Durante nuestra carrera como fotógrafos, nuestro estilo se va construyendo a partir de patrones y enfoques. El encontrarlos nos ayuda a establecer una mejor relación con nuestras imágenes, nuestras necesidades en la toma y a saber qué es lo que guía nuestra mirada al descubrir el mundo a través de un objetivo. ¿Cómo podemos sacar provecho a estos patrones?
La firma invisible
Por un momento, exploremos otra sección del mundo de la imagen: el cine. Al ver películas, no solo podemos sacar conocimiento que nutre nuestro trabajo, sino que podemos encontrar elementos que nos llevan directamente a conocer un director. Pueden ser estructuras narrativas, como es el caso de Christopher Nolan; pueden ser elementos estéticos como las imágenes pictóricas de Zack Snyder; o pueden ser elementos sencillos como un plano supino subjetivo, como en el caso de Tarantino.
Sin duda alguna, estos patrones se repiten a través de la obra de cada director. Esto nos lleva al punto de poder entrar en un film sin saber nada de éste y, tras identificar elementos característicos, reconocer quién es el autor de la pieza.
En fotografía ocurre que estos mismos patrones han definido a quienes consideramos maestros de la fotografía. Los retratos estilizados nos guían hacia Richard Avedon y Annie Leibovitz; una producción cinematográfica nos lleva al trabajo de Gregory Crewdson.
Así mismo, en nuestro trabajo hay obsesiones fotográficas. Pueden ser conscientes o no. Pero son claves importantes que nos llevan a reconocer nuestra firma, nuestro estilo. Elementos que se repiten y que permiten al espectador establecer la autoría detrás de una secuencia de imágenes.
Está claro que estamos en constante evolución, pero, al analizar nuestro trabajo, también podemos encontrar que nos enfocamos en mejorar sobre estos patrones. Nuestras series fotográficas pueden cambiar de tema, pero nuestra composición se mantiene, el tratamiento de color va enfocado a un mismo camino, nuestro tratamiento de luz tiene esquemas que se repiten constantemente.
En ocasiones pasadas hemos hablado de visitar el pasado para conocer nuestra evolución. El ejercicio de analizar nuestros patrones fotográficos es un complemento a esa idea. No solo ver cómo evolucionamos, sino encontrar sobre qué eje estamos evolucionando.
Esto puede ser una clave más para encontrar nuestro camino fotográfico y establecer una firma de estilo.
¿Cual es vuestro patrón en la imagen?