Llevo mucho tiempo en esto de la fotografía. Y he tenido muchas cámaras. He tenido la suerte de probar la mayoría de los modelos de los últimos años. Y siempre he hecho las mismas fotografías con ellas. Aún así todavía te encuentras con gente que, cuando ve tu trabajo, te pregunta qué cámara tienes.
En los últimos tiempos la fotografía parece que se está convirtiendo en una mera tecnología. No importa cómo te expreses. Lo importante es el modelo que tengas colgado al hombro. Incluso algunos piensan que una es mejor que otra simplemente por el tamaño del sensor o el mes de fabricación.
El colmo es cuando se llega a la conclusión de que un tipo de cámaras es mejor que otro. Que si formato completo, formato medio, móviles de última generación... Todas las cámaras son iguales. Todas tienen un objetivo, una cámara oscura en su interior y un sensor. Si no, no serían máquinas fotográficas.
De hecho ninguna cámara se diferencia de otra. No tiene sentido publicar libros sobre hacer fotos con réflex, sin espejo o móviles. Todos dicen exactamente lo mismo pero están maquillados para justificar su publicación.
En mi biblioteca tengo algunos de estos libros: cómo hacer fotos con tu Canon, con tu Nikon, tu compacta o con tu móvil. Solo cambian los modelos y las marcas pero en el fondo dicen exactamente lo mismo. No cambia nada año tras año porque la fotografía sigue siendo igual.
La tecnología es lo único que cambia
Un fotógrafo tiene que elegir el tipo de cámara que más le interesa. No lo que dicte la moda en ese momento. Todas las cámaras son perfectas siempre que sirvan para lo que tú quieres.
Un fotógrafo tiene que elegir el tipo de cámara que más le interesa. No lo que dicte la moda en ese momento. Todas las cámaras son perfectas siempre que sirvan para lo que tú quieres.
Cada uno de nosotros debemos descubrir cuál es la máquina perfecta para expresarnos. Y todas son válidas. Todavía hay fotógrafos que van a los JJOO con cámaras de placas o que, como Stephen Shore, hacen maravillas con su cámara Mickey Mouse de 35 mm.
Los mejores fotógrafos no cambian su estilo si cambian de modelo. Puede ser que notemos algo si cambian de tipo de cámara. No es lo mismo el Avedon de formato medio, de 35 mm que el de placas. Las fotografías de Marilyn Monroe tienen una técnica distinta que las que ilustran el libro 'In the american west'.
Pero su estilo es reconocible en todas y cada una de ellas. Da igual la cámara que utilizara porque siempre era él mismo. Y estoy convencido de que hoy haría las mismas maravillas con una digital o un teléfono.
A lo mejor tendría un mayor rango dinámico, una nitidez mayor. O a lo mejor podría hacer ampliaciones todavía más grandes que las que le gustaban. Le bastaría con leer el manual de instrucciones -o que le hiciera un resumen su equipo- para saber cómo cambiar el diafragma, el tiempo de obturación y listo.
Ya lo habré comentado otras veces pero uno de los mejores fotógrafos españoles, José Manuel Navia, propuso en uno de sus cursos que distinguiéramos qué fotos había hecho con película y cuáles con digital. Fue imposible acertar.
La esencia de la fotografía no ha cambiado. Solo se ha desarrollado la tecnología. Así que la próxima vez que el cuñado de turno te diga aquello de "con esa cámara ya puedes", simplemente dile que sí y olvídate de él. La gente siempre es más feliz si no sabe la verdad.
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