Soy miope, muy miope. Jamás he visto bien en mi vida. Desde que me levanto hasta que me acuesto dependo de artilugios ópticos para poder distinguir algo de la realidad. Pero llevo unas dos semanas con problemas. De momento no son graves pero ahora mismo dependo de las gotas y las lentillas no puedo ni verlas, nunca mejor dicho. Y me han dado mil y un consejos para cuidar la salud visual.
En el último informe que se ha publicado sobre la miopía desvela que 6 de cada 10 jóvenes entre 17 y 27 años tienen este problema. Yo ya no entro en ese idílico rango de edad. Pero sé perfectamente qué es no ver. Puede parecer una cursilada pero jamás he podido ver las estrellas cuando me despertaba por la noche cuando dormía al aire libre. Siempre tenía que alargar las manos a las gafas.
Así desde hace más de 30 años. Soy fotógrafo. Y me encanta mirar. Ya sea en la calle, en la montaña o cerca del mar. Ahora mismo tengo molestias. Y seguramente sea por cuidar poco o nada mis ojos. Hace tres fines semana me levanté a las siete, llegué a las dos horas a un parque de atracciones donde estuve haciendo fotos hasta que se fue el sol. Luego llegué a casa y estuve descargando toda la información... de paso estuve una hora delante del ordenador editando parte del trabajo. Luego a la cama agotado pero con tiempo para consultar las redes sociales y demás...
Y durante el resto de la semana prácticamente igual. Me levanto a las siete, el trabajo delante del ordenador, el móvil para contestar correos, las horas escribiendo y preparando cursos con las pantallas, más fotos, clases con gente fumadora... Y casi todo con las lentillas puestas y poco tiempo con las gafas...
Ahora me duelen los ojos. Me han dicho lo que tengo. Es la segunda vez que tengo esta infección. Solo puedo llevar gafas. Y para mi es una tortura la mayor parte del tiempo. Aunque están perfectamente graduadas la definición, la agudeza visual, no es tan alta como cuando llevo lentillas. Y veo peor. Y no sabéis lo duro que es para un fotógrafo esa sensación.
Por este motivo quiero recopilar, para recordar personalmente, y para ayudar a los más jóvenes del lugar, todos los consejos que me han dado los ópticos y oftalmólogos a lo largo de mi vida para intentar que nuestros ojos, una de las herramientas más precisas e imprescindibles que tenemos, funcionen a la perfección durante mucho tiempo.
Por supuesto esto no quita que tengas la suerte de no sufrir problema alguno durante tu vida. O que cumplas todas las cosas que se dicen aquí y que termines peor que yo. En los temas de salud no hay que obsesionarse, ni seguir nada a rajatabla salvo que te lo diga un especialista. Tu destino ya está firmado. Solo nos queda cuidarnos sin hacer el loco y disfrutar cada instante de la vida.
Los consejos para una buena salud ocular
Soy miope desde que era un niño. Empecé con las gafas y terminé con lentillas para frenar el avance de las dioptrías. No me puedo operar de la vista, así que tengo que seguir con estos inventos hasta el final de mis días. Y desde entonces he escuchado consejos que he intentado seguir. No sé si son científicos o fiables pero parecen lógicos. Aquí están:
- Descansa la vista. No fuerces la vista como si no hubiera un mañana. No nos damos cuenta, pero cerramos poco los ojos. Tan solo las horas de sueño. Un pequeño duermevela ayuda a reposar la mirada. Podemos aprovechar esos momentos en los que la música nos llega.
- Humedece siempre tus ojos. Es de vital importancia tener los ojos perfectamente hidratados. En todo momento. Nunca dejes que se sequen. Uno de mis grandes problemas es que no parpadeo con la frecuencia adecuada. Es un movimiento reflejo, pero por lo que sea no lo hago bien. Y tengo los ojos secos al final del día. Échate mucha agua, con sumo cuidado para no perder las lentillas si las llevas puestas. Si hace falta llora, recuerda las cosas tristes y llora, que no es malo, de verdad. O hazte con lágrimas hidratantes o gotas humectantes siempre bajo el consejo de tu oftalmólogo. Nunca porque lo hayas leído solo en un blog.
- Las lentillas son maravillosas pero nunca estés muchas horas seguidas con ellas. Es una locura. Por supuesto nunca te duermas con ellas puestas. Da igual que sean blandas o duras, diarias o para meses... El ojo necesita respirar y no dejan de ser una barrera artificial. Es un engorro, la parte negativa, pero lo mejor que podemos hacer es quitárnoslas de vez en cuando. O dejar descansar los ojos los fines de semana...
- Si no te queda más remedio que pasar muchas horas delante del ordenador, o con libros, o con el móvil, no dejes la mirada fija durante mucho tiempo a tan corta distancia. Ese es el problema, no otras teorías disparatadas. Así que si puedes, cada cierto tiempo, veinte minutos o media hora, mira a un sitio lejano, como las vistas de tu ventana o el fondo de tu lugar de trabajo. Y si lo puedes evitar, no trabajes delante del ordenador con lentillas. Ahora igual no te pasa nada, pero en el futuro...
- Evita los ambientes cerrados. Ahora es perfecto, pero antes estábamos condenados a estar en lugares llenos de humo de tabaco. El humo es muy perjudicial para los ojos, y más para los que llevamos lentillas. Nunca te encierres en un cuarto con alguien que saque un cigarrillo...
- Los cambios de luz bruscos son muy agresivos para nuestros ojos. Si queremos fotografiar los últimos rayos del sol, los primeros haces de luz del amanecer hay que procurar no mirar fijamente al astro rey. En estas ocasiones es perfecto enfocar con la pantalla LCD para evitar mirar directamente. Igual cuando trabajamos en interiores como discotecas o las horas finales de una boda...
- Y por supuesto visita a tu oftalmólogo o a tu óptica de forma regular. No está nada mal hacerse una revisión al año y acudir de vez en cuando a hacer una limpieza profunda de tus lentillas y ver que todo está perfecto. No solo cuando algo te moleste...
Me han dado muchos más consejos. He aprendido a reírme de mis dioptrías. No soporto vivir con obsesiones. Es una pérdida de tiempo que solo te condiciona la vida. Lo importante es tener cabeza y evitar locuras. No importa si las hemos hecho alguna vez pero que nunca se conviertan en costumbres. Y como solo tenemos dos ojos en la vida, no nos queda más remedio que cuidarlos. Y más si eres fotógrafo.
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