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La tragedia vende y gana concursos ¿si o no?

La tragedia vende y gana concursos ¿si o no?
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Es una constante que tristemente se repite con más frecuencia de la que debería. Sólo hay que echar un vistazo a muchas de las fotos llamadas “históricas” para comprobar como la tragedia y el drama es protagonista de muchas de ellas.

Una niña que se muere de hambre acechada por un buitre, un miliciano en el momento de su muerte de un tiro a la cabeza… creo que son imágenes que a todos nos suenan.

Los premios y los concursos más importantes de fotografía actual tampoco se libran. Raro es el concurso donde se premia una foto con el amor como protagonista, o donde la noticia sea la felicidad, en lugar de la pena.

vietnam

Foto | Nick Ut

Que también hay otro tipo de fotos “históricas” donde no hay drama por ningún sitio, si, pero son muchísimas menos.

Y no es que esté diciendo que son fotos malas, ni siquiera se me pasa por la cabeza pensarlo, pero lo que es cierto es que me hace reflexionar sobre el por qué en muchas ocasiones nos cuesta ver una foto alegre en un podio de premios, o simplemente en un concurso de fotografía “general”.

Los conflictos bélicos, los desastres naturales, la pobreza o la fotografía social mal entendida (y cuando digo mal entendida me refiero a que fotografía social es mucho más que lo que entienden algunos que se limita a mostrar penurias en una foto), son tristemente las fotos más valoradas por muchos de los jurados de prestigiosos premios y concursos internacionales.

miliciano

Foto | Robert Capa

Blanco y negro, tragedia, dolor, palabras que en muchísimas ocasiones vemos en los primeros puestos de premios y concursos, pero ¿por qué? ¿acaso somos como el tomate televisivo que preferimos la sangre frente a otro tipo de imágenes? ¿nos sorprenden más las diferencias sociales cuando no formamos parte de ellas?

En mi caso, reconozco que no es mi fuerte. Pocas fotos tengo de desigualdades sociales, tristeza o pena, de ahí que muchas veces me plantee seriamente participar en cierto tipo de concursos, donde habitualmente, se premia este tipo de instantáneas frente a otras.

Lo que está claro es que La felicidad no vende, la tragedia si, o al menos, vende menos.

Simplemente una reflexión, probablemente sin parte de razón, pero una reflexión. Y tu, ¿que opinas?

Foto de cabecera | Kevin Carter

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