En estos días se han fallado los premios de Absolut Porfolios, un concurso con Isabel Muñoz, Ricardo Cases y Pierre Gonnord como jurado para sus tres categorías. En esto de los concursos, cuando conozco a los ganadores, siempre acabo con la indignación corriendo por mis venas. ¡Ojo! me ocurre con competiciones donde no he participado, no vayais a pensar que lo digo porque no he ganado.
Estaba revisando ahora el fallo del jurado (por algo lo llaman fallo) y la indignación ha vuelto a apoderarse de mí. Hasta que, afortunadamente, he conseguido ver pedacitos de alma en el trabajo de Lluc Eduard Queralt Baiges, elegido por el francés Pierre Gonnord, en la categoría de mejor porfolio de fotografía de retrato.
La categoría retrato me produjo un rechazo nada más conocer las bases del concurso hace unos meses. Sí, es que no me atraen demasiado. No me atraen cuando se trata de posados sin sangre. Sin sangre porque algunos carecen de vida, no se vislumbra nada detrás de sus ojos. No hay complicidad con quien los mira. Y, aparte de todo esto, sobre todo, porque me aburren.
De ahí mi sorpresa al ver el trabajo "En tránsito" de Lluc Eduard Queralt Baiges. Había algo detrás de la mirada de sus protagonistas, pero también lo había delante, se sentía el pulso de un fotógrafo cuyo corazón late con un profundo amor hacia esta profesión, y es que diez años llevando a cabo este proyecto, es para tenérselo, y mucho.
Estos retratos son fruto de 10 años de vagabundear por el mundo, intentando captar la esencia humana en su naturaleza urbana. Imágenes que nos llevan a un pasado conceptual; jugando con el tiempo, desmarcando fechas y años. Las imágenes que muestro podían haberse disparado hace décadas.
"Captar la esencia humana en su naturaleza urbana". Sus retratados están atados a un medio más allá de un estudio con focos. Hay aire. Se respira aire. Pero es un aire que se va en un suspiro, porque estas imágenes oprimen, nos dejan sin aliento, son claustofóbicas porque nos dan de bruces con una realidad que no es la nuestra. No querríamos estar en la piel de quienes habitan estos rostros. No nos hacen soñar. No en el sentido de viaje a través de una postal, aunque cualquiera de nosotros mataría por haber captado tan sólo una mirada de todas las que Lluc nos propone.
Sobre el resto de porfolios, prefiero no comentar nada, cada uno que empatice con lo que más le atraiga. A mí me ha atraído el trabajo elegido por Pierre Gonnord y por ello he querido compartirlo. Al menos mi indignación habitual ha quedado anestesiada por unas imágenes que me han hecho escribir estos párrafos, para mí eso ya es mucho, acostumbrada a un mundo en que ya pocas cosas nos sorprenden.
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