Reconozcámoslo, ser cocinillas está de moda. Admitámoslo, ser fotógrafo también. Si unimos ambas formas de expresión, porque lo son, nos encontramos con infinidad de blogs que apuntan directamente al amor entre estas dos disciplinas creativas.
Llevaba unos días queriendo hablar sobre este fenómeno cada vez más común, me refiero al de abrir un blog donde presentar recetas de cocina y donde lo interesante es ver la frescura de la fotografía, la cuidada presentación y la sutileza en muchos casos que da trabajar con luz natural. Con todo ello, me preguntaba si no se le está dando más importancia a la fotografía que al plato cocinado, puesto que la mayoría de las veces suelen ser de lo más sencillos.
Ojeando una revista hace un momento, experimentaba lo contrario. Las fotografías eran mediocres, no me incitaban a querer comer por la vista pero, sin embargo, las recetas sí se antojaban un poquito más complicadas de realizar. Al abrir esa primera hoja de la publicación es cuando he decidido desahogarme o, al menos, contar un poco lo que se está cociendo en la Red con el tema fotografía versus cocina.
Hablemos de modas
Recuerdo la fotografía, que aún se sigue haciendo, donde se presentan los platos de alta cocina. Fondos negros, formas de colores alimenticios cubriendo la superficie de presentación, minimalismo, toda una recreación escultórico-pictórica que por alguna razón siempre me ha causado sensación de rechazo. No me preguntéis porqué, es algo intrínseco en mí.
Ese tipo de fotografía se daba también en las de cocina tradicional, de algún u otro modo esa forma de presentar los platos se veía reflejada a la hora de fotografiar. Es entonces cuando en un momento determinado de la historia se cambió el chip, tampoco me preguntéis cuando porque fue un proceso de imitación de unos con otros y no tengo una fecha exacta.
Sólo sé que se empezó a cambiar la forma de fotografiar la cocina de estar por casa. Y digo la cocina de estar por casa porque la alta cocina aún sigue conservando una estética que sería complicada de plasmar con la moda actual, aunque los cánones, afortunadamente, están cambiando.
Lo natural es más sano
Fotografía de Directo al Paladar
¿Cuál es la tendencia actual? Pensando en la fotografía de alta cocina y la que se hacía para ilustrar también la cocina tradicional, más centrada en estudio, con focos y con fondo blanco o negro, de pronto se empezó a trabajar una manera de fotografiar más natural. No sé hasta qué punto Jamie Oliver y su fotógrafo David Loftus tuvieron algo que ver.
El cocinero inglés en sus programas de televisión salía a cocinar a la calle, en el campo, en situaciones donde la naturaleza y la luz del sol estaban muy presentes. Ello junto con el tipo de recetas, propiciaban composiciones muy distendidas, casi azarosas donde los alimentos se distribuían por el plato aleatoriamente pero visualmente muy atractivos para la vista y para las papilas gustativas.
Fenómeno que a la vez tuvo lugar en ese momento en que en fotografía se había vuelto a un revival por medio de filtros y situaciones retro, que de algún modo propició la apertura de blogs diseñados desde unos colores muy placenteros e imágenes sencillas y naturales.
Si os fijáis, por poner un ejemplo sin salir de casa, en Directo al paladar a lo largo del último año han ido cambiando en la forma de presentar las fotografías gracias a la incursión de la madera rústica como soporte para presentar los platos, unas vajillas y cubiertos retro, una iluminación no artificial y un mayor espacio para el azar en la disposición de los elementos aunque las composiciones estén bien trabajadas, lo que otorga naturalidad al conjunto.
Lo que todo ello ha propiciado
Volviendo al ejemplo de Jamie Oliver, en su caso gracias al canal de Youtube que creó hace unos meses, ha llevado a David Loftus a dar lecciones de fotografía culinaria para después presentar un concurso centrado no en la receta sino en la importancia de la imagen.
Este tipo de fotografía también ha propiciado la creación de revistas gourmet, como Cuquin, donde la imagen es muy importante y donde las autoras, en femenino, porque este tipo de fotos sí he visto que se practican más entre las mujeres, son en su mayoría blogueras fotógrafas con interés por la cocina.
Particularmente es un forma de fotografiar que me atrae, aunque como todas las modas, peque de convertir a los autores en autómatas donde no se les reconoce su sello como fotógrafos. Por ello, les insto a que dentro de estos parámetros de naturalidad en el contexto, pongan también de su parte para que por medio de algún recurso sean originales, si no, caerán en el vacío del microstock, como las fotografías de la entrevistada en Xataka Foto Nicole S. Young, técnicamente perfectas pero carentes de alma.
Foto | Directo al paladar
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