Todos en algún momento de nuestra vida hemos pedido consejo a algún compañero, conocido o directamente al vendedor de una tienda, acerca de qué cámara, objetivo, filtro, mochila o cualquier otro tipo de material fotográfico nos conviene más comprar.
Esta necesidad de buscar consejo en otras personas suele surgir de la indecisión ante una gran oferta de material fotográfico en el mercado unida al precio generalmente elevado de cualquier equipo que compremos. Si nos vendiesen una cámara por diez euros seguro que no andaríamos buscando tanto.
Pero las cosas no son así, el mercado nos complica las cosas (o nos las facilita demasiado) y disponemos de infinidad de material a nuestro alcance, por eso debemos elegir. En esta entrada nos gustaría proponeros que cuándo empecéis a pensar que queréis compraros material nuevo, os planteéis por lo menos cinco preguntas que pueden conduciros hasta una compra acertada.
1. ¿Qué necesito?
Foto de carlesmascaro en nuestro grupo de Flickr
Puede parecer una pregunta obvia, y lo es, pero lo primero que debemos hacer es saber bien lo que necesitamos.
Recuerdo cuando empecé con la fotografía, quería tomar fotos muy de cerca a las cosas, pero mi objetivo no llegaba a enfocar tan de cerca. Al poco tiempo de informarme sobre las opciones que existen en el mercado descubrí que existían objetivos macro que me permitían precisamente eso.
Con esta batallita lo que quiero decir es que generalmente necesitamos nuevo material que nos permita realizar fotografías que, con el material que tenemos, somos incapaces de realizar. Entonces lo primero que hay que hacer es conocer bien el mercado e informarse para conocer cómo podemos cubrir esa necesidad.
Podemos ir a una tienda a preguntar cómo solucionar nuestras necesidades, consultarle a un compañero o informarnos a través de internet, pero la cuestión es encontrar una solución a nuestra necesidad.
2. ¿Para qué lo necesito?
Foto de walterioju en nuestro grupo de Flickr
Una vez que sabes que es lo que buscas es interesante plantearse qué uso vas a darle para encaminarte más hacia modelos más concretos.
Por poner otro ejemplo sencillo, ya sabes que lo que necesitas para transportar el material es una bolsa o maleta, pero no es lo mismo una bolsa de hombro, una mochila o una maleta metálica. Si necesitas transportar tu equipo por el campo puede que lo más te convenga sea una mochila, pero para fotografía de calle puede que lo más adecuado sea una pequeña bolsa de hombro, de algún color discreto y con un diseño poco “de fotografía” que te permita pasar desapercibido y moverte con tranquilidad entre las personas a las que vas a fotografiar.
Sabiendo para qué quieres el material podrás descartar muchas opciones que no cubran esta necesidad.
3. ¿Podré usarlo en otros campos?
Foto de mainguilongui en nuestro grupo de Flickr
Muchas veces compramos material sin pensarlo mucho porque no nos parece muy caro, pero si nos paramos a pensar para que lo usamos y cuantas veces llegamos a usarlo, al final lo que podríamos llamar “precio por foto” (el precio dividido por el número de fotos en el que lo usamos) termina siendo altísimo.
En otras ocasiones le damos vueltas y vueltas a la cabeza pensando por ejemplo, que filtro UV comprar, si el de veinte euros modelo “trozodecristal quesemerompioayer” o el de cuarenta euros con un cristal anti-halos, recubrimiento multiresistente, protección anti-rayaduras y quince años de garantía (ojalá existiera y a ese precio) y no tenemos en cuenta que será un filtro que utilizaremos en el 99 por ciento de las fotografías que tomemos y que por lo tanto influirá sobre prácticamente todas las fotografías que hagamos. En este caso el “precio por foto” será mínimo.
A mi modo de ver termina siendo más barato un objetivo de mil euros que llevas siempre montado en la cámara, que uno de quinientos euros que usas dos veces al año.
Por este motivo puede ser interesante preguntarse si además del uso principal y para el que nos compramos el material podremos usarlo en otro tipo de fotografías que nos ayuden a aprovechar más ese material que vamos a comprar y de esta manera minimizar el “precio por foto”.
4. ¿Existen alternativas?
Foto de anaolaberria en nuestro grupo de Flickr
Podemos relacionar esta pregunta con todas las anteriores. Si conocemos lo que existe en el mercado podremos valorar las alternativas.
Pongamos por ejemplo que necesitas un teleobjetivo de 400mm. Tienes varias opciones todas con sus ventajas e inconvenientes, comprar un 200mm y un convertidor de 2x, un 300mm y un convertidor 1,4x, comprar un 200-400mm con lo que amplias el rango de distancias focales, o comprar directamente el 400mm.
Con todas las opciones consigues llegar a los 400mm, pero también en todas varía el precio y la calidad de la imagen obtenida. Conociendo cuales son tus necesidades podrás escoger mejor entre las distintas alternativas.
Lo ideal sería no precipitarse en la compra, informarse sobre las ventajas y los inconvenientes de cada una de las opciones o alternativas que tenemos y una vez que hemos valorado cual es la que mejor se adapta a nuestras necesidades y posibilidades, entonces… hacernos una última pregunta.
5. ¿Hasta dónde quiero llegar?
Foto de Pablo Menezo en nuestro grupo de Flickr
O la pregunta alternativa ¿Cuánto quiero gastarme?
He aquí la pregunta del millón, muy relacionada con el post de nuestro compañero Rodrigo en el que nos hace reflexionar sobre las distintas gamas de material a la venta y los usos que terminamos dándole.
Teniendo en cuenta antes de nada que la frase de “lo barato sale caro“ se eleva al máximo exponente en el caso de la fotografía, debemos plantearnos en que punto nos paramos.
Es fácil y a la mayoría de nosotros nos ha pasado, el plantearnos comprar cualquier tipo de material fotográfico y pensar: “Bueno, por cien euros más, ya que estoy me compro el de gama alta que seguro que es mejor”. Ese “ya que estoy” es lo que usan las marcas comerciales para llevarnos hasta material de un precio y una calidad muchas veces innecesario para nosotros.
Como mucha gente pensará, cada uno hace lo que quiere con su dinero, pero en este artículo pretendemos optimizar el gasto en función de las necesidades de cada uno.
Y para finalizar una pequeña reflexión
Foto de Catalan de la Mancha en nuestro grupo de Flickr
Vamos a ir al extremo para intentar reflexionar. Tiremos la casa por la ventana y vayámonos a buscar material etiquetado como “profesional” y sólo el material que venga con la pegatina de “profesional” entrará en nuestra mochila.
Usaré en el ejemplo material Canon, no por temas publicitarios ni mucho menos, simplemente porque tiene a la venta material profesional que nos sirve claramente de ejemplo para ilustrar esta reflexión.
Vamos a hacer dos paquetes y en los dos vamos a meter una cámara y tres objetivos profesionales.
Paquete número uno:
Paquete número dos:
La diferencia entre ambos paquetes es de poco más de 8.000 euros. La calidad óptica de cada objetivo y las características de cada cámara son algo más difíciles de valorar con cifras, pero para eso existen muchas analíticas en la red, pero como he dicho, todo el material metido en la mochila lleva la etiqueta profesional colgando.
La pregunta que nos planteamos surge por si sola. ¿Qué nos puede ayudar a sacar mejores fotos, la mejor cámara con los mejores objetivos o la cámara menos buena, con los objetivos menos buenos y ese puñado de euros con los que viajar a cualquier lugar del mundo?
Es cierto que como hemos dicho al principio nos vamos al extremo, donde los precios se disparan y las diferencias entre precios son mayores, pero también es cierto que sin llegar al “material profesional” (entre comillas porque el profesional es el fotógrafo) podemos encontrar material fotográfico muy parecido en cuanto a calidad de imagen y que se ajusta a nuestras necesidades sin tener que decir la maldita frase de “ya que estoy…”.
Y una pregunta de regalo
Foto de Iñaki Mateos en nuestro grupo de Flickr
Gracias al comentario de nuestro compañero Alfonso Domínguez se me ha ocurrido otra pregunta que podemos hacernos para rematar la jugada.
Una vez que ya no necesite el material ¿Será fácil de vender en el mercado de segunda mano?
Como decía en los comentarios, generalmente a la hora de comprar material nos fijamos en el precio de venta al público de nuestro objeto de deseo, pero además del “precio por foto” del que os hablaba antes, es interesante también tener en cuenta el coste real del material que compramos.
A poco cuidadosos que seamos con el material, después de un tiempo de uso podremos venderlo en el mercado de segunda mano. Podemos considerar que el coste real de este producto ha sido el precio de compra menos el precio por el que lo vendemos de segunda mano.
Debemos tener en cuenta que generalmente los productos más fáciles de vender son los de gama media y por lo tanto será donde menor diferencia habrá entre el precio de compra y el de venta (el coste real será por lo tanto meno). La gente cuando busca material para renovar su equipo no suele buscar material de gama baja. En el caso de vender material de alta gama la cosa se complica por el precio y porque solemos pensar que estará mucho más usado ya que seguramente lo vende algún profesional.
Esto no quiere decir que sólo tengamos que comprar material de gama media, pero sí que el precio de venta y la facilidad de venta en el mercado de segunda mano pueden tenerse en cuenta a la hora de valorar las alternativas.
Foto de portada | Ivan Ramírez en nuestro grupo de Flickr
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