La inteligencia artificial está cada vez más presente en nuestra profesión. Es el futuro inevitable que algunos deseamos ver, pero que otros están temiendo por lo que implica para nuestra profesión. ¿La máquina será la caída de la fotografía?
El valor del esfuerzo
Recuerdo que cuando estudiaba fotografía, el profesor de retoque nos explicaba cómo hacer un presupuesto de retoque fotográfico. En el presupuesto general, 10% eran costos de software, otro 10% era para los impuestos, 20% costos de vida general y el 60% era el trabajo en sí.
Ese 60%, decía él, representaba todo lo que ha vivido para llegar a donde está. Especializarse en hacer foto composiciones, saber cómo dejar una piel perfecta, controlar la luz, hacer recortes que nadie notara y demás esfuerzos que un editor requería para su trabajo. Su cierre siempre era “Hay que dejarle claro al cliente que no hay un botón que photoshopee por uno”.
Me pregunto qué dirá ahora que hay un botón que lo hace.
Tal vez ahí está el miedo de muchos fotógrafos y, en especial, retocadores y editores de imagen. La inteligencia artificial hace que los trabajos sean mucho más fácil y muchos procesos tediosos y que requerían varias horas de esfuerzo sean cosa del pasado.
Personalmente, mis primeras horas de edición era dejar listas las selecciones de una imagen. Mi mejor amiga era la herramienta de pluma. Creo que ahora solo la llamo cuando necesito algo extremadamente específico. Un elemento como ‘Seleccionar sujeto’ ya ha cambiado mi flujo de trabajo ahorrando horas de edición.
Algunos pueden creer que estas herramientas nos vuelven más perezosos en la edición y el retoque, lo que lleva a errores y pérdida de calidad en el detalle de la imagen. Otros fotógrafos consideran que estos cambios que llegan con la IA son como hacer trampa, pues toda foto puede convertirse en algo bonito. Incluso están aquellos que miran este grupo de algoritmos como una amenaza de retraso en la creatividad fotográfica, pues se ven tendencias que hacen lucir a las imágenes como filtros preestablecidos.
Son ideas que son muy ciertas. La pereza aumenta, el esfuerzo de búsqueda de toma disminuye y muchos de los que han conseguido estos software aplican los mismos tres efectos y hacen el reemplazo de cielos con el mismo atardecer o cielo estrellado que viene en el paquete de cielos del software.
Pero esta entrada es para aquellos dispuestos a luchar integrando la tecnología en sus vidas.
La máquina aliada
En una entrevista para PetaPixel, DL Cade, editor en jefe del portal, entrevistó a Alex Tsepko (CEO de Skylum), María Yap (VP de la división de Imagen Digital en Adobe), y dos de los retocadores más famosos Aaron Nace de Phlearn, Patrik Naik de Solstice Retouch. El tema de la entrevista es la posición de las empresas como proveedoras del servicio y la de los retocadores frente a lo que llegará.
Está claro que en la entrevista las empresas tienen su punto de venta bien claro. La tecnología va a seguir avanzando y seguirá transformando el mercado. Pero tanto Skylum como Adobe presentan estos cambios como algo que está pensado para los fotógrafos, son herramientas para facilitar su flujo de trabajo, para ayudar a explotar más la creatividad y permitir que los artistas creen cosas únicas que no se podían conseguir sin estas herramientas.
Skylum tiene un acercamiento que piensa desde el lado de los principiantes y personas que toman la fotografía de manera más casual. Por eso sus herramientas están pensadas para ayudar a aquellos que están poco a poco formando su proceso creativo, pero así mismo le da mucho control creativo a los editores experimentado para afinar cada parte de la imagen.
Por su lado, Adobe dice que trabaja de la mano con fotógrafos, editores y retocadores profesionales para entender los límites del trabajo y los procesos complicados que permitirían crear más obras fotográficas únicas. Un camino que con Adobe Sensei llevan afinando desde hace un par de años.
Similar al mundo de la fotografía de los videojuegos, los software con herramientas basadas en IA abren un debate para discutir en foros y grupos de puristas sobre qué es la fotografía o no. Una que cae en hablar sobre el mundo de la imagen computacional y su función en esta nueva era.
Desde el punto de vista de los retocadores hay un mensaje claro: la IA llegará y debemos adaptarnos. Sin embargo, la respuesta es igual de positiva en cuanto al uso de la tecnología dentro de un flujo de trabajo. Esta tecnología no representa bien o mal en el mundo fotográfico, solo cambios de la industria a los que debemos ajustarnos, como mencionamos en una entrada anterior. Aaron nace lo pone de una manera muy especial “Si no estás dispuesto a adaptarte al cambio, entonces lo vas a ver como algo negativo, si lo asumes, entonces puede ser un cambio positivo.”
Patrik Naik menciona cómo el flujo de trabajo se puede transformar en algo que beneficiará a muchos. Según como manejemos nuestro tiempo y nuestro negocio, podremos ver un incremento en nuestros trabajos y más tiempo para el desarrollo.
Estos cambios son sin duda algo que ayudará especialmente a especializaciones como la fotografía de bodas y de eventos. Como presentamos anteriormente, encuestas revelan que en esta especialidad se pasa un promedio de 14 horas al día en edición y retoque, lo que representa un 55% de su tiempo frente a su negocio fotográfico. Recuperar tiempo de ahí es invertirlo en mercadeo, hacer fotos, desarrollar habilidades o incluso más tiempo para descansar y tener vidas.
La tecnología puede ser nuestra aliada. Eliminar los procesos más tediosos para enfocarnos en los creativos. Esa es la invitación para adaptarnos a las nuevas tecnologías.
¿Qué representa la llegada de la IA a vuestra visión de la fotografía?
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