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La ergonomía para fotografiar con los teléfonos móviles es una utopía

La ergonomía para fotografiar con los teléfonos móviles es una utopía

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La ergonomía para fotografiar con los teléfonos móviles es una utopía

Hace poco escribí un artículo donde planteaba algunos problemas de la fotografía móvil, a título personal. Uno de los temas que más llamó la atención fue el tema de la ergonomía. ¿Es fácil sujetar un teléfono móvil para hacer una fotografía? ¿Es realmente cómodo? En el mercado encontramos decenas de accesorios para mejorar la ergonomía y la sujeción de los smartphones, luego es algo que afecta a más personas. Vamos a verlo.

La fotografía móvil ha cambiado el rumbo de la fotografía. Todo el mundo hace fotos con el móvil. Solo hace falta salir a la calle y fijarte. Es la mejor manera de conseguir de forma instantánea una fotografía.

El otro día estuve mirando azulejos y le mandé al momento mi elección a mi mujer. El mecánico de mi taller me contó el otro día que tiene todas las cámaras guardadas y que solo envía a los seguros las fotos del móvil. Es una de las herramientas más prácticas para comunicarse.

Si nos detenemos en el terreno fotográfico, mucha gente lo utiliza en sus vacaciones y para continuar con su afición. Y en el terreno profesional cada vez gana más adeptos, hasta el punto de crearse hasta grupos de defensores acérrimos pendientes de cualquier opinión que no sea de su agrado.

Es una cámara más que cada uno tendrá que decidir si le sirve o no para expresarse y si le da la calidad técnica que necesita. No hay que hablar de oídas, todo consiste en probar hasta encontrar el equipo que se ajuste a tus necesidades. Es así de sencillo.

Yo llevo tiempo haciéndolo... Voy muy lento por falta de tiempo... Quizás debería ser más drástico y enterrar mis cámaras y quedarme solo con el móvil, pero no puedo. Con el tiempo seguro que superaré uno de los grandes problemas para mí, la ergonomía.

fotografía móvil ¿Es correcto?

No es cómodo a la hora de sujetarlo, no consigo una buena estabilidad y siempre temo que se me caiga. Además no puedo mirar a través de un visor para aislar la escena cuando lo necesito... Y lo veo excesivamente estrechos y ligeros. Sí ya sé que suena a manías del abuelo cebolleta...

La ergonomía en la fotografía

A lo largo del tiempo las cámaras fotográficas han cambiado mucho. Empezamos con cámaras enormes de madera y latón y hemos terminado con dispositivos electrónicos que tienen, entre otras muchas cosas, una cámara oscura en su interior.

La ergonomía es clave en el diseño. Todos estaremos de acuerdo en que las primeras cámaras no eran en absoluto ergonómicas... Aquellas grandes y pesadas cámaras siempre tenían que sujetarse con la ayuda de un trípode.

Un pequeño (mínimo) recorrido por la historia del diseño en la fotografía

Con el paso del tiempo se fueron haciendo más pequeñas y manejables para poder llevarlas a pulso. Kodak, en 1888, dio en el clavo con la Brownie... Ya en el siglo XX cambió todo con la presentación, en 1925, de la famosa Leica telemétrica que puso todo en su sitio y sigue siendo la base del diseño actual.

Hasta entonces dominaban las cámaras de fuelle con carretes de formato medio y Oscar Barnack fue el primero que pensó en una cámara que se podía sujetar con una sola mano sin miedo. Todo estaba bien diseñado y las únicas quejas que se oyeron, de los puristas, es que el negativo era muy pequeño... De aquel entonces viene el hoy famoso formato completo.

Rolleiflex F2 8 F Una de las cámaras más bonitas de Sputniktilt - Own work, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=26971987

En 1929 se presentó la Rolleiflex, la hermosa cámara binocular que no es precisamente ergonómica. Y en 1936 la Kine Exakta, la primera réflex de la historia... Todo se gestó en aquellos años.

Hasta 1959 no hubo ningún cambio en el diseño, cuando se presentó la Nikon F de la mano del diseñador Yusaku Kamekura. Un diseño espartano y perfecto que se mantuvo hasta la revolución de la Canon T90 en 1986, la primera cámara verdaderamente ergonómica con esa empuñadura gigante que se podía envolver con la mano derecha.

Lo que tenemos ahora viene de esos modelos. Hasta que aparecieron los primeros móviles y todo cambió. Parece la rueda de la fortuna, todo vuelve una y otra vez y se repiten los mismos errores.

La ergonomía de los teléfonos móviles

'Para gustos los colores', como dice el refranero. Mi cámara ideal, desde el punto de vista del diseño y la ergonomía, tiene que cumplir los siguientes puntos:

  • Tiene que pesar para evitar lo máximo posible la trepidación. Parece una contradicción, pero una máquina pesada se sujeta con más seguridad y permite bajar los tiempos de exposición. El peso ideal ronda entre los 600 g de la Sony A7 III y los 800 g de la Canon T90.
  • Pocos botones para las funciones básicas de exposición y estar bien situados y dimensionados. Un ejemplo perfecto puede ser de nuevo la T90 y la Nikon D850, por ejemplo. No veo útil tener que acudir siempre al menú para hacer cualquier cambio esencial, como la Compensación de exposición.
  • Desde el punto de vista de la ergonomía es fundamental que sea grande y se pueda sujetar con una sola mano sin miedo a perderla. Una buena empuñadura para sujetar con la derecha y una buena base para asegurarla con la izquierda permite trabajar sin descanso. Respecto a la empuñadura podemos olvidarnos si está tan bien dimensionada como una Leica M, cualquiera de ellas.
  • Un visor óptico o electrónico que sirva de tercer apoyo de la cámara para evitar la temida trepidación. Además es la mejor forma de aislarte y conseguir un buen encuadre.

Estos puntos son, desde luego, una opinión personal después de muchos años con la cámara al hombro. Y no son puntos inamovibles (me puedo adaptar sin sentirme ofendido) porque una de las cámaras que más he disfrutado es la Minox 35, que era una miniatura perfectamente diseñada.

Como veis no tienen nada que ver con un teléfono móvil, que es un dispositivo que hace muchas cosas, entre ellas fotografía. No tiene sentido exigir que se diseñe pensando en los disparos, sino que es un todo en uno. Y nadie se va a meter en los bolsillos algo que abulte mucho.

Tiene que ser alargado para tener una buena diagonal de pantalla para ver internet, películas o series en los viajes. Debe ser ligero porque lo vamos a llevar encima a todas horas; por el mismo motivo tiene que ser fino sin protuberancia alguna... Nada que ver con lo que se le puede exigir a una cámara.

Yo no estoy cómodo con el teléfono como una cámara. Sé perfectamente cómo cogerla y no me río, cómo hacen muchos, de cómo la sujetan los demás. Es difícil hacerlo bien.

Y conscientes de este problema (para algunos de nosotros) han sacado al mercado decenas de accesorios para convertir el cuerpo plano de un móvil en algo más parecido a una cámara.

Hace poco han presentado el Progrip de Shiftcam, por ejemplo. Que no es más que un accesorio con batería que permite dar a nuestro móvil el aspecto de una cámara, con su empuñadura, su gran batería para todo el día, y hasta la posibilidad de cambiar de objetivo...

Fotografía móvil Sujetando el móvil

Parece que es la solución ideal para los que tenemos alergia a estos dispositivos (se puede superar con un buen pinchazo). Pero si os soy sincero creo que no tiene sentido alguno perder la mayor virtud de los teléfonos, que es precisamente la discreción y facilidad de transporte.

Lo mejor de todo es no dejarse influir por nadie (a pesar de lo que vemos por las redes) y comprar la cámara que realmente necesitamos. ¿Al final que más da? Lo importante es encontrar un día para hacer fotos con lo que tengamos entre las manos. Y eso sí, conseguir la mejor fotografía posible, algo que solo depende de nosotros.

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