imágenes que muestra como nuestra fotografía es parte de una tendencia, que miles de fotógrafos ya han hecho y siguen haciendo lo mismo.

La muerte de la originalidad

El gran problema con la originalidad es que depende de nuestro conocimiento. Entre menos conoce el espectador, más original puede ser una toma. Lo mismo ocurre con nuestra fotografía. Entre menos sabemos que hay, más original creemos que somos. A medida que encontramos fotógrafos que hacen lo mismo que nosotros y mucho mejor, esa originalidad se nos rompe en trozos. Ahí es donde podemos caer en negación, o motivarnos a seguir explorando y mejorando en la vida.

Sin embargo, la era digital ha transformado nuestras generaciones en vagos exploradores de conocimiento. Por ende, consumimos las tendencias y eso se vuelve nuestro referente visual. Lo que exploramos y analizamos en la imagen son esos dos segundos que nos detenemos a observar una foto en Instagram, darle like y seguir adelante; o son esos cinco minutos de video de YouTube en los que pasamos oyendo a alguien mientras estamos distraídos con otra actividad.

Se ha perdido la costumbre de explorar el arte. Son menos los que se dedican a ir a un museo a ver un pedazo de exposición, pasar minutos frente a un cuadro de un artista favorito. Son menos quienes se detienen a agarrar un fotógrafo y entender bien su estilo, como hace sus tomas, como trata el color, como se inspira a tomar esas imágenes. Tampoco vemos películas con detenimiento, analizando cómo el director de fotografía encuadra e ilumina para ayudar a la narración, cómo el director decide presentar una secuencia para contarnos la historia de aquel personaje. Son muchos más los que comparten mi afición de jugar videojuegos, pero ¿cuántos se han detenido a observar el mundo creado por los magníficos equipos de arte de las desarrolladoras?

Es importante recuperar nuestra afición a observar, a referenciarnos; si queremos ser “originales”.

Observar más

Existen miles de ejercicios para poder mejorar nuestra fotografía y pulir nuestra originalidad. Dependiendo de cada fotógrafo, saldrán trucos que os gustarán más o menos. Mis ejercicios recaen mucho en consumir contenido. Así que son pequeños tips que os doy.

  • Tablero de Pinterest: Tengo un tablero de Pinterest que tiene solo capturas de cuadros de películas. Ese tablero lo uso como una referencia de estilo, de ahí saco paletas de colores o composiciones que me interesan para mis fotografías y es de donde saco las bases de mis propuestas a clientes. Guardar lo que nos interesa nos ayuda a ir identificando los elementos que componen nuestro estilo.
Orig 001 Pinterest es tu amigo
  • Ir a museos y exposiciones: Observar otros tipos de arte nos ayuda a entender mejor el uso del color, las formas, las composiciones. No hay que ser un experto teórico del arte para aprender algo de él (yo nunca me acuerdo ni de la mitad de los nombres de los artistas que veo). Pero al ver detenidamente los cuadros, hay elementos que s quedan grabados y nos ayudan a pulir nuestro gusto visual.

  • Ver dos películas a la semana, bien vistas: No el típico ‘Netflix and chill’, no ver películas con el móvil en la mano, no ver películas con alguien. Solo tu, la pantalla (tal vez pop corn de microondas) y una película. En especial, trata de seleccionar películas de directores de fotografía reconocidos, ganadores de premios, pues visualmente siempre tendrán algo que ofrecer. Pero este ejercicio es igual de poderoso para ejercitar la mirada si véis ‘Legalmente Rubia’ o si véis ‘Interstellar’.

  • Eliminar los presets de la vida: Nunca fuí muy fan de los presets, porque condicionan mi toma a lo que pide el preset para que funcione. Pero amo entender para qué sirven las herramientas de un software y experimentar con ellas. Así que dejad el preset de lado, entrenad en conocer el software de edición y retoque que utilicéis y, más bien, tratad de conseguir el estilo de imagen usando la lógica de cómo funcionan las herramientas. Más de una vez la liaréis en grande, pero os hará entender mejor la relación en la forma que capturáis una imagen y cómo la podéis editar.

  • ¡Copiad!¡Copiad por montón!: Si hay un fotógrafo que os cautiva, tratad de recrear sus fotografías. No solo os ayudará a entenderlo mejor conceptualmente, será una buena herramienta de entender la luz, la relación de sujeto-fondo y los procesos de edición que hacen que sus imágenes sean espectaculares. Por ejemplo, soy fan de copiar el trabajo de Hiroshi Sugimoto. Nada de ello termina llegando al portafolio, pero siempre me abre la cabeza a entender más este arte que amo.

Y vosotros, ¿qué ejercicios realizáis para pulir vuestra originalidad?

Foto inicio | Daniil Vnoutchkov

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