“Lo sé, estás cansado de leer cosas sobre el coronavirus COVID-19 y su colosal impacto tanto en las personas como en la industria. Pero bueno, este artículo no trata realmente sobre la pandemia, sino más bien sobre lo que ha venido a enseñarnos a los fotógrafos”. Con esas palabras comienza Robert K Baggs este artículo en FStoppeers que nos ha llamado la atención, y donde cuenta cuál es la lección más importante que él cree ha traído la situación actual para los fotógrafos profesionales.
Él es uno de ellos (se dedica al retrato y a la fotografía de producto), y como todos lleva desde hace aproximadamente dos meses sin poder ejercer: “El mundo se ha visto afectado por este virus como nada que la mayoría de nosotros haya visto en la vida, y casi nadie ha escapado de la pandemia sin verse afectado”.
Sin embargo, siendo autónomo (como la mayoría de fotógrafos del mundo) se está viendo especialmente afectado: “cuando decidí abrir la ventana y saltar a la oscuridad del trabajo por cuenta propia como fotógrafo, me empapé de libros, artículos, podcasts y conversaciones con personas que sabían más que yo sobre este tipo de vida”.
Robert cuenta cómo cosechó consejos de todo tipo, muchos de los cuales “se parecían entre sí, incluso si se expresaban de manera diferente: por ejemplo mantener una lista de tareas pendientes, levantarse temprano y dar el 100% en cada trabajo realizado”.
Estos fueron consejos positivos, pero también recibió otros menos optimistas, “por lo general, en forma de preparación para el desastre: ‘tienes que tener ahorros’, ‘debes tener un seguro por si acaso’ o ‘debes ser proactivo incluso cuando te vaya bien’. En general tenían mucho sentido. Por ejemplo un libro de un economista que decía que si puedes ahorrar el 20% de todo lo que ganas siempre serás rico”.
Pero el consejo que a la postre ha demostrado tener más valor en los últimos meses fue este: “Diversifica tus ingresos”. Es decir, “crea tantas fuentes de ingresos como puedas mantener, de modo que si uno cae, todavía tendrás otros para mantenerte a flote”. Esto, cuenta Robert, tiene mucho sentido tal cual, pero choca frontalmente con otro consejo que se le suele dar al profesional: “Busca un nicho en el que especializarte y trata de ser el mejor”.
“Me dijeron —continúa— que debía especializarme en un campo y ser conocido por ello, sin dispersarme en muchos géneros diferentes. La gente quiere contratar a fotógrafos expertos en lo que sea que los necesiten, no en todos los oficios. Y eso es cierto, ciertamente debes especializarte en un área y trabajar para ser conocido en ella, pero esa no es la historia completa; aún necesitas trabajar para tener más de un flujo de ingresos”.
“Eso no quiere decir que si eres fotógrafo de bodas también necesitas empezar a cubrir deportes, sino que necesitas encontrar formas de ganar dinero que no sean hacer fotos de boda. Mi trabajo principal con una cámara es el retrato, y luego la foto de producto. Sin embargo, poco después de comenzar a trabajar por mi cuenta, llegué a la conclusión de que por cualquier causa imprevista podía provocar que un mes entero me quedara sin ingresos”
Por eso, el autor empezó a trabajar en múltiples fuentes. “Algunas pesquisas me hicieron llegar a la conclusión de que cinco fuentes de ingresos eran el número mágico, y apunté a ello”. Además de la fotografía, su principal fuente, empezó a escribir artículos, a vender fotos de archivo, a comercializar impresiones de sus fotos y realizar cursos (entre otros).
Con el tiempo algunas de esas fuentes quedaron por el camino y otras crecieron, pero siempre tenía la duda de si estaba haciendo un mal uso de su tiempo al esforzase en tantos campos. Una pregunta que el COVID-19 ha respondido por la fuerza.
“No podemos permitirnos el lujo de poner todos los huevos en una sola canasta, y esta pandemia ha demostrado porqué de manera despiadada. Muchos de mis amigos fotógrafos que estaban bien especializados y no tenían otras fuentes de ingresos están en una situación desesperada. No es su culpa. Son fantásticos en lo que hacen, han construido reputaciones brillantes y han trabajado increíblemente bien, pero no se podía predecir lo que ha pasado”.
“Puedo decir sin vergüenza que si no tuviera múltiples flujos de ingresos, actualmente estaría en problemas. Tenía muchos trabajos de fotografía, talleres y viajes reservados para este año; de hecho, a principios de 2020 estaba emocionado por lo que deparaba el futuro. De esos trabajos, talleres y viajes, que habrían constituido una buena parte de mis ingresos totales, todos menos uno se cancelaron o se reprogramaron”.
“Me da ansiedad pensar en el estado en el que estaría si ese fuera mi único ingreso, como es el caso de muchas personas que trabajan por cuenta propia o autónomos, con una única fuente de ingresos en la que se han especializado. Muchas de esas personas han tenido que buscar otro trabajo, agotar sus ahorros o tomar otras medidas desesperadas, ninguna de los cuales es ideal”.
Por todo ello, Robert concluye recomendando encarecidamente que “presionar el botón en la parte superior de la cámara no sea la única forma de poner euros en nuestro bolsillo”. Un interesante consejo que quizá más de uno se aplique en el futuro ¿no os parece? ¿Qué opináis?
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