Se acabó el Black Friday y el Cyber Monday, como sabéis dos eventos heredados del otro lado del charco en los que se multiplican las supuestas ofertas para conseguir todo tipo de productos a precio de ganga. Y si digo “supuestas” es porque, como ya imagináis, no es oro todo lo que reluce, y lo de busca y compara se hace más necesario que nunca.
Si sois asiduos lectores sabréis que desde hace ya unos cuantos meses venimos publicando todos los viernes un artículo denominado “Cazando Gangas”. Se trata de una sección en la que recomendamos productos fotográficos a precios de oferta, con la idea de que todos los que estéis pensando comprar una cámara, objetivo o accesorio lo hagáis al mejor precio.
Un servidor se encarga de la elaboración de dicha sección, así como de los artículos de fechas especiales como las que acabamos de superar. Por eso, gracias a que llevo ya con unos cuantos de estos a mis espaldas, puedo afirmar que las ofertas de las tiendas hay que cogerlas casi siempre con pinzas.
Vamos que no te puedes fiar cuando ves algo rebajado, y se hace totalmente necesario compararlo porque esa supuesta oferta puede no ser tal. Bien porque hayan subido el precio previamente o bien porque esté más barata en otro sitio. Por esta razón, y no por otra, es por la que la mayoría de productos que aparecen son del gigante del comercio electrónico: Amazon.
Probando una Sony A9 II, una gran cámara aunque, definitivamente, no la que necesito.
La mayoría de las veces este portal ofrece los mejores precios y encima nos lo trae a casita... Nos puede gustar más o menos esta plataforma, y encima podemos hablar de que esto de comprar online no sea precisamente muy ecológico (ahora que estamos en plena cumbre del clima aquí en Madrid), pero es un hecho.
Ahora, cuidado porque eso no significa que Amazon no trate de engañarnos también. Sus precios son de lo más variables (pueden cambiar en cualquier momento), y no es difícil ver que esa cantidad que ahora figura como rebajada (con el precio anterior convenientemente tachado) es la misma que ha tenido desde hace meses (o incluso superior). Así que cuidado al comprar y, si se trata de fotografía, no os perdáis “nuestra caza de gangas” porque ya hacemos nosotros el “trabajo sucio” (para lo cual tenemos herramientas que nos dicen lo que está realmente rebajado y lo que no).
Buscando mi propia cámara
De todos modos todo esto me ha venido a la mente después de que, durante el susodicho Black Friday y Cyber Monday, se me hayan puesto los dientes largos en no pocas ocasiones viendo algunas de las ofertas. Y es que, tal y como os conté hace tiempo, llevo bastante pensando en comprarme una nueva cámara para renovar mi “vieja” réflex.
Claro que esto me pasa cada vez que veo alguna de las cámaras que más o menos entran en mi idea a buen precio... Y, aún así, no termino de decidirme. ¿Por qué? Primero porque trabajando para Xataka Foto cada dos por tres estoy probando algún modelo, ya sea para una toma de contacto o para un análisis en profundidad, con lo cual normalmente si quiero hacer una foto tengo algún modelo y no necesito recurrir a mi propia cámara.
Probando la Canon EOS 90D, una excelente réflex para aficionados avanzados que podría cuadrarme, si no fuera porque mi idea es apostar por el reducido tamaño de las sin espejo.
Segundo porque me he vuelto muy, muy exigente. Ya lo era antes, porque pienso que si te vas a gastar mil euros en una cámara (es una cifra orientativa, claro) hay que elegirla bien, pero desde que trabajo en el sector fotográfico y conozco el mercado con bastante profundidad me he vuelto aún más quisquilloso y, por qué no decirlo, tengo claro que ahora mismo no existe la cámara perfecta para mí.
Claro que, ciertamente, eso es normal, como contaban en un artículo que leía el otro día en FStoppers y que se titulaba precisamente “Deja de perseguir la cámara perfecta”. Básicamente se trata de un vídeo donde un fotógrafo (que suele hacer vídeos divulgativos) hablaba sobre el tema y llegaba a varias conclusiones.
No existe la cámara perfecta, todas tienen sus puntos fuertes y débiles y hay que tener claro lo que uno quiere y/o necesita antes de decidirse por el modelo más adecuado
La primera eso, que no existe la cámara perfecta, que todas tienen sus puntos fuertes y débiles. La segunda se refería al significado que los posibles compradores dan a sus cámaras. Para los profesionales se trata básicamente de una herramienta, mientras que principiantes y aficionados se lo toman más por lo personal, y se identifican con su cámara de manera que si alguien les dice algo negativo de ella se enfadan.
Por otro lado, el autor decía que si uno no está contento con sus fotos no es culpa de la cámara sino de uno mismo, algo con lo que estoy totalmente de acuerdo. Por eso, recomendaba aprender las debilidades y fortalezas de nuestra cámara y también pensar en cuales son los puntos débiles y fuertes de nosotros mismos para ser capaces de mejorar.
Los míos no sé si los tengo claros, pero al menos sí que sé lo que quiero y por eso me sigo resistiendo a los “cantos de sirena” de cámaras muy atractivas a muy buen precio pero que se pasan de mi nivel y/o presupuesto.
Por eso creo que voy a seguir esperando, mirando de reojo las ofertas hasta que encuentre una cámara cuyos pros y contras encajen en mi esquema. O hasta que alguien lance al mercado la cámara perfecta para mí ¿Será posible?
Foto de portada | Garry Knight
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