No seré yo el que pretenda quitaros el sueño de comprar una nueva y cara cámara estas navidades pero sí me vais a permitir la licencia de dar mi opinión al respecto, de ofrecer algunos consejos que nacen desde la honestidad y la reflexión que podéis seguir o no y que pueden ser tan acertados como equivocados.
Las firmas fotográficas están a punto, si no lo han hecho ya, de arrancar sus agresivas y tradicionales campañas navideñas en las que os intentarán persuadir con el falso mensaje de que a mejores cámaras mejores fotografías. Eso no es así y lo sabéis, no obstante nunca viene mal recordarlo, especialmente este año en el que la tan manida crisis y los nuevos precios al alza podrían hacer más daño en nuestros bolsillos del estimado.
¿Qué cámara me compro?
Este primer punto será crítico en mi exposición porque es la pregunta que más respondemos los que tenemos cierta experiencia en el mundo de la fotografía. Lo que vais a leer es una opinión personal, la misma que daré a mis amigos cuando me pregunten y no pretendidas verdades universales. Voy a desarrollarla en respuesta a diversos casos que suelen darse.
Si quieres comprarte una cámara porque envidias a ese amigo tuyo que recibe decenas de comentarios aduladores en Facebook (o cualquier otra red social) cuando publica una de sus fotografías mi recomendación es que mires a otro lado porque te gastarás el dinero, verás que tus fotografías no se parecen en nada a las de tu amigo y acabarás por no usar la cámara. Comprar una cámara no te convertirá en fotógrafo ni un Kindle en un ávido lector ni una estilográfica en la reencarnación de Victor Hugo.
Si quieres comprarte una compacta o renovar la que ya tienes lo mejor que puedes hacer es usar el dinero que pensabas gastarte en buscar un smartphone que tenga una buena cámara, así matarás dos pájaros de un tiro. Creo que ya por fin podemos sustituir tranquilamente las compactas por las cámaras de algunos smartphones.
Si quieres una cámara seria, duradera, con la que experimentar y aprender fotografía yo me compraría una cámara sin espejo. ¡Quién me ha visto y quién me ve!, como gurú no tengo precio y si hace unos años dudaba del éxito de las mirrorless ahora soy un converso más. Son buenas cámaras, a nivel técnico a la altura de las DSLR y con un tamaño y peso mucho más agradecido a la hora de llevarla encima siempre. Una apuesta segura.
Si quieres una cámara para hacer trabajos profesionales o con la que iniciar un camino que te lleve a la profesionalidad la recomendación es que apuntes alto. Invierte en buen equipo, la mejor APS-C de tu firma favorita o algún modelo dentro de los sensores de fotograma completo. Olvida eso de comprar una DSLR de iniciación y luego ir mejorando con el tiempo, es una excusa usada para justificar decisiones equivocadas.
No conozco a ningún empresario de la hostelería que empezara vendiendo limonada casera en la calle para pagar un local y montar un restaurante o un bar. Si tu idea es dedicarte a esto profesionalmente has de ser consecuente con tus metas y rodearte del equipo adecuado, invertir se convertirá en una necesidad más que un capricho.
Saca el máximo partido a tu equipo
Los que estáis pensando en cambiar de cámara porque no estáis satisfechos con vuestras fotografías deberíais preguntaros qué fotografía podríais hacer con la nueva que no podáis hacer con la que ya tenéis. Sí, en el 99% de los casos la respuesta sería que ninguna.
Invierte en ópticas de calidad. Esta máxima que no nos cansamos de repetirla pertenece a ese género de obviedades sensatas que la gente ignora, como cuando el profesor te insta a estudiar un poco cada día mejor que la semana previa al examen. ¿Por qué crees que a ciertos objetivos los llaman pisapapeles? Compra un objetivo bueno, que te sirva si algún día cambias a un cuerpo más caro, y notarás el cambio a mejor.
Los objetivos son los elementos principales de tu equipo pero no los únicos que pueden marcar la diferencia. Trípodes que se pueden desplegar de mil maneras, disparadores remotos para practicar fotografía de larga exposición, filtros degradados, de densidad neutra, anillos inversores, flash...
Comprar algunos de estos accesorios podría cambiar por completo el desarrollo de tu fotografía, dar nueva vida a tu cámara con un desembolso económico infinitamente más liviano que el que supone comprar un nuevo cuerpo.
Invierte en conocimiento y desarrolla tu creatividad
Tanto o más importante que el aspecto puramente material. Si estás estancado, si no te ves capaz de sacar el máximo partido a tu equipo o no obtienes lo que quieres una buena idea es invertir en conocimiento. Hay cursos presenciales, libros sobre técnica, sobre edición o talleres en vídeo, muchas opciones para necesidades diversas.
Hoy en día la edición, el procesado digital de la imagen, adquiere en muchos casos más protagonismo que la propia toma. No vamos a entrar a discutir si esto es bueno, malo o indiferente, pero es así. Muchas fotografías vacías de contenido se disfrazan de épicas por su manipulación digital. Es por eso que aprender a usar Photoshop puede ser otra buena opción. Es más fácil que tengas mejores resultados manipulando una fotografía tomada con tu actual cámara que comprando una nueva.
El desarrollo de la creatividad, para finalizar, es otra vía de escape para esquivar al impulso comprador. Empezar un proyecto fotográfico personal o explorar un nuevo campo de la fotografía de los muchos que existen (retrato, fotografía nocturna, macrofotografía, arquitectura, paisajes, conceptual...) es otra forma de alargar la vida de nuestro equipo o, al menos, de no condenarlo injustamente.
No pretendo, como os decía, quitaros el sueño de comprar un nuevo cuerpo estas navidades pero sí, al menos, que seáis conscientes de que os están mintiendo descaradamente cuando os dicen que con una nueva cámara haréis mejores fotos y solo por el hecho de hacerlas con esa nueva cámara, sin más.
Fotos | Steven Guzzardi | M Moraleda | Darren Kirby | Xisco Bibiloni
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