Hace tiempo publicamos un artículo sobre el tema que vamos a ver hoy. Pero esta vez queremos demostrar con una fotografía cómo ha cambiado todo y lo importante que puede llegar a ser volver a revelar nuestras fotografías con las nuevas versiones de los programas de edición.
Todo comenzó después de revisar la serie de mis viajes a México. Es una primera aproximación a un país que me enamora al que espero poder volver muy pronto. Estaba revisando el tema de la religión cuando me dí cuenta de que una de las fotografías tenía un aspecto extraño. La camisa de uno de los personajes que pueblan la fotografía estaba quemada, con poco detalle.
Enseguida recordé que el revelado me dio verdaderos quebraderos de cabeza. Y me propuse volver al RAW original para ver qué podía hacer. La fotografía la traté en 2008. Está revelada con la versión 2 de Adobe Camera RAW y para tratar de superar sus limitaciones tuve que trabajar incluso en ProPhoto...
El primer revelado de la fotografía, en 2008
Los metadatos de la fotografía hablan de las complicaciones que tuve a la hora de trabajar con él. La cámara era una Canon EOS 30D con el mejor objetivo que había por aquel entonces, el EF 17-55 f2,8, un objetivo que nunca entenderé por qué no era de la serie L. El gran problema es el ISO. Ni más ni menos que 800 ISO, todo un reto para los sensores APS-C de entonces.
El revelado actual
Soy consciente de las mejoras en los motores de revelado, pero lo que me ha pasado con esta fotografía ha hecho que me plantee muy seriamente revisar todo mi archivo. El cambio puede ser radical en muchos casos, sobre todo con sensibilidades altas. Así que vamos a ver lo que ha cambiado en todos estos años. Ni más ni menos que más de una década.
Los cambios desde la versión CS4 de Adobe Photoshop
La versión CS4 es de 2008. Tiene el Adobe Camera RAW 5.0 con el primero motor de procesado, si no recuerdo mal. Ahora mismo vamos por el quinto motor. Así que se tiene que notar el cambio. O si no tenemos un problema.
El encuadre de la fotografía me gusta. Creo que así se ve mejor la mirada de la estatua hacia los dos hombres. El problema es que si quiero hacer una copia en papel, todo quedará mejor si vuelvo a revelar. ¿Qué ventajas ganaré?
Creo que es mejor que cada uno de vosotros lo veáis en los antes y después que adornan este artículo. El cambio es por lo menos llamativo:
- El ruido ha desaparecido y de una forma muy notable en las zonas de sombra. Los nuevos tratamientos han conseguido que la imagen sea más limpia sobre todo cuando trabajamos con archivos con una sensibilidad alta.
Antes/Después
- La acutancia, la sensación de nitidez de la imagen, ha mejorado muchísimo. Esta fotografía se puede ampliar sin problemas a un tamaño mayor que el que se hizo en su momento.
Antes/Después
- Una de los aspectos más importantes es la recuperación de información en la zona de las luces. La camisa del señor tiene ahora información y no es una mancha blanca rozando la sobrexposición.
Antes/Después
Nada ha cambiado en esencia. Solo el procesado interno que nosotros no vemos y que mejora la información que tiene el archivo RAW. Esta es una de las grandes ventajas de este formato crudo. Y puede que uno de sus grandes problemas.
¿Mejoramos entonces nuestras fotografías?
En el periodo clásico la calidad que tenías era la que conseguías para toda la vida de la fotografía. Si los químicos estaban bien preparados, si el objetivo de la ampliadora era de buena calidad, pocas mejoras técnicas podías conseguir.
Eso sí, si mejoraba tu pericia en el mundo del revelado, en el arte de las reservas y quemados, entonces sí que se notaba una mejoría bastante notable. Todo dependía de nosotros.
La fotografía original sin tratamiento
Pero ahora el cambio depende de la interpretación de los datos por parte del software. Nosotros no tenemos que hacer nada. Solo abrir el archivo con un nuevo motor de revelado. Y la mejoría es tanta que nos hace plantearnos revisar de nuevo todo nuestro trabajo anterior.
Puede parecer una ventaja. Pero en el fondo es un problema. La calidad técnica de nuestros archivos no depende ni siquiera de la cámara que tengamos, ni del objetivo. Ni siquiera del dominio que tengamos de los programas. Todo depende de la versión, del año en el que estemos.
Las fotos que vendamos, que publiquemos, siempre serán mejor en el futuro. Nunca lograremos la copia final si lo pensamos fríamente. O a lo mejor hay que dejar todo lo que hagamos en el pasado y centrarnos solo en el presente. ¿Tú qué piensas?
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