Ahora que, salvo excepciones, todos los fabricantes han apostado por las cámaras sin espejo y que las mirrorless de formato completo reinan en lo más alto del catálogo de cámaras digitales de las principales marcas, es un buen momento para volver a plantearse si merece la pena comprar uno de estos modelos.
Pero antes hay que advertir que este artículo (de opinión, ojo) es una especie de segunda parte del que titulé ¿Merece la pena comprarse una cámara réflex full frame?, publicado hace tiempo. Así que os pediría que por favor lo revisarais, aunque vaya a recordar aquí lo más básico que decía. Básicamente que siempre pensé que acabaría comprándome una réflex FF y años más tarde me quedó claro que no, que sería una sin espejo.
La Canon EOS R5 en nuestro análisis
¿Las razones? Pues básicamente dos: tamaño y precio. De lo primero, os contaba que con los años cada vez ha cobrado mayor importancia llevar un equipo lo más ligero posible. Y sobre el precio, decía que el coste de las réflex de formato completo seguía siendo elevado para (salvo excepciones) quien no las vaya a usar profesionalmente.
Y, bueno, sobre las sin espejo, en dicho artículo comentaba yo esto que (creo) no tiene desperdicio:
Ciertamente la idea de comprarme una sin espejo de formato completo es tentadora, pero como sabéis de momento sólo Sony ha apostado por esa vía y, cómo no, su precio sólo está al alcance de los más pudientes o los profesionales (así que volveríamos al principio). Constantemente hay rumores sobre la posibilidad de que Nikon se pase a este campo (más después de las habladurías sobre su viabilidad de los últimos tiempos), pero son sólo rumores y otras marcas tampoco parecen muy interesadas en el tema
El caso es que con los movimientos producidos en el mercado los últimos años está claro que la cosa ha cambiado, y mucho. Y aunque tanto Canon como Nikon sigan defendiendo que las réflex no han muerto (normal, quieren seguir vendiéndolas), creo que ya nadie puede obviar que las sin espejo son el futuro, ya sean de formato completo o con sensor más pequeño (al menos las APS-C, porque el Micro 4/3 no está tan claro).
Y claro, después de haber quedado encantado con las posibilidades de cámaras como la Sony A7 III y A7C, la Canon EOS R5 o la Nikon Z6 II, al ver que en nuestra sección Cazando Gangas casi todas las semanas recomendamos cámaras sin espejo con sensor de formato completo por menos de mil euros (no las más modernas, claro), no niego que me entra como una cosilla que me dice “compráte una”.
La Nikon Z6 II en nuestro análisis
Claro que el otro obstáculo, el del tamaño, sigue estando ahí. Y aunque es cierto que una full frame sin espejo suele ser más pequeña que una réflex equivalente, sigue siendo más grande de lo que me gustaría (y los objetivos también). Sobre todo teniendo en cuenta que sigo utilizando la cámara sobre todo cuando viajo, ya sea por placer o para cubrir algún evento a los que nos convocan en Xataka Foto.
Luego, siendo sincero conmigo mismo, mi situación no ha cambiado mucho y creo que para mí lo más apropiado sigue siendo una sin espejo con sensor recortado que dé una calidad de imagen suficiente pero en un tamaño contenido (osea que pese y abulte poco).
El análisis de la Sony A7C demuestra que el tamaño se puede reducir pero ¿es suficiente?
Lo que pasa es que, entre tú y yo, sigo sin encontrar la que me convenza. Desventajas de dedicarme a esto, como ya os contaba en el primer artículo. Al conocer tantos modelos y tener la oportunidad de probar muchos de ellos, uno se vuelve especialmente crítico y puntilloso a la hora de decidirse a “soltar la pasta”.
Ahora que, si tuviera unos cuantos años menos, más tiempo para dedicarme a hacer fotos por mi cuenta, y menos recibos que pagar a final de mes, confieso que lo mismo ya habría caído una sin espejo full frame de ésas rebajadas... ¿Y tú? ¿Cuál es tu caso?
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