Tras los dos primeros enfrentamientos en base a fotografías de Mauricio Zarricueta y de Fábio Costa, volvemos a la carga con un nuevo duelo de críticas entre mi compañero Javier y yo.
Y lo haremos concentrando toda nuestra crueldad fotográfica en una imagen de Manuel Sagredo, titulada “Niña con globo azul”, que hemos sacado de vuestros aportes como lectores a través de nuestro grupo en Flickr y que os dejo a continuación.
Como siempre, recalcar que todo lo que comentemos es siempre una opinión, muy discutible como todas, y que aunque esta vez trataremos de ser más despiadados, intentaremos hacerlo siempre con respeto por la obra y su autor. Hacer una crítica siempre es difícil, en cualquier ámbito, pero más aún hoy en día con el buen nivel que están alcanzando los trabajos que compartís con nosotros.
¡Vamos allá con el duelo!
Crítica de Santiago Díaz
Quiero empezar por la composición y el color, que me parecen los grandes puntos fuertes de esta fotografía de Manuel Sagredo. El ojo entrenado del autor ha reservado dos tercios para el suelo, donde transcurre la acción, y el tercio restante para el fondo, los muros que nos dejan identificar los callejones, el escenario que sitúa al espectador en el lugar en el que se encuentra la escena protagonista. La combinación de colores es realmente potente, pues ha sabido combinar (o reconocer) ese tono amarillo anaranjado predominante con el magistral detalle del globo azul, que como sabéis son colores complementarios. Es más, yo diría que estos dos elementos no sólo son el punto fuerte sino que me atrevería a decir que precisamente de eso va esta foto, de ese momento en el que las condiciones de la escena que aparece ante su cámara se han “alineado” y le han regalado esta gran combinación visual. Hasta podríamos llegar a pensar que no es fortuito en absoluto y que es preparado pero si así fuese, a mí personalmente no me importaría lo más mínimo, porque no lo noto y eso es lo que me gusta.
Matizando un poco en la composición, me gustaría hablar un poco de la relación del sujeto principal respecto al entorno, la mancha de la foto vaya. Creo que se podría haber mejorado un poco en ese sentido. Si vemos la foto en pequeño – de lejos – o le damos la vuelta y miramos únicamente la mancha o forma que produce, ¿nos atrae mucho? Yo quizá me habría intentado tirar rápidamente hacia el suelo y más adelante para, por un lado estar más cerca de la niña, dándole mayor tamaño y por tanto protagonismo en el centro de la imagen, y por otro para bajar el punto de vista y evitar el picado. Claro que entonces no sería la misma imagen, sería otra, la que yo haría y no la que hace Manuel.
Y digo esto último de evitar el picado porque no sé si me convence, debido principalmente a que las líneas verticales distorsionadas por la perspectiva me desconcentran, pues forman un ángulo intermedio en el que ni están rectas ni están en diagonal marcada (más arriesgado pero que podría funcionar para dar fuerza a la imagen). Probablemente el picado en sí me funciona, pues muestra todo ese suelo o pasillo que nos lleva hasta la protagonista, y me encantaría si se hubiesen corregido las verticales. Llamadme quejica, pero hoy en día no hace falta tener una cámara de placas ni una lente descentrable, ya que tenemos herramientas software más que suficientes para hacer las mismas correcciones de perspectiva que se hacían antiguamente en la ampliadora, así que no hay excusa para no hacerlo si pensamos que puede mejorar nuestra fotografía.
Como ya os habíamos dicho que esta vez intentaríamos ser más cañeros, voy a seguir con el color. Como ya he dicho es una combinación profundamente potente al utilizar el azul y su complementario, sin ningún otro elemento coloreado que despiste. Sin embargo, cuando contemplo la fotografía, lo veo todo excesivamente saturado, lo cual me produce una sensación de irrealidad demasiado exagerada para mi gusto. Puede parecer un tópico decir esto pero creo que en ese sentido tiene “demasiado photoshop” y acabo de explicar a qué me refiero concretamente, no por el uso en sí del software de retoque que me parece estupendo y de hecho soy un estusiasta, sino por la sensación. Además, por fastidiar más aún, creo que está un poco demasiado cálida, aunque esa sensación sí que me gusta, especialmente si os fijáis en el detalle de la pierna de la niña que prácticamente se trans-ilumina en rojo con el sol. Habría que ver qué tal funciona más fría. Si los ajustes locales de contraste (curvas, niveles, los que sea), en caso de que los tenga, se hubiesen hecho con capas de ajuste en modo “luminosidad” probablemente no se habría acusado tanto este problema (que no tiene por qué ser un problema, sino como digo es un tema de gustos y percepciones). El tema del color es delicado y muchas veces podemos tener problemas de saturación o temperatura – por defecto o por exceso – o de dominantes si no tenemos nuestro monitor bien calibrado recientemente con un colorímetro.
Otra cosa que se me ocurre que podría mejorarse es la parte del suelo, pues está quemado en su mayor parte y se pierde su textura. Esto me despista mucho como espectador, y debemos tener en cuenta que ocupa casi dos tercios de la imagen. En este sentido creo que una fotografía como la de Manuel pide contraste, sí, le da fuerza y realza la silueta en contraluz pero ojo con estas cosas porque podemos pasarnos. El usar las luces fuertes y dejar quemadas las partes que así lo piden, me parece un acierto, pero no cuando suponen la mayor superficie de la fotografía.
Y para terminar, comentar un recurso que utilizamos mucho últimamente y que es el viñeteo, quizá demasiado fuerte o pronunciado. Si bien me parece que ayuda a crear el ambiente de la fotografía por la parte inferior, sí que lo veo excesivo especialmente en la parte superior y creo que ahí no responde a una función de ambientación, sino más bien a un intento de centrar la atención en la figura de la niña, que – como decía antes – quizá se quedó demasiado pequeña (demasiado alejada en el encuadre) y por eso necesita de alguna ayuda extra para reclamar protagonismo, mediante ese juego con las luces y las sombras.
Esto es todo por mi parte. De todos modos quiero destacar también que, aunque yo la he criticado duramente en lo que me ha parecido que aún se podría mejorar, considero que a pesar de todo lo que le podamos sacar es una gran fotografía y que sí tiene lo que una buena imagen debe tener: momento decisivo (el paso de la niña), una silueta tremendamente atractiva y visualmente potente, una combinación de los colores perfectamente elegida y, lo más importante, es una fotografía que “a mí me hubiera gustado hacer” y que no me importaría nada tener en mi galería.
Crítica de Javier Prieto
¡Vale! ¡Me rindo! ¡K.O. técnico! Es difícil aportar algo a una crítica tan completa, y es que Santiago ha repasado pormenorizadamente todos los puntos que me gustaría tratar sobre una foto así. Me temo que me va a tocar hacer de “poli bueno“ esta vez.
Repasando otros aspectos técnicos de la imagen, veo que fue tomada con una Sony A100, a ISO 100, con una focal de 18mm (seguramente, con el objetivo de kit), un tiempo de 1/250”, y f/10. Tener un tiempo tan bajo a una apertura relativamente tan alta, y al mínimo ISO nos confirma lo que ya nos decían las sombras, y es que hacía un Sol de justicia.
La A100 fue un modelo de transición para Sony, que no destacó especialmente en calidad de imagen, y tampoco en rango dinámico. Así, viendo que el grano en las zonas de sombra es apreciable incluso en tamaño web, y que las zonas claras están quemadas, creo que la falta de texturas en el suelo, por ejemplo, no es sólo achacable al postproceso, sino quizá a limitaciones del sensor para un momento del día especialmente complicado (las cuatro de la tarde, para más señas).
Aún así, estoy con Santi en que un procesado distinto habría recuperado detalles en luces y sombras, pero es posible que el material de partida no fuera suficientemente bueno como para que saliera más rentable “ocultar” los fallos en el revelado digital. Todo esto siempre es suponiendo que se utilizara RAW, ya que si el origen fue un JPG, podríamos darle un pequeño tirón de orejas al fotógrafo. En iluminaciones difíciles es casi una obligación usar este modo.
Alejándonos de tecnicismos, y volviendo a la composición, a mí no me desagradan las líneas verticales, ya que sumando todo el conjunto de líneas , la niña queda perfectamente encajonada en el centro, como podemos ver en el pequeño análisis que he montado justo encima. Los tercios, los puntos de fuga, los colores: todo dirige la mirada a la figura.
Cierto es que con los niños siempre se recomienda un punto de vista bajo, pero en este caso las líneas inclinadas en vertical apuntan directamente al observador, dándonos una sensación muy potente de que estamos allí viviendo la situación. El hecho de haber usado un angular potencia este efecto, y cualquier otra aproximación (como la que sugiere mi compañero) quizá haría más convencional la toma.
Un punto en contra en el que coincidimos al 100% es el viñeteo: muy forzado y exagerado. No voy a negar que en la fotografía callejera es muy común, y que en imágenes como ésta puede ayudar a dirigir la mirada hacia el sujeto, pero en este caso la imagen no lo necesita, y el resultado es tremendamente antinatural: La imagen es muy buena sin necesidad de subterfugios.
Sobre los colores, a mí no me desagradan, ya que acentúan la sensación de estar en un día caluroso y soleado. Buscando pequeños detalles sí que me gustaría destacar un ligero sobreenfoque, positivo para las texturas de las paredes, pero que por ejemplo genera un cierto efecto Moiré en el jersey de la niña.
Mi resumen y cierre, una vez más, con lo expuesto por Santiago: es una gran foto, de las que merecen la pena guardar y enseñar, aunque otros tratamientos o procesados menos drásticos quizá habrían dejado apreciar mejor sus puntos positivos.
Fotografía | Manuel Sagredo
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