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De la escasa innovación de algunas firmas al tremendo ritmo de renovación de otras

De la escasa innovación de algunas firmas al tremendo ritmo de renovación de otras

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De la escasa innovación de algunas firmas al tremendo ritmo de renovación de otras

La mayor parte de los usuarios llevamos muchos meses criticando esa cierta inmovilidad de las dos grandes compañías del mercado fotográfico. Y, en mi opinión, existen razones fundadas para defender esta crítica. Por un lado hasta ahora ni Canon ni Nikon han prestado a las cámaras sin espejo la atención que muchos creemos que merecen. Y, por otra parte, también echamos de menos una mayor capacidad de innovación en estas dos compañías, algo que, sin embargo, sí es tangible en las últimas cámaras de marcas como Sony o Fujifilm.

Ayer mismo publicamos un post con nuestra primera toma de contacto con la nueva A7 II de Sony, y, como concluí en ese artículo, las mejoras introducidas en esta cámara justifican su elección en detrimento de la A7 original a pesar de la diferencia de precio (si no habéis leído nuestra toma de contacto con esta espectacular cámara no os la perdáis). Esto me lleva a pensar en lo paradójico que es que Sony introduzca tantas innovaciones en versiones consecutivas de sus productos, mientras que dos marcas con tanta veteranía en este mercado como Canon y Nikon parecen estar mostrando síntomas de agotamiento.

De la innovación a la devaluación

La inminente llegada a las tiendas de la A7 II de Sony me viene de perlas para ilustrar lo que pretendo exponer en este post. Los consumidores de tecnología somos plenamente conscientes de que cuando compramos un nuevo dispositivo (no tiene necesariamente que ser una cámara de fotos) tenemos que aceptar que en relativamente poco tiempo será superado, y, por tanto, su valor económico se reducirá drásticamente. Afortunadamente, que lleguen al mercado soluciones más potentes o avanzadas no significa que nuestro dispositivo deba quedar en desuso. En la medida en que siga satisfaciendo nuestras necesidades, es perfectamente lógico seguirlo utilizando sin prestar atención a otras opciones más modernas.

Es probable que a los usuarios que se han comprado una A7 de Sony durante los últimos meses les moleste algo la llegada tan pronto de la A7 II. Debemos tener en cuenta que el modelo original lleva poco más de un año en el mercado, y en este tiempo ya está a punto una sucesora con características realmente interesantes que justifican la compra de esta cámara y no del modelo anterior, a pesar de que la nueva será más cara. En mi opinión, y después de haber podido utilizar la A7 II durante un par de horas con cierta intensidad para preparar la toma de contacto con esta cámara que os ofrecimos ayer, la estabilización en cinco ejes del sensor, las importantes mejoras en la ergonomía y el incremento de la velocidad de enfoque son mejoras con suficiente entidad como para apostar por esta cámara.

Canon 7d Markii Hands

Llegados a este punto podemos contemplar dos escenarios diferentes. El primero es el que parece describir la estrategia de Canon y Nikon, proclives a dilatar durante varios años la vigencia de sus cámaras más avanzadas (ahí tenemos el ejemplo de la EOS 7D de Canon), y a introducir mejoras que no siempre satisfacen las expectativas de los usuarios. Y, por otro lado, tenemos la filosofía que tan bien parece encarnar Sony, una compañía capaz de colocar en el mercado nuevos modelos con una frecuencia mayor que sus dos competidoras, lo que provoca automáticamente que sus anteriores cámaras se devalúen desde un punto de vista estrictamente económico.

A algunos usuarios que aparezca una sucesora de su cámara con nuevas capacidades no les afecta lo más mínimo, al menos siempre y cuando la suya funcione correctamente. Me parece una forma de verlo muy saludable y absolutamente respetable. A otros, en cambio, ser conscientes de que en poco tiempo su cámara ha sido superada en cierto modo les incomoda, una postura que me parece perfectamente entendible.

En mi opinión, la clave de todo esto reside en la capacidad de innovación de una empresa. Colocar un nuevo modelo en el mercado que prácticamente no aporta nada al anterior solo por el hecho de reactivar las ventas, me parece una estrategia muy criticable. Lo haga quien lo haga. Sin embargo, si una empresa es capaz de defender un ritmo de innovación constante y puede permitirse lanzar un nuevo modelo cada año que mejora claramente las prestaciones del anterior, olé. Si he de elegir una opción, me quedo sin ninguna duda con esta última.

En Xataka Foto | Sony A7 II, toma de contacto

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