Durante muchos años, cuando podíamos comprar un objetivo, solo contemplábamos los originales de cada marca como señal de calidad. Pocas veces se nos ocurría apostar por Tamron o Sigma... Sí, eran muy buenos, pero nada como los Canon, Nikon y demás... En los últimos años esto ha cambiado y Tamron tiene en su catálogo algunas de las mejores opciones para las Sony de formato completo, los de la serie Di III. En Xataka Foto hemos probado los objetivos zoom f2,8 a la vez.
En febrero de 2018 presentaron el 28-75mm F/2.8 Di III RXD, un objetivo que sorprendió por la propuesta de focales y la compacidad de su tamaño. Pero según iba pasando el tiempo y se iban publicando los análisis, todo el mundo empezó a mirarlos como una alternativa seria a los pesos pesados de la industria.
Más tarde, en junio de 2019, llegó al mercado el 17-28mm F/2.8 Di III RXD. Un zoom angular que se integraba perfectamente con el anterior modelo. Su tamaño, calidad y precio volvieron a estar en boca de todos y se empezaba a entender la propuesta del fabricante.
En abril de 2020 llegó el penúltimo de la serie, el 70-180mm F/2.8 Di III VXD que acabamos de probar en Xataka Foto. Un teleobjetivo zoom de apertura constante f2,8 con un tamaño y peso notablemente inferiores a los de otros modelos similares de Canon, Nikon o la propia Sony.
La propuesta de Tamron es clara. Ofrecer a los fotógrafos una serie de objetivos adaptados a las cámaras sin espejo de Sony con unas características comunes:
- Calidad profesional.
- Peso y tamaño acordes con el tamaño de las cámaras sin espejo.
- Luminosidad constante f2,8.
- Mismo diámetro de filtros (67 mm).
Un equipo a la medida para cámaras Sony
Durante unos días, con esta situación que estamos viviendo, he trabajado con los tres objetivos zoom en la mochila junto con una Sony A7 III. Y he notado la reducción de peso y espacio en mi pequeña mochila. He ido más ligero y he podido ser más discreto.
El peso que he transportado es:
- 420 gramos del angular.
- 550 gramos del zoom estándar.
- 810 gramos de teleobjetivo.
- 650 gramos de la cámara.
En total 2.430 gramos frente a los más de 3,5 Kg de un equipo formado por una Sony A7 III (650 g) con un FE 16-35mm F2.8 GM (680 g), un FE 24-70 mm F2,8 GM (886 g) y un FE 70-200 mm F2,8 GM OSS (1480 g). La diferencia es notable, sobre todo cuando tienes que llevar el equipo durante todo el día... Y puede que el equipo que hayamos puesto para la comparativa sea uno de los más ligeros.
Por no hablar del precio... Si compramos los objetivos equivalentes de Sony nos gastaremos 8200€ frente a los 3150€ que cuestan los tres de Tamron. La diferencia es importante. ¿El precio está a la altura de su calidad?
¿Y cómo han conseguido semejante reducción de peso sin sacrificar la calidad? El diseño de estos objetivos está pensado para cámaras sin espejo. Ya no tienen que superar la separación que provocaba el espejo réflex y permiten acercar al máximo la lente trasera al sensor de formato completo.
Cuando se inició la revolución de las sin espejo no hubo un cambio radical en los objetivos. Siguieron siendo iguales en peso y tamaño...
Cuando se inició la revolución de las sin espejo no hubo un cambio radical en los objetivos. Siguieron siendo iguales en peso y tamaño... incluso los han hecho mucho más grandes, como ha ocurrido con los Sigma Art, uno de los paradigmas de calidad o los últimos Canon RF.
Dentro de la gama Di III, donde también encontramos objetivos fijos luminosos, el diámetro del filtro es siempre el mismo, 67 mm. Así el fotógrafo no tiene que andar con más filtros ni con incómodos adaptadores para tener un equipo compacto fácil de transportar.
Las distancias focales elegidas para cada uno de ellos están condicionadas por la luminosidad 2,8 y el diseño de la gama. Por este motivo las distancias focales de cada zoom son aparentemente tan caprichosas, incluido ese pequeño solapamiento entre el 28-75 y el 70-180...
¿Tenemos que hacer algún sacrificio de calidad? Todo parece maravilloso... un peso y un precio reducidos, la misma calidad que los pesos pesados... Es lo que hemos querido probar durante esta prueba.
El día a día con los tres objetivos
Soy de los que siempre voy con una cámara a la calle. La llevo en la mochila o al hombro. Y con el tiempo me he acostumbrado a viajar ligero. Hace mucho tiempo siempre llevaba todo encima. Ahora soy feliz con un 35. A lo mejor añado un 50 mm y un 90 para un viaje largo.
Para trabajar con mis clientes me he acostumbrado a ir con mi 24-70 y el 70-200 f2,8, además del segundo equipo y toda suerte de accesorios para cumplir los encargos. No he podido probar los objetivos Tamron en estas lides, por motivos obvios, pero sí que he salido a la calle con ellos.
Lo primero que he notado es el espacio que ocupan. He podido llevar los tres sin problema en mi mochila Lowepro Hatchback 22l AW, en el pequeño espacio inferior que tiene. Sin hacer un tetris extremo.
No ha sido igual que ir con objetivos fijos pero no he notado el peso... estoy acostumbrado a ir siempre con un portátil de una punta a otra de la ciudad. He ido con el 28-75 siempre acoplado y según necesidades iba cambiando.
Es muy cómodo que el diámetro sea siempre el mismo si eres amigo de los filtros. En mi caso los utilizo muy poco. El único beneficio para mi día a día es que no tengo que cambiar la sujeción del equipo. Parece una tontería pero es algo realmente cómodo, como ocurre con los objetivos cinematográficos.
Si vas ligero trabajarás mucho mejor. Es algo evidente pero es distinto tener que cargar con objetivos más grandes que con estos Tamron. Además, como bien se encargan de señalar en la publicidad, la compatibilidad es total con todos los sistemas de enfoque, desde los automáticos hasta los manuales.
En este sentido destaco lo fácil que es enfocar en manual con esta serie de objetivos. El focus peaking con el 17-28mm F/2.8 Di III RXD permite ajustar sin problemas el foco cuando trabajas con el trípode para lograr la máxima precisión.
Eso sí, es importante saber elegir el modo de enfoque para conseguir el foco donde lo necesitas. Pero esto tiene que ver más con la cámara que con los objetivos. La respuesta es inmediata con cualquier Modo de enfoque y Área de enfoque. Para aprovechar el sistema de enfoque de estas cámaras siempre trabajo en Af-C (salvo contadas ocasiones) y con un área de enfoque Ancho y Punto flexible expandido.
La calidad de imagen
En los análisis que hemos hecho de estos objetivos en Xataka Foto hemos destacado siempre la calidad de imagen, la nitidez y la rapidez de enfoque. Poco tienen que envidiar a modelos más caros y voluminosos.
La respuesta es perfecta en todo tipo de situaciones. Son objetivos silenciosos que podemos utilizar sin problema. Su luminosidad permite enfocar en situaciones de poca luz rápidamente. La única precaución es recordar que estamos trabajando con cámaras sin espejo. Esto quiere decir que hay que tener un cuidado extremo a la hora de cambiar de objetivo para evitar la entrada de polvo en el sensor.
Para fotografía de calle, de viajes, es una de las mejores opciones que podemos encontrar en el mercado por todas las características que hemos señalado a lo largo del artículo.
La nitidez es muy alta, como hemos podido ver en todos los análisis que hemos hecho en Xataka Foto. El viñeteado es evidente con el diafragma más abierto y no se aprecia cuando cerramos dos puntos. El punto dulce de estos objetivos se sitúa en los diafragmas centrales.
Pero si quieres trabajar con ellos en fotografía de arquitectura tendrás que tener en cuenta el problema más grave de estos objetivos: la distorsión de barril y de acerico está presente en todos los objetivos probados y su efecto es muy marcado.
Siempre lo podemos solucionar sin problemas con la pestaña Óptica de Adobe Camera RAW pero si ves los archivos en bruto el defecto óptico es evidente. Y se produce un curioso efecto. La respuesta en la focal más extrema de cada objetivo es mejor que la focal equivalente en el siguiente objetivo.
Es decir, si haces una fotografía con el 17-28mm F/2.8 Di III RXD a 28 mm la distorsión en barrillete es inferior a la que ofrece el 28-75mm F/2.8 Di III RXD en la misma focal. Lo mismo sucede con el 70-180mm F/2.8 Di III VXD.
En conclusión
Si necesitamos una serie de objetivos para nuestra labor profesional o personal, la triada de Tamron es una de las mejores opciones que podemos encontrar para nuestras cámaras Sony. Por ahora no está disponible para otras monturas pero visto el éxito igual terminan adaptando la montura.
El tamaño y la calidad de imagen son sus dos estandartes. Da igual el objetivo que pongas. Por su peso y longitud no cabecean y son muy cómodos de llevar. El peso está siempre cerca del cuerpo de la cámara.
Es verdad que tienen problemas graves de distorsión. Salvo que hagas fotos de arquitectura no presentan mayor problema. Y la corrección automática de Adobe Camera RAW lo soluciona al instante. Pero parece que este es, sin duda, el talón de Aquiles de esta triada de objetivos.
En el mercado tenemos mucho donde elegir. Pero si queremos encontrar la mejor relación calidad precio estos tres objetivos son una apuesta segura para cualquier poseedor de una Sony de formato completo. Para el mundo del reportaje, la fotografía de calle y los viajes no tienen rival porque simple y llanamente son los más ligeros que podemos encontrar con semejante luminosidad.
Y respecto al precio creemos que está claro. Por 3000€ tienes una calidad similar a la que puedes conseguir por 8000€. Es verdad que tenemos distorsiones y viñeteado con los diafragmas abiertos y que no son tan extremadamente nítidos... Pero si no eres profesional no debería haber ninguna duda.
Los objetivos han sido cedidos para el análisis por parte de Robisa. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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