Continuando con la polémica de las campañas de crowdfunding que fracasaron, un nuevo vídeo publicado por Point&Shoot Club nos muestra parte de las razones por el descontento de los usuarios con la nueva Yashica Y35.En este se muestra la frágil construcción del dispositivo además del uso de elementos electrónicos de baja calidad. Lo que concluye en una cámara digital desarrollada con piezas y acabado que no justificaría el precio que pagaron quienes respaldaron la campaña. Abajo podéis ver cómo desarman el cuerpo y van comentando sobre la baja calidad de sus componentes, el vídeo es en inglés, pero podéis activar la subtitulación traducida.
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Nota original
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Kickstarter y las demás plataformas de crowdfunding nos presentan muchos proyectos que nos llaman la atención. Si son lo suficientemente atractivos tendemos a apoyarlos, sea porque queramos la recompensa o creamos en su propósito; nosotros tratamos de compartir los proyectos más interesantes que encontramos. Sin embargo, puede que esa fé sobre un producto inexistente pueda resultar en un proyecto fallido. Lo que nos hace preguntar, ¿vale la pena apoyar productos por crowdfunding?
Entendiendo el crowdfunding
El sistema de crowdfunding tiene un principio muy valioso: Una compañía o persona ofrecen un producto y las personas que lo deseen pueden donar una cantidad de plata para que este proyecto llegue a la realidad. Este principio permite que los consumidores sean los promotores de innovación. Y, bajo esta idea, todo debería ser un éxito.
Sin embargo, la falta de ‘realidad’ de unos proyectos y la mala planeación de varias de estas empresas ha llevado a no cumplir con las metas y no responder por el dinero de las personas que han puesto su fe en ellas. La confianza de querer apoyar nuestros proyectos favoritos desaparece con cada una de esas caídas.
Algunas veces no es culpa de las compañías directamente, suelen ocurrir eventualidades que hacen que estas caigan, como fue el caso de Net SE tras el accidente de su CEO. Esto demuestra que el éxito de un proyecto o incluso las campañas de aquellas compañías que sí cumplieron con campañas pasadas no están exentas de tener un revés de confianza.
Cada falla que ocurre nos va cambiando la perspectiva. En un principio puede que nos haga obviar los proyectos cuyas metas nos parecen más irreales. La siguiente nos hace perder la fé en las compañías que nos presentan sus proyectos, por muy respaldadas que estén. Finalmente perdemos toda confianza en el sistema de crowdfunding.
El hermoso concepto de ser consumidores de aquello en lo que creemos se vuelve una idea muerta.
¿Que se acaben esos sistemas?
El principal problema del crowdfunding es ese factor de confianza. Una confianza que no viene solo de nosotros, sino de las figuras que respaldan esos proyectos: influenciadores, medios y la publicidad tradicional. Xataka Foto os presenta los proyectos más llamativos, pero incluso algunos proyectos como el regreso de Yashica han terminado en líos, como recién reportó DPReview. Quienes escribimos sobre los proyectos que vemos en la red lo hacemos con la misma pasión de creencia en ellos.
Sin embargo, la culpa de la falla no viene de la confianza, sino de las promesas de las empresas y personas que realizan las campañas. Entre más nombre tienen, más creemos en lo que nos ofrecen, pensamos que son infalibles. Los más desconocidos los apoyamos a fe dura y pura, creyendo en lo útil de su proyecto o en su valor como coleccionistas de curiosidades, pensamos en que enserio se esforzarán por cumplir un sueño compartido.
Por eso, si aún tenéis un poco de fe al igual que yo, tenemos que replantear en qué vamos a depositar esa confianza. Pero el único consejo para dar es que hay que respirar, ver el proyecto con calma y pensar en si no nos importaría perder el dinero en caso de que incumplan con las promesas.
Quisiera tener la mentalidad de antes y poder deciros que os fiéis del respaldo que recibe un proyecto de parte de una gran empresa o de los medios globalmente reconocidos. Pero eso no es una garantía de satisfacción.
Quisiera deciros que sigáis las reglas de realidad como evaluar el precio de la meta/valor de producción. Pero incluso las promesas más simples pueden ser rotas por un mal manejo del dinero de los usuarios.
Las páginas de crowdfunding no tienen la culpa de que estos proyectos fallen. Hay segmentos en los que es muy raro que vayan las cosas mal, como la publicación de fotolibros o el apoyar a financiar las series de nuestros colegas fotógrafos. Estas son usualmente metas que no pasan de una petición de 40 euros.
Ahí es donde creo que podemos aprovechar esa hermosa idea de creencia que tiene el crowdfunding. Apoyemos aquellos que no nos de dolor en caso de que falle. Si aún tenéis fe en servicios como los de Kickstarter, promovamos lo que nos apasiona aún si perdemos.
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