Ser asistente de fotografía puede parecer un trabajo tedioso y aburrido del cual el único provecho que se saca es el acceso a una industria en específico (como en moda o fotografía de bodas) o el poder jugar con equipo más avanzado (cuando es para un fotógrafo de estudio más avanzado). Sin embargo, la práctica de asistir puede llevar a cosas más interesantes, como veremos hoy.
Colaboración y aprendizaje
Hace unos años os contamos un poco sobre qué era ser asistente y lo que se necesitaba para el trabajo. Muchos de los que nos encontramos en el ambiente profesional arrancamos en algún momento como asistentes para cumplir el periodo de prácticas laborales de nuestra escuela. Posiblemente la relación trabajo contra paga era tan baja que algunos decidieron no volver a pensar en esa posibilidad.
Con mucha razón, el rol de ser asistente pierde valor cuando lo único que nos muestran es que la asistencia es cargar maletines y traer el café del fotógrafo al que ayudamos. Posiblemente en el ámbito de fotografía de bodas haya un poco más de aprendizaje, pues el asistente puede encargarse de ser la segunda cámara y practicar su oficio.
Sin embargo, ese tipo de asistencia no es de la que hablaré, principalmente. Me quiero enfocar en una labor más interesante, crear colaboraciones con colegas fotógrafos donde uno asista al otro en un proyecto y luego se inviertan los roles en el siguiente.
Este tipo de colaboración y este tipo de asistencia permiten llevar proyectos complejos de forma sencilla. Si bien los fotógrafos somos enseñados a realizar casi que nosotros mismos desde preproducir a retocar, los mejores trabajos son el resultado de un equipo de trabajo más completo. En estos equipos encontramos varios perfiles, desde alguien que se encarga del maquillaje, alguien del vestuario, la puesta en escena, la coordinación de iluminación y una cabeza dirigiendo todos estos elementos para obtener una imagen perfecta, que es el fotógrafo.
Crear un ambiente colaborativo potencia la imagen debido a que todo el equipo trabaja con una misma meta, sin sentirse que están ahí para perder el tiempo o cargar cafés. Quienes asisten la visión del fotógrafo pueden observar cómo plantea los elementos en su imagen: Luz, pose, composición y demás. Quienes asumen la fotografía, aprenden a dirigir un equipo y sacan adelante ideas que parecían complejas; y que resultan sencillas gracias a su equipo.
En ese sentido de la asistencia, podemos complementar y sacar beneficio para nuestro trabajo. Y es una práctica que podéis aplicar hoy en día, sin importar si ya sois profesionales o si aún estáis aprendiendo.
Un buen ejercicio a realizar es juntarse con tres personas más. Conseguimos a alguien para retratar. Cada uno tendrá dos o tres horas para retratar a esa persona, los otros tres serán los asistentes que ayudarán a sacar esas fotos adelante. Los asistentes no pueden opinar mientras asisten, solo el fotógrafo puede hacer lo que quiere hacer.
Al final del día, vais a tener cuatro proyectos distintos. Estas fotografías tendrán la visión de cada uno del grupo. Así que a la noche, con un café o unas cañas, los cuatro fotógrafos podréis discutir sobre el resultado de las imágenes, lo que pensáis que pudo ser mejor en la sesión de cada uno y planear vuestro siguiente trabajo en colaboración. Si está la persona retratada para daros retroalimentación desde su posición, mejor. Si lleváis el proyecto a algo más onda moda, y tenéis maquilladores y estilista acompañando, mejor.
Consejos para un trabajo mejor
El principal problema que puede surgir en un trabajo fotográfico es el estress de no estar encontrando la toma, o de sentir que el tiempo se acaba muy rápido. Por ello, lo mejor es establecer algunas reglas de convivencia. Para mi se dividen en reglas para el fotógrafo y reglas para los asistentes.
Fotógrafos:
- No tratéis mal a vuestros asistentes, ellos están ahí para ayudar a realizar tu trabajo y merecen respeto como cualquier otro ser humano.
- Tenéis un equipo, el liderazgo viene al dar instrucciones claras y precisas.
- Si sientes que algo falla, no dudes en pedir consejo de los demás.
- Contagiad a vuestro equipo de la idea. Si dudáis de vuestro proyecto, los asistentes se sentirán desmotivados a dar su máximo esfuerzo.
Asistentes:
- Seguid las indicaciones del fotógrafo al pie de la letra, salvo que estas puedan poner en riesgo vuestra vida o integridad física (y mental). Como el subir a un lugar peligroso a tener una cabeza de flash con la mano, o cosas así.
- No opinéis si no os han preguntado nada. Cada persona tiene visiones distintas y maneras de hacer las cosas. Dejad que la cabeza haga su trabajo como mejor lo crea.
- Si os preguntan por consejos u opiniones, siempre hay que ser constructivos, no destructivos. Las cosas mejoran cuando buscamos soluciones y no cuando hacemos más obvios los errores.
- Siempre estad atentos y con ánimo a trabajar. Esto os ayudará a entender más sobre cada decisión que el fotógrafo tiene sobre el trabajo.
Espero comencéis a practicar más el trabajar colaborativamente. Compartir visiones es algo divertido y enriquecedor.
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