Partiendo de la base que cada persona es un mundo, también podríamos decir que cada fotógrafo lo es también. No todos vivimos o vivimos de la fotografía de la misma manera. No todos hacemos un mismo tipo de fotografía. Tampoco nos expresamos de igual manera con ella. Por ello me ha parecido interesante este documental a modo de entrevistas a fotógrafos que nos hablan de cómo esta disciplina está presente en sus vidas, reflexionando en ocasiones sobre la masificación en esta profesión, sobre la enseñanza y la dificultad de conseguir hacerse hueco.
Un documental a cargo de Deckard Visual y Tal vez deberíamos hacerlo, donde muchos podemos sentirnos identificados o por el contrario objetar sobre ciertos aspectos. Optimismo con el futuro por parte de la opinión de unos fotógrafos, pesimismo por parte de otros. Tristeza por parte de la experiencia de Maria Zafra que nos habla de la precariedad en la fotografía española en contraposición a otros países o ciudades más vanguardistas como Londres, lo que hace que exista la necesidad de compaginar esta profesión con otros trabajos.
Por otro lado Fernando Fernández Pérez ve que el papel de la fotografía social ha cambiado llegando a un punto de infravaloración de la profesión, achacando el problema a la proliferación de máquinas (hablo de cámaras pero también de personas) en automático. En este sentido, permitidme que haga un inciso diciendo que la fotografía de boda ha seguido un camino, primero de respeto, después mal visto y avergonzante por parte de ciertas élites fotográficas, para terminar en nuestros días con una vuelta a esa valoración gracias a unos planteamientos más creativos y a gente muchísimo más preparada. Aunque este fotógrafo esté hablando de una falta de reconocimiento dentro de la sociedad, no del sector fotográfico.
Respecto a la enseñanza se habla de la importancia de tener un bagaje cultural detrás, siempre lo he dicho y lo valoro mucho enseñando Historia de la Fotografía, aunque a algunos os pueda resultar menos atractivo que el componente tecnológico. Pero es importante como nos dicen acudir a los libros de autor, a la literatura e incluso a Internet y su proliferacion de imágenes. Hoy he leído una frase de Alberto Garcia-Alix donde dice que la mejor escuela de fotografía se encuentra en el Museo del Prado. Obviamente si sabemos verlo, es uno de los mejores templos de enseñanza visual. Y es accesible incluso por la Red, así que no hay excusas.
Y hablando de red y redes sociales también se habla sobre la valoración de la fotografía a través de factores subjetivos por medio de "me gustas" en Facebook. Y de objetivos si atendemos a la suma de dos elementos como son la luz y la composición utilizados correctamente que son los que determinan si una fotografía es buena.
No sé hasta qué punto os sentiréis identificados con estos fotógrafos. Resumen brevemente algunos de los problemas a los que se enfrenta la profesión, pero también proyectan la pasión y motivación que igualmente sienten hacia ella. Aunque agote, aunque a veces nos desespere, nos haga estar en lucha con quienes nos rodean, porque en ese microsegundo en el cual apretamos el disparador, el mundo se para y nos reafirma que estamos haciendo lo que más amamos: fotografiar.
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