Es curioso como a veces se habla mucho de una cámara (o cámaras), se espera ansiosamente que se anuncie tal o cual modelo y se desvelen sus especificaciones y, una vez se produce, dejamos de hablar de ella y queda en una especie de limbo. Suele pasar con muchas de ellas, pero especialmente a veces ocurre como con las Nikon Z7 II y Z6 II, que fueron presentadas hace unas semanas y parece que han sido recibidas con bastante poco entusiasmo.
Lo cierto es que se esperaban una serie de mejoras que no se han cumplido en su totalidad, pero tampoco podemos negar que lo incorporado sí que va por el camino de hacer madurar un sistema que, no olvidemos, es nuevo y aún tiene mucho desarrollo. Lo que sí está claro es que los nuevos modelos no han sido revolucionarios ni mucho menos, ni tampoco ese "golpe sobre la mesa" que a algunos les gustaría que Nikon hubiera dado.
Porque la marca lleva algún tiempo pasándolo regular, hasta el punto de haber perdido el segundo puesto en el mercado en favor de Sony, y es lógico que sus seguidores esperen que Nikon intente volver a recuperar el lugar perdido. Por eso, se esperaba que los nuevos modelos fueran algo más ambiciosos y respondieran plenamente esos deseos de grandeza.
Sin embargo, tal y como contaban en este artículo de FStoppers, parece que la marca de momento apuesta por ir contracorriente, primando la calidad antes que la cantidad; sin volverse locos tratando de ofrecer lo último del mercado y, encima, rebajando ligeramente los precios de sus nuevos modelos respecto a lo que costaban sus antecesoras.
Por eso, el autor del artículo se llega a preguntar si Nikon habría decidido aceptar el papel de segundón en la industria, adoptando una estrategia conservadora que le llevaría a conformarse con tener un papel discreto y renunciar a la lucha por ofrecer las mejores especificaciones del mercado, a favor de ofrecer algo suficientemente bueno y a mejor precio. Todo esto, claro está, en un escenario con un mercado en contracción, en el que incluso hay quien ha llegado a decir que lo mejor para la industria sería que que Nikon desapareciera.
No ha cambiado tanto
Pues bien, desde nuestro punto de vista, que Nikon tenga una estrategia conservadora no es ninguna novedad. De hecho, igual que su eterna rival, llevan ya muchos años haciendo gala de esto y apostando por el "si algo funciona ¿para qué cambiarlo?" Es cierto que, ahora que "le han visto las orejas al lobo" parecen haber espabilado (parece que más en el caso de Canon), pero creo que difícilmente van ahora a lanzarse "sin ton ni son" a liderar la revolución tecnológica en el mundo de la fotografía.
De todos modos, no olvidemos que el mundo de la fotografía siempre ha sido un poco diferente, no tan volátil como el de la tecnología en general. Ha sido en los últimos ¿diez? años cuando este ámbito ya se he incorporado plenamente a la dinámica de un sector tecnológico que dicta que cada poco tiempo hay que renovar los modelos, y que cada modelo nuevo tiene que mejorar mucho al anterior y ofrecer "lo último de lo último".
Ya nos hemos acostumbrado a eso, pero el mundo de la fotografía no ha sido siempre así, y Nikon podría estar aferrándose a ello. Por eso, quizá es verdad que podría haber decidido que el papel de segundón le sirve, que "con la que está cayendo" prefiere no quemar todos sus cartuchos y esperar a ver qué pasa. O tal vez no puede permitírselo económicamente, y prefiere simplemente esperar tiempos mejores.
Claro que tampoco descartemos que cualquier día nos den la sorpresa con nuevos modelos de alta resolución que ya se estarían desarrollando (en secreto, por supuesto) tal y como cuentan en Nikon Rumors. Es difícil saberlo pero, desde luego, el tema abre un debate interesante. Eso sí, sobre todo que quede claro que todo esto que hemos contado no significa que no se puedan seguir haciendo estupendas fotos con sus cámaras; algo que, al fin y al cabo, es lo que de verdad importa.
Ver 5 comentarios