En el rincón de la derecha, desde Sevilla, con calzoncillo rojo y muchos quilos de puro conocimiento sobre fotografía, el señor Javier Prieto. En el otro lado, procedente de Compostela, con calzoncillo azul, el aspirante Santiago Díaz (servidor). Sí señores, hoy os traemos un nuevo enfrentamiento “crítico”, retomando una sección que teníamos un poco olvidada, y para ello someteremos a nuestro ojo fotográfico una imagen de Mauricio Zarricueta, quien muy amablemente se ha ofrecido voluntario para sufrir nuestras opiniones más afiladas.
He de decir antes de comenzar que ésta es la primera vez que hago un duelo de críticas, así que antes de nada, me gustaría dejar claro que todo lo que aquí se vierta es ante todo una opinión (y como los culos, todo el mundo tiene la suya), y ya sabemos lo que esto supone, así que os pido comprensión y que os lo toméis como lo que es, especialmente el autor de la imagen. Además, en este caso no he leído la crítica de mi compañero Javier, así que puede que nos repitamos en cosas, aunque yo creo que puede ser más interesante, ya que así no nos influimos.
Así que ya sin más dilación, ¡que comience el duelo!
<h3>Crítica de <strong>Santiago Díaz</strong></h3>
Empezaré por comentar la fotografía en sí, a nivel general, y luego intentaré ir destacando los pequeños detalles y los aspectos formales que me parezca oportuno:
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A nivel general la foto me gusta mucho y me llama la atención poderosamente, debido principalmente a dos cosas: por un lado un elemento visual que no es otro que el fantástico bokéh que permite hacer el objetivo empleado (un 50mm a F/1.8), y por otro lado el momento (decisivo) y expresión del protagonista captados en ese instante. Quiero hacer especial incapié en esto último, porque creo que el gesto de ese hombre es lo que le da más fuerza a la foto. Como dice siempre el ilustre Eduardo Momeñe, en esto de la fotografía se trata de hacer buenas imágenes, y esta foto sin ninguna duda lo es. A mí desde luego no me importaría tenerla colgada en mi pared, ¿y a vosotros?
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Debido al encuadre que el fotógrafo ha escogido, que deja al protagonista en primer plano y colocado en el extremo derecho, no sabemos qué ocurre con sus manos, lo cual nos deja libertad imaginativa (yo creo que tiene las manos en los bolsillos por su gesto de cara, pero tú puedes pensar otra cosa diferente), y nos hacemos ese tipo de preguntas como quién es esa persona o qué está haciendo ahí de noche, por qué tiene ese gesto en su rostro y qué está pensando o incluso viendo, qué hora será, qué está ocurriendo al fondo en esa calle (debido a la poca profundidad de campo),... por todo esto me parece una imagen muy ambiental y subjetiva, que connota pero no denota, sugiere pero no explica, lo que a nivel narrativo la hace muy atractiva e interesante.
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El uso del blanco y negro creo que, siempre que se haga bien, aporta un punto poético extra a las imágenes y en este caso me parece acertado, y tampoco me importaría ver qué tal funcionaría en color aunque creo que ya se trataría de otra imagen diferente.
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Entrando ya en los aspectos más técnicos, creo que la iluminación está fantásticamente controlada o encontrada y el foco en su sitio (quizá afinando mucho se podría distinguir que se viene un pelín al cuello de la chaqueta, pero no tanto como para que nos demos cuenta sin un análisis exhaustivo). El rostro del protagonista tiene una única fuente principal de luz, prácticamente Rembrandt, que realza a la perfección sus rasgos y su expresión facial. Las texturas de la ropa o de la parez tienen un buen contraste y se mantienen razonablemente dentro del foco, separándose a la perfección del escenario de fondo. Además, los niveles de negros y blancos están muy cuidados y eso me parece muy importante en una imagen como esta, aunque para mi gusto personal hubiese metido todavía un pelín más los negros, pero ya digo que están muy bien y quizá así incluso le de un toque más de estética de fotograma de película.
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Pensando en cómo podríamos mejorar esta foto, se me ocurre muy poco que decir. Si quisiéramos ser más académicos aún, quizá el fotógrafo se podría mover un pasito muy pequeño a la derecha y hacia el personaje principal (en diagonal) para tomar un plano un pelín más cercano y colocarle un poco más en el tercio de la foto, evitando este encuadre un poco más arriesgado, aunque tengo que decir que a mí me gusta más así precisamente por lo que comentaba que parece casi un fotograma de cine. En cuanto a iluminación, y siempre suponiendo que la foto fuese preparada y no fortuita o encontrada, quizá se le podía haber metido un poquito de relleno en los ojos con un pequeño reflector dirigido, un pequeño toque nada más, ya que esa sombra de la luz que viene bastante picada nos impide un poco verle la mirada cuando nos vamos a fijar.
En conclusión, lo dicho, me parece una gran fotografía de escena callejera nocturna que creo que nos puede servir de ejemplo a los muchos que estamos todavía aprendiendo (¿acaso alguna vez dejamos de hacerlo?).
<h3>Crítica de <strong>Javier Prieto</strong></h3>
Como aclaración, escribo esta crítica sin haber leído la de Santi, así que pido disculpas por todas las duplicidades que seguro encontraréis.
Lo que más me gusta
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La información al primer vistazo es perfecta: una mente pensativa, parada y con la mirada perdida, mientras la ciudad se mueve al fondo: estático frente al movimiento, oscuro frente a la luz y quizá edad avanzada frente a juventud. La fotografía es evocadora y tiene intensidad, y (exceptuando detalles que veremos más adelante) es un buen ejemplo de fotografía callejera.
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El formato panorámico creo que es un acierto en este caso. No necesitamos más información arriba o abajo, y así además tiene un aire cinemátográfico muy adecuado.
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Si se trata de un robado y no un posado (suponemos que sí, mientras no se haya indicado lo contrario), un 50mm en formato APS-C requiere una distancia bastante corta con el sujeto, así que reseñable la capacidad del fotógrafo para captar esta expresión.
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La foto en general es suficientemente limpia como para que nada estorbe a esta primera impresión: No hay más elementos de los necesarios, gracias especialmente a la escasa profundidad de campo, que ayuda a balancear una iluminación complicada.
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Técnicamente, fue acertado usar un ISO alto y una apertura grande. El primero ayuda a evitar la trepidación, y pese a que puede aumentar el ruido, no es algo especialmente problemático en este tipo de fotografía (especialmente en blanco y negro). El segundo, como indicaba arriba, define la profundidad de campo.
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La iluminación por lo general es bastante buena, y las distintas franjas verticales a la derecha (blanco brillante primero, y después varios niveles de gris) ayudan mucho a separar los distintos planos.
Lo que me cuesta valorar
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El blanco y negro es adecuado para este tipo de fotografías, y ayuda a enfatizar la sensación de melancolía. Aun así, este tipo de fotografías funcionan bien en color si las luces son las adecuadas (especialmente si tuviésemos colores fuertes a la izquierda y apagados a la derecha), pero sin ver el original es difícil decidirse. Puede que en este caso el color nos llegara a sorprender.
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En cuanto al revelado, quizá (igualmente, no tengo datos suficientes para saberlo) los tonos de gris del protagonista se podría haber diferenciado más del fondo usando filtros o un revelado en postproceso distinto. Aún así, el resultado está bastante bien y es muy posible que sea complicado mejorarlo sin ajustes locales finos, que no siempre son adecuados o deseables para muchos fotógrafos.
Lo que menos me gusta
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Para mí, el principal problema es el punto de enfoque, que se sitúa en la chaqueta y no en la cara. Seguramente se utilizó enfoque automático, y la cámara fijó la parte más cercana de la fotografía. Para este tipo de imágenes, en que el momento es fugaz y hay que captarlo al instante, suele ser complicado ajustar el foco, pero hay técnicas que pueden ser de ayuda (preenfoque a una distancia adecuada, enfoque puntual y reencuadre, etc.). En el tamaño máximo de Flickr ya se nota bastante la suavidad de enfoque en la cara, y me temo la foto no resistiría bien una ampliación.
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Ya sabemos que en un retrato, el enfoque de los ojos es vital, y es una lástima no tenerlo en este caso, pero además les falta iluminación. En este caso, sin haber usado un flash de relleno o equipo de estudio (perfectamente lógico, en la fotografía callejera), la única solución es un ajuste local en el postproceso, que en este caso creo que habría sido bastante favorecedor para la imagen.
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Por último, y esto es una apreciación personal, no me acaban de gustar las bandas negras encima y debajo de la foto, al igual que me pasa con los marcos en las galerías online. En este caso, puede que refuerce el toque cinematográfico, pero aún así, preferiría haber visto la foto tal cual.
¿Queréis participar sometiendo una de vuestras fotos a nuestras críticas? Deja tu foto en este hilo de nuestro grupo en Flickr.
Fotografía criticada | Mauricio Zarricueta
Fotografía de cabecera | Fabio Venni
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