Han cambiado mucho las cosas en el mundo de la fotografía. Lo mejor de todo es que todos hacemos fotos, sobre todo gracias a las prestaciones del móvil y al abaratamiento del disparo. Y algunos han pensado que esto es un motivo perfecto para alterar las normas y perjudicar a todos los fotógrafos. Porque si te presentas a algunos concursos de fotografía pierdes tus derechos sobre las imágenes que envías. Y esto no debería ser así.
Ganar un concurso de fotografía es una de las mejores cosas que nos pueden pasar a los fotógrafos, profesionales o aficionados. No significa nada, pero te llena de orgullo y satisfacción el reconocimiento. Hacer una foto es divertido, es relajante, pero no deja de ser un trabajo para muchos y una fuerte inversión para todos los que llevamos una cámara colgada al hombro.
Para mucha gente es una afición. Y otros intentamos tener la suerte de convertir la afición en un trabajo. Son decisiones de cada uno. Hace años que no me presento a un concurso. Y sinceramente va siendo hora. La competición es sana, te obliga a superarte día tras día y el reconocimiento viene muy bien. Y no se puede negar que algún premio en metálico es poco menos que una bendición en los tiempos que corren.
Han cambiado muchas cosas. Para bien y para mal. Desgraciadamente llaman más la atención los cambios negativos. Y no sabemos cómo ha podido ocurrir. O mejor dicho, cómo lo hemos podido permitir. Con leer las bases nos evitaríamos muchos problemas. Pero seguimos confiando en la bondad de los desconocidos. Y en algunos casos no es así.
La necesaria existencia de 'Stop clausulas abusivas a los fotógrafos'
Este es un grupo que creó el fotógrafo Tino Soriano en Facebook. Existe desde 2011 y como podemos leer en los comentarios de este artículo:
el origen de la iniciativa partió de Tino Soriano a raíz de una serie de desagradables experiencias a la hora de pedir permiso para fotografiar monumentos históricos de nuestro país. A partir de ahí todo fue rodando y antes de actuar sobre la convocatoria de El Viajero, suplemento del diario El País que mencionas se actuó sobre las base del concurso convocado por el Ayuntamiento de Teresa (Castellón) y el concurso Fototraballo convocado por la Fundación Nortempo.
Tino Soriano ha conseguido reunir casi 15.000 fotógrafos, profesionales y aficionados, que no quieren ver cómo se limita su entrada a determinados lugares turísticos con una cámara y ver cómo pueden perder los derechos de sus fotografías por el mero hecho de presentarse a un concurso.
El origen de todo, como siempre pasa, es económico. Tener un buen archivo fotográfico cuesta dinero. Pero tener una buena imagen es fundamental para los tiempos que corren. Si apareces en las redes con una buena imagen, consigues más seguidores. Y encima más visitantes. luego más dinero. El problema es que algunos nos dicen que no hay. Y mucho menos para pagar por un simple disparo que no cuesta nada hacer (nótese la ironía).
La realidad de algunos concursos
La idea de muchas asociaciones, fundaciones, ministerios y televisiones públicas es organizar concursos para conseguir tantas fotografías como sea posible. ¿Cómo? Se organiza un concurso abierto para todo el mundo con unos premios mínimos: 300€ por el primer premio, salir en el programa del tiempo de una cadena pública, estancias o comidas en el entorno de la asociación...
Hasta aquí todo lógico, pensaréis; normal que se queden con las fotografías que han premiado, siempre ha sido así. Si han ganado y encima reciben una retribución, es lógico que las guarden ellos y las puedan utilizar para promocionar futuras convocatorias o montar exposiciones con ellas...
Pero no es así. Por el mero hecho de participar y enviar una fotografía, el autor cede todos los derechos de su imagen aunque no haya ganado premio alguno o mención. Solo por enviarla te quedas sin ella... Total, es solo un disparo. Y además, en algunos casos, ponen hasta tu nombre. ¿Os suena lo de hazme esto gratis que con mi cantidad de seguidores te hago publicidad?
Se pueden encontrar cantidad de ejemplos. Sin mucho esfuerzo puedes encontrar esta clausula en distintas bases de concursos. Parece que están hechas con el clásico corta y pega. Siempre se dice que cada uno es libre de hacer lo que quiera, pero si los fotógrafos no participáramos en estos concursos seguro que revisarían las bases para años venideros.
No hay derecho que quieran conseguir fotografías gratis para ilustrar sus folletos y sus páginas sin pagar. Los fotógrafos merecemos un poco más de respeto por nuestro trabajo. Da igual que seamos aficionados o profesionales. Todos nosotros tenemos la obligación de valorar nuestros disparos. Solo nosotros sabemos lo que nos ha costado.
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