Ejemplo visual: tengo disquetes con algunas fotografías retocadas años antes del cambio de siglo, las cuales tengo en mi memoria pero que actualmente no podría recuperar a no ser que me agenciase con una disquetera o fuera a una casa especializada. Por otro lado, doy unos pasos y en mi salón tengo una estantería llena de álbumes con fotografías de mi familia. Y doy un paso más y tengo una caja con fotografías de mis antepasados cuyo envejecimiento parece haberse detenido en el tiempo.
Pero todos esos recuerdos los tengo ahí almacenados y no me cuesta ni medio minuto acceder a ellos. Vinton Cerf, vicepresidente de Google y uno de los padres de Internet, hablaba hace unas semanas de que ciertos archivos serán ilegibles en el futuro. Obviamente como consumidores no sabemos los años que pasarán hasta que ésto ocurra, pero teniendo en cuenta el ejemplo que os ponía del disquete, vemos que la innovación constante de hardware y software nos puede dejar sin nuestros teras y teras de información dentro de un siglo.
Quizá a nosotros no nos importe esa pérdida de información porque no estaremos aquí para contarlo, pero sería muy triste que nuestros nietos pudiesen disfrutar de las fotografías de nuestros antepasados y no pudieran hacerlo con las nuestras. Toda esta cantidad ingente de documentos e información que producimos a diario, como dice Vinton Cerf, podría ser irrecuperable en un futuro:
En el siglo XXII y en los siguientes, tendrán grandes dificultades para saber mucho de nosotros, porque gran parte de lo que dejemos serán bits imposibles de interpretar para ellos.
Desde que Internet y la digitalización de todo lo que producimos se hizo constante en nuestras vidas, el papel ha ido perdiendo protagonismo paulatinamente. No sólo a nivel de casas de fotografía, las cuales ahora principalmente entregan trabajos en formato digital sino también a nivel de la prensa escrita, sin ir más lejos todos vosotros ahora me estáis leyendo a través de un blog alojado en un servidor intangible.
El revival que os comentaba en la entrevista a Señor Archer, es cierto que es algo que nos está permitiendo valorar de nuevo los formatos físicos, aunque de momento esté más ligado a un romanticismo que a la concienciación que nos quiere hacer ver Vinton Cerf. Porque su propuesta es que imprimamos nuestros archivos en papel (reflexiono: u otro material que no afecte a nuestro ecosistema) como una de las medidas a tomar para evitar la pérdida futura, pero también añade la fundación de museos que nos permitan depositar cada pieza de software y hardware que la humanidad vaya creando.
Edad oscura digital
Quizá también el fotolibro sea parte de esa ayuda a proteger nuestra memoria. Tal vez sea hora de darle prioridad de nuevo a los trabajos impresos. Todo ésto puede sonar apocalíptico, pero esa "edad oscura digital" de la que Cerf nos habla, puede dejar a las nuevas generaciones sin historia del siglo XXI.
O puede que se esté trabajando sobre ello y que este padre de Internet sólo haya querido hacer saltar las alarmas haciendo una llamada de atención a la reflexión. Desde mi humilde opinión, ojalá que nada de lo que vaticina ocurra, pero si me permitís un consejo, no dejéis de imprimir vuestras fotografías, aunque sea utilizadlas para exponerlas, yo ya lo estoy haciendo.
Más información 20 minutos Fotografía Manuel Ceballos de nuestro grupo de Flickr
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