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Sobre la capacidad de almacenamiento de las tarjetas de memoria

Sobre la capacidad de almacenamiento de las tarjetas de memoria

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Sobre la capacidad de almacenamiento de las tarjetas de memoria

¿De cuántos GB me compro la tarjeta de memoria?... Igual con una me basta... Mi cámara es de 20 Mpx... ¿me llevo dos tarjetas o con una basta para las vacaciones? Estas son algunas de las preguntas que nos hacen los alumnos cuando tiene idea de ir a una tienda a por una tarjeta nueva. Si te sientes identificado con estas cuestiones vamos a descubrir de qué capacidad deberías comprarte la tarjeta de memoria para tu cámara.

Como sabéis muchos de los que seguís Xataka Foto, yo soy de la vieja escuela. Empecé con los carretes. 36 fotografías, 72 cuando disparaba con la vieja Olympus Pen. En los festivales de cine solo podía disparar un carrete por día porque la revista en la que trabajaba no tenía mucho presupuesto... El último año que fui a un festival tuve de apoyo una digital y pude hacer más de 200 fotografías por día con mis tarjetas de 512 MB que me costaron 90€ en una tienda que ya no existe...

Es una de las cosas que más ha cambiado el rumbo de la fotografía. Ir con los carretes era una pesadilla, sobre todo si tenías que viajar por aeropuertos y pasar día tras día por los arcos de seguridad. Nunca me pasó nada pero hasta que no veía los resultados no respiraba tranquilo.

Era un placer ver las copias en papel bien expuestas o las pequeñas diapositivas en la mesa de luz... Esa sensación indescriptible se ha perdido totalmente. Unos dirán que afortunadamente pero otros lo echamos algunas veces de menos...

Tarjetas02 Una de tantas...

Ahora precisamente está siendo noticia que los jóvenes que ven Strangers things no saben qué hacen los protagonistas cuando se meten en el laboratorio para revelar con esa luz roja...

Las tarjetas de memoria son los nuevos carretes. Y cada vez tienen más capacidad y un precio más bajo. Y las dudas de los fotógrafos crecen de manera proporcional... ¿Qué tarjeta me compro?

La capacidad de las tarjetas de memoria

Seguramente cada maestrillo tendrá su librillo... y sobre este tema habrá tantas opiniones como fotógrafos. Y desde luego no estaría de más compartir las opiniones en los comentarios. Aquí vamos a intentar razonar cómo trabajamos y el motivo por el que pensamos así. No quiere decir que sea la mejor forma de trabajar ni el único método (por si hace falta aclararlo).

En las tiendas es misión imposible encontrar tarjetas de 1 GB. Hace poco vi una SD de dicho tamaño en una tienda de un pueblo perdido en la remota Soria... Casi puedo afirmar que por debajo de los 16 GB puede ser una misión imposible salvo que estés en una tienda especializada.

En una tarjeta de 16 GB, dentro de una Sony A7III, entran la friolera de más de 300 fotografías en formato RAW

En una tarjeta de 16 GB, dentro de una Sony A7III, entran la friolera de más de 300 fotografías en formato RAW. Cuando compré la cámara me la ofrecieron con una de 128 GB... más de 2400 fotografías. Así no tendría que cambiar nunca de tarjeta en un viaje de quince días o en una boda de un día completo.

Sobre el papel suena maravilloso. Pero en la práctica creo que es uno de los mayores errores que podemos cometer por muchas dobles ranuras y sistemas de seguridad que tengamos. No podemos depender de una sola tarjeta para volcar todo nuestro trabajo. Es una locura. Casi lo considero una sentencia de muerte. Una espada de Damocles sobre nuestra propia memoria.

Tarjetas03 Delicados objetos

Las tarjetas son:

  • Pequeñas.
  • De plástico.
  • Con una facilidad pasmosa para doblarse y corromperse por culpa del destino en el peor momento posible.
  • Son objetos construidos por el hombre y por lo tanto se pueden romper en un instante.
  • No son eternas, por si alguien no se había dado cuenta.

Su desaparición o corrupción puede deberse a:

  • Un movimiento brusco.
  • Un mal movimiento dentro de la ranura.
  • Una descarga en el ordenador.
  • Sacarla antes de apagar la cámara,
  • Meterla con la máquina encendida.
  • Olvidarla en el pantalón junto con una llave.
  • Mojarla.
  • Sacarla con prisas antes que se termine de grabar.
  • Simple y llanamente porque sí.

Y si tiene mucha capacidad puede suponer que perdamos el diario en imágenes de nuestro viaje, nuestra sesión o la graduación de nuestros hijos...

Por estos sencillos motivos siempre recomiendo comprar las tarjetas más pequeñas que podamos encontrar en las tiendas. Siempre es mejor perder dos días de vacaciones que los quince días. Os lo aseguro.

Es mejor comprar dos de 8 GB que una de 16 GB. Sería maravilloso poder comprar cuatro de 4 GB, pero hoy en día es una ilusión vana. Además evitaríamos hacer fotos por doquier, sin cabeza. Si sabemos que tenemos poca capacidad, dispararemos mucho menos porque pensaremos más lo que hacemos. Y la reflexión y la moderación son dos principios fundamentales de la fotografía.

Pero cada uno es libre de hacer lo que quiera. Yo siempre llevo tarjetas numeradas para intentar utilizarlas las mismas veces. Son de pequeño tamaño y nunca he tenido un problema hasta que lo tenga. Pero estaré prevenido... Y la doble ranura es una bendición... ¿Vosotros qué pensáis?

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