Habitualmente cuando un fotógrafo da un presupuesto el cliente trata de regatear dando motivos peregrinos como "eso mi cuñao me lo hace con el iPhone" o "Eso es muy caro, dámelas sin retocar". Analicemos que cosas hay que tener en cuenta y qué cosas no a la hora de dar un presupuesto.
"El fotógrafo es un lobo para el fotógrafo" me dijo un día un conocido profesional de la fotografía. Desde principiantes que tiran los precios y rompen el mercado, hasta profesionales sin escrúpulos que venden humo para conseguir un proyecto.
Anuncios como este abundan en España. Gente que después de comprarse una cámara y hacer unas cuantas fotos bonitas deciden entrar en el mercado profesional para ganarse un sobresueldo. El perfil de estos "emprendedores" es el de una persona con otra profesión y que puede permitirse tirar los precios, no suelen estar dados de alta como autónomos ni declaran lo que ganan y no ha gastado mucho dinero en su equipo.
Seguramente a estas alturas del artículo ya hay gente que quiere decir cosas como "cada uno cobra lo que quiere", "no es necesario un equipo de seis mil euros para hacer fotos" o, quizá mi favorita, "hay que dar oportunidades a la gente que empieza", vayamos por partes.
¿Qué es un fotógrafo profesional?
A menudo esta pregunta sobrevuela las conversaciones y la respuesta no es fácil. Hay quien dice que es quien vive en exclusiva de ese trabajo, otros dicen que es el que, aunque tenga otro trabajo, declara sus ingresos, alguno incluso argumenta que el profesional es el que da un buen servicio a un buen precio independientemente de sus asustos con hacienda.
Hace años Miguel Ángel Ordoñez entrevistó a tres fotógrafos para intentar llegar a un acuerdo sobre este tema. La conclusión es que si bien no se puede dar una respuesta "única, clara y concisa" esta se acerca a un compendio de las tres anteriores, pero para ello habría que tener en cuenta varios factores.
¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de cobrar?
Cuando queremos reformar el baño de casa nadie parece extrañarse cuando alguien les cobra. Puede parecer caro o barato, pero se entiende que hay que pagar por el servicio. Pero en la profesión de fotógrafo: que te hagan unas fotos debería ser gratis, total es apretar un botón...
Si queremos ser profesionales o si no queremos romper el mercado de esta profesión, tengamos en cuenta cinco aspectos a la hora de "ceder" ante alguien y hacerles fotos por su cara bonita.
Educación. Si dices que eres fotógrafo profesional y no has gastado tiempo y/o dinero en formarte creo que no eres un fotógrafo profesional. La formación es cara; las clases particulares, los cursos específicos, los semirarios, clases magistrales, seminarios, maestrías o doctorados tienen que amortizarse. Hay profesionales que no han ido a clase pero que han invertido tiempo y esfuerzo en trabajar como ayudante de un fotógrafo profesional, habitualmente sin cobrar o cobrando muy poco durante años, ese tiempo no se puede recuperar, hay que amortizarlo con dinero.
Equipo. La herramienta que os presentábamos antes es muy útil, pero al usarla tenemos que tener en cuenta que nuestro equipo es caro y que tenemos que amortizarlo. Óscar Condés escribió este interesante y muy esclarecedor artículo con la tendencia de precios en los equipos fotográficos. Muchas veces vamos comprando equipo y, con los años no sabemos ni lo que nos costó. Es aconsejable apuntar en una hoja de cálculo el equipo que tenemos, cuanto nos costó, en qué fecha lo adquirimos, si tenemos el equipo asegurado deberíamos reflejarlo aquí.
Gastos fijos. Luz, agua, alquiler estudio o pago de la letra, vivienda, etcétera, son algunos de los gastos a los que se enfrenta el fotógrafo profesional. Laura López es una diseñadora y consultora de negocio que tiene un blog en el que ha creado esta Calculadora Freelance. Con ella los profesionales podemos calcular a cuanto tenemos que cobrar nuestra hora de trabajo de manera aproximada.
Otros gastos. El pago de una persona que se encargue del maquillaje, de la peluquería o de aconsejar en el vestuario, la contratación de alguien que se encargue del retoque posterior, la creación o mantenimiento de la web, el márketing y otros gastos generados por la realización de un determinado proyecto suman a la hora de hacer un presupuesto.
Los meses al sol. A la hora de diseñar tu presupuesto tienes que tener en cuenta que no todos los meses se cobra lo mismo y que habrá meses en que los gastos fijos superen (con creces) los ingresos. En España el pago de la cuota de autónomos es fija y no varía el mes que no se cobra o se cobra poco.
Quizá ahora se entiende más que no se vea muy profesional a quien cobra por un trabajo entero lo que otros, tras el pago de impuestos y gastos fijos cobra por una hora si quiere tener beneficios y poder vivir de su profesión.
Los amantes de la fotografía, los amateurs, los profesionales y los que odian la fotografía
Los amantes de la fotografía son aquellos que disfrutan de la fotografía, que van a las exposiciones, que invierten en libros, que aprenden y con su ejemplo nos enseñan.
Los amateurs son aquellos amantes de la fotografía que dan un paso más allá y que quieren expresarse, como los primeros, invierten en fotografía y la apoyan, la fomentan y ven diversión y ocio en el aprendizaje.
Tenemos muy claro quienes son los profesionales aunque no sepamos definirlo concretamente. Son amantes y fueron amateurs, son los que aprendieron y demostraron tener ojo, de ellos aprendemos y, a menudo, nos copiamos e inspiramos. Seguramente su vida estaría incompleta sin la fotografía.
Los que odian la fotografía la ven tan solo como un negocio, donde los amateurs ven diversión y ocio estos ven sacrificio y pérdida de tiempo. Son los que ni se preocupan en pensar que su trabajo gratis o mal pagado está condenando una profesión. Los que odian se dan por pagados si ven su nombre en un periódico, son los que hacen que ya nadie pague lo que vale un trabajo fotográfico.
Foto de portada Alexander Dummer, compartida bajo licencia Creative Commons en Pexels
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